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Prepárense amado público, aquí veremos a un santo muy celoso y sexy, bueno esa es la idea disfruten, que la guerra para Shaka ha comenzado y los problemas a Mu lo siguen como las abejas a la miel (Pero con una miel tan rica ¿Quien no?)

Posdata: creí que lo había publicado, pero no fue así que pena y de paso elimino sin querer el archivo y no lo encontraba, fue todo un drama.

Con y te amo si lees esto te lo dedico a ti y a tod s que les guste la historia.


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Celos.

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De nueva cuenta Amelia estaba en el templo principal. Todavía no tenía valor para decir la verdad sobre su hermana, más aún cuando tenia ese destinó por su culpa. La guardiana de la llave debía ser ella no Amelía.

Helena se había marchado a su casa, ella había decidido esperar a su hermana. La verdad sea dicha ya no le molestaba tanto la presencia de Milo, había pasado un par de veces en el templo de virgo, aunque solo le dedicaba palabras formales y no más de lo necesario, Shaka se ponía como gato de espalda cada que Escorpio aparecía.

Su padre ya estaba enterado de todo, había hecho semejando escándalo, bueno no sabía todo, de lo de Amelia y Mu no sabía nada. Gracias a Athena se habían quedado unos días en el santuario, así evitaban la furia paterna y las preguntas maternas, además como bono extra no le vería la cara a su queridísima prima, para terminar de recapitular Amelía ya había perdonado a Mu.

Se imaginaba el quebradero de cabeza de el patriarca y su hermana en el recinto principal, pero no hablaría por ahora, ella sabía todo lo necesario, mejor esperaría un poco más. Miro el cielo a través de la ventana estaba despejado y muy azul. Eileen tomaba plácidamente su té, luego de dejar caer su coraza frente a Shaka, se sentía liviana y con una inexplicable tranquilidad.

Oh pero el destino siempre confabulaba en su contra, su paz y tranquilidad nunca duraba mucho tiempo, siempre que comenzaba a disfrutarla esta decidía largarse.

¡Vamos! Entiéndanla no podían culparla ¿Quien podría mantener la calma en una situación como esta? No teniendo eso frente a ella.

La visión más espectacular que podía tener: Shaka recién salido de la ducha, sus cabello brillando por la humedad ¿Esperen un momento? ¡Santa Athena!

Eileen abrió sus boca queriendo articular una palabra coherente, ante la evidente burla del rubio ¡No llevaba camisa! Las gotas de agua resbalaban desde sus hebras de oro, bajando por torso musculoso, parecía como si su cabellara fuera oro que se derretía por su torso perdiéndose en la cintura de su pantalón. Que alguien se apiade de ella, es cierto que apenas se tragaba al tipo, pero le había tomado cierto cariño y eso no quitaba que el güerito estaba como quiere.

Shaka enarco su ceja y la miro con sus profundas y hermosas gemas, ese color no parecía real, nunca lo había visto en otro ser humano ¿Acaso Shaka no era humano? Su cuerpo se estremeció cuando esos ojos como el cielo o hasta más azules de ser posible le miraron como si le desnudara el alma. Retiro su vista con un rubor en su rostro.

—¿Estas apenada mi luz? —Shaka se había acercado peligrosamente a ella, no lo había sentido venir— nunca había visto a un hombre si camisa mi bella dama.

¡Ja! Claro que ella había visto incluso en paños menores a hombres, aunque eran sus hermanos seguían siendo hombres, pero ellos no se comparaban con el trabajado cuerpo del santo de virgo, obviando que eran sus hermanos.

—No piensas contestar Eileen.

Su nombre sonó muy malicioso en sus labios. Por acto de refleto se levantó de su lugar para encararlo.

—¿Y qué quieres que te diga rubio? —Ella nunca daría su brazo a torcer, nunca se dejaría intimidar por el santo— no sé a qué te refieres.

—La verdad pareces un poco turbada y sin equivocarme sonrojada —Shaka acaricio con suavidad su hombro derecho. Tenía que tener cuidado con ese mañoso, era muy hábil— te apena verme sin camisa ¿Quién lo diría?

—En tus sueños rubio —la chica se alejó un paso hacia atrás, chocando con la mesa en su espalda— no te creas la gran cosa.

—No me creo nada mi luz, solo que me había hecho la ilusión que ese turbamiento era por mí, que te hacía sentir algo.

—Ya te lo había dicho Shaka, te iba a lastimar con mis palabras.

El santo embozó una bella sonrisa, que pareció iluminar la habitación —Descuide señorita, yo siempre la querré, a pesar de todo.

Shaka le dio la espalda y ella no pudo evitar admirar los músculos de su espalda que se marcaban al movimiento, prácticamente se lo comía con la mirada, cosa que no haría si el santo la viera, pero ya que estaba de espalda había que aprovechar la vista.

—Eileen cierra la boca se te cae la baba —Milo estaba en el templo de virgo tentando a su suerte nuevamente.

Un golpe de cosmos de parte del santo residente del templo lo envió varios metros lejos (pobre Milo no se lo vio venir), Shaka estaba muy molesto. La pobre chica estaba más roja que una de las manzanas que tanto le gustan a Milo.

—¿Es que acaso no temes por tu vida caballero? —Shaka lucia imponente y muy enojado— que no te acuerdas del protocolo al pasar por templos ajenos.

Milo se levantó en pose defensiva, pero se relajo de inmediato sonriendo con burla.

—Relájate amigo, solo vine a hablar con Eileen, la vine a buscar a ella, así que relájate.

—Pero resulta que ella esta hospedada en mi templo, así que...

—Que no te importe eso amigo, relajante.

Shaka se sintió realmente enojado, ese tipo era un completo idiota, que venía por su luz ¿Con que derecho? Milo sabía lo que sentía por la chica, lo hacía a propósito de eso estaba seguro, solo de pensarlo le daban ganas de asesinarlo ahí mismo.

—Pero yo no tengo nada que tratar contigo Milo —Eileen lucia taimada— así que con el permiso del dueño del templo —dio un paso adelante señalando la salida— largate de aquí.

Shaka asentía orgulloso y en completo empatía de la chica.

—Eileen, no dejamos todo en claro la otra vez. Eres muy terca mujer, esto debemos hacerlo para pasar de página y continuar con nuestras vidas en paz.

Los tres lo meditaron y pese a todo pronóstico quien le animo a que lo hiciera fue el mismo Shaka, diciendo que era cierto esa platica la necesitaba, el rubio se retiró de la habitación dejándoles en un silencio, ninguno de los dos se atrevía a decir la primera palabra.

Milo la miro con nostalgia en sus ojos, acaricio la puntas de los cabellos mutilados de Eileen y la miro con melancolía, su cabello, el que tanto ella amaba, estaba seguro que era su culpa aunque ella lo negara, sabía que era así.

—Lo siento —salió de los labios del caballero.

—No tienes que disculparte me hiciste más fuerte y menos frívola —ella retiro la mano del santo de un manotazo— pero lo que no te perdono es no haberme dicho que no me querías y siguieras jugando con migo.

—Pero Eileen yo si te amé y me costó olvidarte —Milo froto su rostro con desespero y ella bufo incrédula—, pero eso fue más de lo que yo podía soportar ¡Lo siento! yo no podía estar así y no quería forzarte ¡Estaba desesperado!

Eso es problema aparte Milo, el que no puedas controlar tu libido ni el cierre de tu pantalón es cuenta aparte —Eileen lo miro seria— pero solo quería dejar todo aclarado para poder dar vuelta a la hoja.

—¿Entonces me perdonas? Por lo menos déjame compensarte y demostrarte mi arrepentimiento.

Eileen lo dudo por un momento, perdonar a Milo no sería fácil, que la compensara, él podía hacer lo que quería, que le demostrara arrepentimiento ¡Ja! Eso tenia que verlo.

—Por lo visto estas dispuesto a importunarme hasta que acceda a lo que quieres ¿Me equivoco?

—Decirlo así suena muy mal, solo quiero enmendar errores, eso es todo linda —Milo chasqueo la lengua un poco turbado ante el ataque psíquico de Shaka por llamar linda a Eileen— no te preocupes respetare tu espacio, y Shaka no dejara que me pase de listo —comento aun turbado por el ataque de Virgo— ¿Qué dices?

—Bueno la verdad no quiero vivir con rencores, y todos merecen una segunda oportunidad. No quiero que Amelia crea que soy rencorosa.

—Entiendo ¿Amigos entonces?

—No lo sé, aun no me decido del todo Milo.

—Vamos pequeña, sabes que como amigo seré mejor que como novio, lo prometo.

—Está bien pero no te pases de listo y no molestes a Shaka.

—Eso si no lo prometo —Milo miro en ambas direcciones, y confesó en susurros —… es mi blanco preferido.

Eileen volteo los ojos —Haya tú, por lo visto no estimas tu vida.

Milo rio con discreción, esta oportunidad no la desperdiciaría le daba gracias a Athena por eso, de paso fastidiaría un poco a Shaka en el proceso, dos pájaros de un solo tiro.

—Vaaa yo soy muy fuerte por si no lo sabias.

—Pero Shaka lo es más, yo le sé.

Milo rasco su cabeza —Touche cariño, pero no estés tan segura del poder de tu novio.

Eileen se ruborizo de pies a cabeza —No es mi novio—Milo subió ambas cejas en señal de incredulidad.

—Vaya que es lento el rubio, pero a ti te gusta mucho por lo que veo, vamos no seas tímida acéptalo —Eileen procedió a darle un zape a Milo que rio ante el intento de provocarle dolor al santo, mientras Shaka paraba la oreja esa parte de la conversación si le interesaba—, no te metas en cosas que no te importan.

—Pero si me importar amiga, no dejare que te lastime.

—¿Cómo lo hiciste tú? —Milo puso cara de dolor

—Si —respondió con dolor— así como yo… por eso me asegurare que seas feliz Eileen, además permíteme vivir mi etapa de amigo celoso.

—Eres un idiota —Eileen le dedico una minúscula sonrisa, después de todo ella y Milo tenían su historia.

—Creí que ese tema ya se había acabado.

Por un momento pensó que Shahka estaría todo el tiempo pegado a ella. No malinterpreten, si, estaba junto a ella ya en silencio o tratando de hacer conversación, pero también se dedicaba a meditar o a ejercitar su cuerpo como lo hacía en ese momento y cuando eso pasaba el mundo desaparecía para el rubio.

Estaba debajo de uno de sales gemelos, acomodada sobre unos cuantos cojines que Shaka había colocado para ella. La curiosidad le había ganado cuando vio desaparecer al rubio dos días seguidos a la misma hora realmente quería saber a que lugar hiba, así que en el tercero decidió seguirlo, así hizo por un lapso de veinte minutos ¿Tan grande era ese templo? Ya Estaña cansada hasta que una risa resonó por el lugar dándose por descubierta.

—¿Por que simplemente no solo me dices que quieres acompañarme y ya?

La voz de Shaka resonó por las paredes y en un segundo ya estaba a su lado con esa incansable sonrisa. No se había atrevido a preguntarle ya que ese en realidad no era su asunto y de paso que estaba en templo ajeno, simplemente no preguntó.

—Tu no debes tener miedo ni pena cuando estés a mi lado.

Eileen lo miro por un segundo, ese era el rubio que ella conocía. Shaka la guió hasta una gran estatua de buda y juntos entraron a los sales gemelos.

—Tu templo es muy grade —comento maravillada por ese jardín tan hermoso.

De nueva cuanta el se río con ganas, quien conociera a Shaka se asustaría con el temor de creer que era un doble, ya que el santo de virgo se caracterizaba por su seriedad y hermetismo.

—En realidad no lo es, solo te hice que me siguieras en círculos.

La boca de la chica se abrió y cerro ofendida —Sabias que te seguía desde un principio ¿Verdad?

El santo asintió sonriente, tomándola por los hombros y guiándola hasta la sombra de uno de los sales.

—Solo quería saber que tanta curiosidad tenías, eso es todo.

Eileen le golpeó el hombro divertida, no se sentía enojada como seria su reacción habitual. Shaka le llevo unos cojines y se sentó frente a ella.

—Aqui es donde entrenó, no me agrada ir al coliseo y aguantar a esos idiotas, aqui es mas cómodo.

—Entiendo, pero ¿No sería mas fácil con un oponente?

Shaka asintió —Dije que no me agradaba no que no fuera, aquí solo entrenó mi cuerpo en coliseo pongo a prueba mis habilidades.

Eikenn asintió y le vio alejarse.

Sacudió su cabeza, mientras regresaba a la actualidad. Shaka estaba haciendo flexiones muchas flexiones y ella lo admiraba al ver los músculos de su abdomen contraerse con cada flexiones, se deleitó con sus fuertes brazos tras su cabeza.

Una gota de sudor surgió de su cuello paseándose por su pecho y perdiéndose en el escote de sus senos.

Hacía calor y eso la había obligado a poner unos short muy cortos y camisa de tirantes con un generoso escote, Shaka al verla había fruncido sus facciones mientras hacia flexiones molesto quizá, no sabia a ciencia cierta porque del gesto, mucho menos le importó.

Ella lo vio disimulada de nueva cuenta era imposible dejar de verlo,mirarlo así con la caballera rubia atada en una cola de caballo obiamente sin camisa y su torso con pequeñas gotas de sudor llebava esos pantalones que se habían puesto de moda muy bajos de la cintura le llegaban a medio vientre. su corazón se acelero ¿Eso que se asoma por el borde del pantalón era un tatuaje? Su boca se abrió y cerro muchas veces y Shaka le sonrió con burla quizás por haberse dado cuenta de su turbamiento.

—Es solo un tatuaje asi que no pongas esa cara —Agrego con burla deteniendo el ejercicio para verla directamente a los ojos.

—Lo veo y no lo creo, tu el más cercano a un dios, tú y precisamente tú —el rubio rio disimuladamente— ¡Tú con un tatuaje! lo veo y no me lo creo —Shaka enarco una ceja.

—¿Quieres verlo? —pregunto con diabólica satisfacción al ver como la chica se ponía mas roja que un tomate y negaba frenéticamente con su cabeza.

Su turbamiento no era para menos en su vientre, al sur de su cuerpo un tatuaje del signo de virgo se alzaba un poco visible por el pantalon, lo cual indicaba que debía bajar aun mas el elástico de su pantlon, si, bajarlo mas de lo que ya estaba.

La pobre chica boqueaba como pez fuera del agua, y el muy mendigo solo reia seductoramente. Un tatuaje, el era budista ¿cierto? Los tatuajes no estaban permitidos ¿Cierto?

Una carcajada se escuchó en el lugar, ambos vieron al recién llegado y no pudieron evitar mostrar su disgusto.

—Vamos no me hagan esa cara, yo que vengo a visitarlos.

Milo se había sorprendido enormemente al descubrir que Eileen estaba en ese lugar, ya que Shaka era muy quisquilloso él lo sabía de primera mano.

—¿Que quieres Milo?—Shaka se había cruzado de brazos y Eileen no pudo evitar rrecorerlo con la mirada al cruzar sus brazos se habían marcado los músculos de sus brazos.

—¡Ey! Eileen, se te cae la baba —Milo se acerco a ella con burla señalando su boca y de nueva cuenta ella solo atino a sonrojarse y abrazar el cojín que tenia entre sus brazos— toma.

Milo le tendio una bolsa que llevaba consigo ella la abrió y sus ojos se iluminaron, Shaka no entendía nada y Milo solo le guiñó un ojo a la chica provocando un bufido del rubio, Eileen le agradeció a Milo, claro el la conocía muy bien y sabia que en tiempo como este donde hacia mucho calor lo mejor que se le podía dar a Eileen era helado.

Shaka sintió mucha frustración, odiaba eso, Milo la conocía mejor que él y aunque hubo algo en el pasado de esos dos, él debía ser quien hiciera ese tipo de gestos para la chica.

—Así mejor deboraras el helado y no a Shaka —Eileen le tiro un cojín que tenia a la mano.

Milo salió del lugar con el cojín en la mano riendo como un chiquillo, Eileen roja como un tomate y Shaka, pues Shaka estaba molesto no solo era el hecho que Milo le hiciera gestos como esos, si no que el mismo no lograba hacer nada pese a que la chica permanecia a su lado estaba confundido hasta que su cabeza hizo click, Milo se había llevado el cojín de su templo, bueno en realida eso no era muy importante. Miro a la chica que miraba el helado con molestia.

—¿Que pasa? —pregunto confundido.

—Ese idiota, siempre lo olvida detesteto el heledo de fresa, jamás lo recordó.

En realidad Milo nunca lo olvidaba, solo que siempre le gusto ver esa expresión molesta en su rostro, siempre le regañaba por el sabor, pero siempre terminaba comiéndolo. Milo pese al tiempo separados nunca dejaría de sentir ternura por el rostro enojado de Eileen ante el sabor del helado.

—¿Cuál te gusta entonces? —pregunto con gran curiosidad.

Eileen lo miro seria —Adivina rubio.

—Mi nombre es Shaka, cuantas veces debo decirlo llamame por mi nombre.

—Relajate Shaka, vamos intenta adivinar mi sabor de helado favorito y yo te digo el tuyo —Shaka sonrió y acepto.

—Es de chocolate —le dijo divertido.

—Nop.

—intetesante, Vainilla entonces.

—Segundo strike, Shaka.

—¿Que pasara al tercero? —pregunto quedito, viendo y admirando la sonrisa de la chica.

—Supongo que un castigo ¿No?

Él la miro y tuvo un vago recuerdo, ella había dicho que su fruta favorita eran las ceresas así que era relacionar las cosa.

—Cerasa —afirmo sonriendo ante su victoria.

—Así es Shaka y aquí voy yo.

El santo la detuvo con un gesto de su mano, la cual poso luego en el mentón de la chica en una caricia sutil. Eileen no se atrevió a mover ni un músculo.

—No te equivoques o tendré que castigarte.

—Pero tu tuviste tres oportunidades.

—Pero yo solo te doy una oportunidad —ella lo miro confiada caminando alrededor del rubio, este no se movio solo la seguía con su azul mirada.

—Ninguno.

—¿He?

—Ningún sabor, a ti no te gusta el helado Shaka.

—¿Como lo supiste?

—¡Oh! Eso es secreto —ella destapo el bote de helado y comenzo a comerlo.

—¿Crei que lo destetabas?

—Y lo hago, pero hay calor y a ti no te gusta, no se puede desperdiciar

—Una escusa para decir que eres golosa —Ella rió con disimulo, porque en verdad lo era.

Mu abrió sus gemas para que el mundo las admirara de nuevo, un quejido escapo desde su pecho al notar un peso extra , Amelía descansaba cómodamente en su pecho, sonrio con ternura al encontrarla asi tan tranquila y utilizandolo de almoada sea dicho de paso.

Un suave vaivén logro despertarla ¡Se había quedado dormida! Que pena, cuando rogar tanto para que la dejaran cuidar de Mu y ella se quedaba dormida a la primera. Cruzó mirada con el santo y de inmediato se puso de mal humor, viendolo mejor, mejor hubiera sido que el santo se quedara dormido, pobre no sabe lo que le espera.

—Veo que al fin despierta caballero.

Mu elevo uno de sus tikas, algo tenía esa endemoniada mujer ¿Que había hecho él estando inconciente?

—¿Pasa algo? —pregunto con confunción y calma tanteando terreno.

Amelía enderezó su postura, lo miró muy taimada, arreglo su cabello, mientras sentía una leve sacudida en su columna por el gesto.

—No pasa nada, sólo que vino tu amiguita.

—¿Cual amiguita? —ahora si, Mu, estaba en la luna.

—¿Pues cuantas tienes caballero?

—Me estas preocupando, no tengo la mas minina idea de lo que hablas.

Amelía se levanto furiosa y lo señaló con el dedo acusador.

—Esa amazona vino y me grito... —la chica tomo aire— tu novia creó que dijo, dime por que se da ese título.

—No lo se —Mu estaba al borde de un precipicio y Amelía lo empujaba al filo de una espada.

—¿No lo sabes? Le has dado ilusiones a una amazona, eres un traidor

—Amor mio —Mu la tomo de las manos tranquilizandola con su Cosmos— explicame con detalle ¿Quieres?

La chica asintió —Yo le rogué al patriarca que me dejara quedarme, en eso estábamos hasta que...

La voz de Amelía se escuchaba levemente molesta, pero le explicaba con calma lo ocurrido anteriormente

—Por favor patriarca, no sere una molestia dejeme quedarme al lado de Mu.

Shion pareció meditarlo un par de segundos —¿Acaso no esta cansada? Aquí no podrá descansar.

—Por favor, yo sólo quiero estar aquí cuando despierte.

No hubo tiempo de decir nada, la puerta del lugar se abrió con gran violencia. Shion se puso en posición de defensa a la espera del enemigo (y ojalá hubiera sido un enemigo), de inmediato se tenso por ver quien era el atrevido bueno mas bien atrevida, una amazona entro como remolino al lugar corriendo en dirección a ellos siendo frenada a ultimo momento por Shion.

Amelía se había inclinado levemente sobre Mu en un instinto proyector.

—Lo siento patriarca —la amazona retrosedio tres pasos y rindió pleitesía al sumo pontífice.

—Esas no so maneras, más aun cuando tenemos invitados.

Shion le invitó a levantarse y la amazona reparo al fin en la presencia de Amelía mirándola a través de esa inexpresiva máscaras, que aun así Amelía sintió los ojos de esa santa como dagas.

—¿Quien es ella?—preguntó señalado despectivamente a Amelía, acomodándose su larga trenza color dorado.

Las orejas de Amelía se calentaron debido a la cólera por las palabras de la amazona.

—La novia de Mu.

¡Ja! No dejaría que una amazona le mirara despectivamente, Shion sudo frío eso no era bueno, su alumno estaba en un serio problema.

—¿Novia? —preguntó con burla— dices... Que su novia, no me hagas reír.

La amazona retiró su mascara revelando su naturaleza Lemuriana y mirando con furia a la chica. Shion golpeó su rostro con frustración.

—Patriarca, me podría explicar ¿Por que esta mujer dice esas idioteces? No debería estar aquí, que se largue.

Mu podia imaginarlo a la perfección —¿Que dijo mi maestro? —mas vale que su maestro haya puesto en su lugar a esa amazona.

Shion la retiró dos pasos de Amelía, pues la lemuriana había elevado su cosmos.

—Creo que debes retirarte y no importunar mas a nuestra visita.

El rostro de la amazona se descompuso y explotó en cólera.

—Pero ¡Yo soy la novia de Muy! Yo soy quien debería estar aquí, yo seré su futura esposa.

El rostro de Amelía se quedó mas blanco que el papel ¿Esposa? ¿A esta tipa que le pasa,! ¿Acaso Mu? Aries era lemuriano muerto.

—El patriarca sólo la saco de aquí y no ha regresado —La chica lo miro dolida— ahora dime que no sabes de que hablo.

No, en realidad Mu no lo sabía ¿Que amazona tendría tal atrevimiento? Un chispazo y supo de quien se trataba, un sudor frío recorrió su espalda si era ella estaba en problemas, debía confirmar con su maestro si ella había regresado y si ese era el caso que Athena se apiede de él.

—¿Y bien? — preguntó exigiendo una respuesta.

—Tengo que hablar con mi maestro, la verdad no se de que hablas cariño.

Amelía le miro enfurecida, el santo trago grueso eso no se mira bien, para él hay que aclarar.

—¡¿Eso es todo?! —Mu hizo amago de contestar— No me des escusas baratas caballero, no insultes a mi persona. Tu la conoces y te atreves a Mentirme.

Terminó señalándolo con mucha furia en sus ojos. Mu negó y solo volvió a descansar ante la iracunda mirada de Amelía evadiendo de esta forma el tema ¡Cobarde!

Salio a tomar aire, sin saber donde ir ya que Mu había optado por ignorarla, ella se negaba a estar en la misma habitación lo más sensato era buscar al patriarca e informarle y tal vez sonsacarle un poco de información, aunque lo dudaba si así era el discípulo ¿Como sera el maestro?

Ya llevaba un buen tiempo caminando por el lugar, luego de un largo pasillo había una gran sala donde al final había un par de guardias, no se atrevía a seguir de ese punto ya que no quería problemas.

Miro a su alrededor y suspiro resignada regresando sobre sus pasos. Una sensación desconocida le gobernó, su corazón parecía que explotaría, sentía como si una llamarada le consumiera.

Tan fuerte fue ese suceso que le obligó a arrodillarse jadeante, en esa posición aun tratando de recuperar el aliento, una falda blanca inmaculada ondeaba frente a ella, era la mujer mas hermosa que había visto.

—¿Te encuentras bien?

Su voz la sobrecogio, ahí lo supo ella no era humana, es mas una sensación de pesades se instalo en su estomago cuando supo que era Athena en persona.

—Estoy muy bien mi señora Athena, lamento enormemente tomar el atrevimiento de deambular por su templo sin permiso.

Una suave risa la distrajo la pelilia se cubría la boca delicadamente, la Diosa le extendió la mano para ayudarle a levantarse, volvía a ahogar una risa ante la cara espanto de Amelía por la acción.

—Mi señora no soy digna de tomar su mano.

—Por favor, solo tratame de tu por favor, cuando vengo al santuario esta formalidad me mata.

—¡Pero usted es la Diosa! ¿Como podría?

—Anda, no seas terca.

De un tirón Athena la incorporó, Amelía estaba que no se lo creía, estaba frente a la Diosa Athena y esta le pedía que le tratara de tu.

—Se lo agradesco, no era necesario podía hacerlo, y lamento andar deambulando sin permiso.

—¿Eres la novia de Mu, verdad?

Amelía le miró patidifusa ante la muy directa pregunta, solo atinó a mover la cabeza en afirmación.

—Me alegro que Aries al fin encuentre a su otra mitad, por favor cuidalo mucho —Amelia sonrió tímida y contenta por las palabras de la Diosa.

—Espero no le moleste mi relación con Mu.

Athena negó divertida, ¿Como podría eso molestarla? Al contrario se sentía muy dichosa ya que sus santos hicieran una vida feliz fuera de las guerras.

—¿Dime, se ha portado bien ese lemuriano? —Athena la guió hasta una sala con muebles muy cómodos en los cuales tomaron lugar para continuar con su platica.

Amelía la miró con duda —Bueno es muy lindo y caballeroso, quitando lo bruto que puede llegar a ser en ocasiones es todo lo que una chica quiere.

—Si, ese pequeño defecto parece seguir a todos mi santos, aunque mi experiencia me dice que es un rasgo muy común en los hombres.

Ambas rienron en complicidad al compartir opinión sobre el género masculino.

—Y es por eso que la mujer fue creada, para complementar nuestros defectos.

La voz de Shion las sacó de su charla con una sonrisa el santo padre le rindió pleitesía a la Diosa.

—Princesa, creo recordar que prometió descansar, ya le dije que Mu esta en perfecto estado ¿No es verdad señorita Amelía?

La aludida afirmó la pregunta, y noto como Athena inflaba los cachetes en un mohín de lo más mono, el patriarca sólo suspiro derrotado ¿Que más podía hacer?

—El santo de Libra la acompañara a su habitación joven Athena —de entre las sombras emergió un hombre asiático quien guió a la Diosa—en cuanto a mí, la guiaré a donde descansará cómodamente, se que tiene muchas preguntas y tras lo ocurrido, será mejor que descane.

Amelía arrugo la nariz, ya se había enterado de su discusión con Mu y esa era su forma de decirle que respondería nada de nada, ni modo mañana seria otro día.

El Ariano tenia permiso de caminar por el lugar sin hacer ningún tipo de esfuerzo.

Ella solo lo acompañaba en silenciosa compañia ya que después de preguntarle de nuevo, Mu se negaba a decirle quien era la chica que decía ser su prometida.

No discutiría no cometería otra vez el error de ser imprudente. Un momento después se les unió un grupo de santos, compañeros de Mu al aparecer ya que todos llevaban armadura dorada.

Uno a uno se fueron presentando, Milo, Kanon, Death Mask (¿En serio ese era su nombre?) ella no era quien para juzgar.

Los tres debían ser muy insufribles, ya que la cara del peli-lila parecía como si hubiera chupado un limón, no, no eran para nada del agrado de su novio.

No prestaba atención realmente a la plática, pero eso cambió cuando uno de ellos menciono a y cita tal cual a Cáncer: Esa lenuriana demente regreso ¿Que piensas hacer?

Mu se pudo pálido y ella lo sepultó tres metros bajo tierra con su mirada. Un silencio incomodo se hizo presente, uno a uno se retio en silencio dándoles espacio para "hablar"

—No es lo que piensas —ella le miro duramente, y Mu juro por todo lo sagrado que le cortaría la lengua a Angelo.

—¿No lo es? Eso es todo lo que piensas decirme ¿Enserio?

—¡Esta bien! Si, la conozco, en teoría ella seia mi futura esposa, pero...

No hubo más, una sonora cachetada resonó por el lugar y una exhalación en grupo se escucho a unos metros de ellos

—Esto esta mejor que la novela de las 11 —como siempre Milo dio a conocer su punto de vista mientras era arrastrado por los otros dos.

¿Acaso Escorpio no temía por la ira de Aries? Bueno Milo no conocía el instinto de supervivencia.

Por otro lado Mu sólo acarició la parte afectado, en serio le dolió esa bofetada ¿Como era posible?

—Amelia, amor mio dejame explicarte, ella es una conocida de mi infancia, cuando estaba en Jamir...

—¿Te pedí explicación? No verdad así que no me las des —Mu se quedo en silencio, un muy incómodo silencio.

Amelía giro dispuesta a irse pero de nueva cuenta su corazón se sobrecogió como si una hoguera creciera en su interior y no fue hasta que Mu la atajo y se arrodilló junto a ella que se dio cuenta que la Diosa estaba frente a ellos.

—Buen día Mu, Amelí ¿No es un lindo día?

Ambos asintieron avergonzados, ya que era más quien seguro que Athena había escuchado su pelea.

—Me alegra que también lo piensen y ahora siganme hay algo quien hablar.

Ambos la siguieron hasta llegar al trono donde el santo padre y la lemuriana les esparaban. Mu sudo frío era ella no había duda alguna, solo tomo a su chica por la cintura y Amelía solo se dejo hacer.

La lemuriana se quito la mascara y Mu desvío rápidamente la vista ante la confunción de su chica y la mirada iracunda de la amazona.

—Creo que saben que hay un tema por tratar aquí ¿Verdad?

Todos asintieron incluyendo a la Diosa, Mu miro mal a su maestro por involucra a la joven Athena en ese problema. La amazona miraba con furia el agarre que sostenía la cintura de Amelía.

Mientras el pelila pensaba en sus adentros ¿Por que regreso? Estaba mejor en Jamir.