Mimi
capítulo 6: Una familia para Mimi.
¿Y ahora qué pasaba?
En resumen, Mimi había hecho una travesura lo cual provocó que su padre la castigara, mandándola a una dimensión donde todo es lindo y rosa. Ese lugar sería poco soportable para Mimi, hasta que al poco tiempo vio a Bombón, y la quiso tanto, tanto, tanto. Y por supuesto que Bombón también le daba sus cariñitos a la que ahora consideraba su dulce bebé.
Todo el día Mimi había sido llevada de allí para allá. En la mañana fue a la escuela (varios niños salieron lesionados), a medio día se encontraba combatiendo el crimen (con un amargo final), por la tarde jugó con los Rowdyruff Boys (que se autoproclamaron sus hermanos). Después de todo eso las Chicas Superpoderosas y los Rowdyruff Boys se encontraban en una persecución por poseerla. Mimi no entendía, pero ya estaba harta. Ahora su casa parecía más relajante que todo esto.
Para colmo de los colmos, habían llevado a la pequeña niña demonio con Él, ya que las chicas pensaron que era su padre por el parecido. Pero no era así, no podía ser así. Pero ahora Él también quiere tener a Mimi.
¡Qué locura!
Justo ahora, Mimi permanece colgada de unas cuerdas a punto de caer a ácido.
—Si ustedes quieren obtener a Mimi tendrán que encontrarla entre este laberinto. Claro, antes de que se acabe el tiempo y Mimi muera.— fue la condición que le puso Él a las Superpoderosas y a los Rowdyruff. Simplemente este tipo estaba muy desquiciado.
Uno, dos, tres. Habían pasado tres de los cinco minutos que Él les había dado para encontrarla. Mimi ya se había aburrido. Nah, no le temía al ácido, le temía a morir de aburrimiento. La verdad, a Mimi no le importaba tanto los otros chicos, sólo le importaba que Bombón la encontrara, cosa que, claro, no estaba ocurriendo.
—¡Ahhh! ¡No puede ser!— gritó Bombón, tan fuerte que todos los competidores del laberinto la escucharon—. ¡Esto es imposible!
—Patético.— escupió Butch, que permanecía sentado en una banca flotante en el vacío, junto con Bellota y Burbuja.
—Ésto es ridículo, no lo van a conseguir.— dijo Bellota, con voz fastidiada.
Los tres, tanto Butch, Bellota y Burbuja, habían perdido la competencia. Pasó que, justo cuando comenzó la cuenta regresiva, Butch y Bellota, haciendo caso omiso de las reglas, golpearon las paredes para atravesarlas. Funcionó, pero fueron descalificados al instante y las paredes se regeneraron. Los más fuertes perdieron medio segundo después de que iniciara el juego.
¿Y Burbuja?... Bueno, ella fue un sacrificio.
—¡KYAAAAAA!— había gritado la rubia cuando, a medio minuto de iniciar, Bombón le pidiera volar por encima para llegar más rápido o simplemente ver el camino. Como es lógico, una poderosa descarga eléctrica recorrió cada centímetro del cuerpo de la más pequeña de las chicas, quedando descalificada. Claro que Bombón había visto esta posibilidad y por ello le pidió que lo hiciera en lugar de hacerlo por sí misma. Al parecer, gracias a Mimi, Bombón hacía cosas que no haría normalmente, todo por la niña demonio.
Así fue como Burbuja terminó (con todo y el cabello tostado) en la banca de perdedores.
—Pero Brick y Boomer aún siguen en el juego.— comentó Burbuja, observando todo lo que sucedía junto con los otros dos.
—¡Vamos!— gritó Butch—. ¡Ganen esta tontería para quedarnos con nuestra hermana!
Obvio los competidores no escuchaban los gritos de Butch, sólo estaban concentrados en el juego. Quedaba sólo un minuto o Mimi caería al ácido.
—¡No lo vamos a conseguir! ¡no lo vamos a conseguir!— Boomer deambulaba solo en medio del laberinto, el pobre sin saber que iba a sentido contrario y directo a un camino sin salida. Brick le había dicho que tenían que separarse para buscar, no contaba con que su hermano menor fuera un llorón cobarde que se perdía a los diez segundos (o más bien, sí lo sabía, por éso se alejó de él)—. ¡Nuestra hermana va a morir!
Ah, pero el laberinto tenía sus trampas. No sólo tenías que obedecer las reglas y no perderte, tenías que evadir los peligros que este laberinto infernal poseía.
—¡Ahh!— gritó Boomer al encontrarse con un nido de serpientes—. ¡Ahhh!— gritó Boomer cuando estuvo a punto de caer en lava—. ¡Ahhhhh!— volvió a gritar cuando una aparente estatua sin vida se movió, lo atrapó, lo golpeó y comenzó a hacerle preguntas de matemáticas para dejarlo pasar.
—Ay, pobrecito.— se entristeció Burbuja al ver lo mal que la pasaba el rubio.
—¡Ja, ja, ja, ja!— se reían los dos verdes.
—¡Es un idiota! ¡Ja, ja, ja!— se burló Bellota en voz alta.
—¡Sí, realmente lo es! ¡Ja, ja, ja!— concordó Butch, riendo y gritando de la misma manera que ella.
—¡Es lo más divertido que he visto! ¡Ja, ja, ja!— exclamó Él, que permanecía flotando al lado de la banca de los perdedores, tomando un refresco y comiendo palomitas—. ¡Realmente valió la pena!
—Estás disfrutando esto ¿no es así?— se molestó Burbuja, cruzándose de brazos y mirando al demonio.
—Querida, ¿no es obvio?
Puff. Entonces Boomer apareció en la banca de perdedores, había quedado descalificado al toparse con un enjambre de abejas gigantes que lo acorralaron y no lo dejaron ir. El pobre rubio casi fue atravesado por un aguijón gigante.
—¡Ja, ja, ja!— se reían Butch, Bellota y hasta Él.
—Cállense.— les dijo el niño, haciendo un berrinche—Y Butch ¡yo soy de tu equipo!
—Sí, y eres patético.— dijo a su hermano, empujándolo.
—Eso significa que...— Él hizo una sonrisa maligna.
—Sólo quedan dos competidores...— dijo Burbuja.
Bombón y Brick.
¡Quedan 30 segundos!
—¡No!— exclamó Bombón al casi chocar contra un muro—. ¡No!— volvió a gritar al sucederle lo mismo—. ¡No!— ¡era imposible! con cada vuelva a la esquina, una nueva pared le esperaba, y gracias a su super velocidad, esto le sucedía al menos dos veces por segundo ¡era imposible!
—¡No podrá hacerlo!— gritó Bellota, dándole un puñetazo a Butch sin motivo, sólo por frustración.
—Si ninguno de los dos lo logra...— Burbuja se aterrorizó, hasta el punto de llorar—. Mimi morirá.
Mientras tanto, Mimi dormía.
—Piensa, Bombón, piensa.— se dijo la pelirroja a sí misma—. Llevo 4 minutos, 45 segundos dando vueltas en este laberinto, he cruzado por este lugar 7 veces, en total me he topado con 528 caminos sin salida. Calculando los porcentajes, las posibilidades y mis pocas ganas de pensar...
—Se les acaba el tiempo, niños— habló Él, los competidores pudieron escucharlo—. Quedan 13 segundos.
—¡Cállate! ¡no me dejas concentrar!— gritó la pelirroja, al tiempo en que todos los muros del laberinto se llenaban de relojes que marcaban la hora. Sonó el tic, toc, tic, toc una y otra vez.
—11 segundos.
—¡Púdrete!— la niña estalló en rabia, golpeando el suelo con furia un par de veces para después golpear la pared, rompiendo así una regla.
—¡Bombón! ¡no!— gritaron sus hermanas.
Pero Bombón se detuvo antes de ese equivocado golpe. Se dio cuenta de las grietas que formó en el suelo. Se detuvo a pensar, las reglas decían que no podían atravesar los muros ni volar por encima... pero nadie dijo nada de romper el suelo. Dio una sonrisa traviesa y comenzó a escarbar lo más rápido que pudo.
—¿Eso está permitido?— preguntó Burbuja, sorprendida.
—Yo... yo.. no.— Él revisó rápidamente el libro de reglas, y en ningún lado decía que eso estaba prohibido—. ¡Olvidé escribir esa regla!
Una vez bajo tierra (o lo que sea que esté debajo de ese laberinto) a Bombón le resultó mucho más sencillo encontrar el camino. A 3 segundos del tiempo límite, ella salió a la superficie... Pero ¿qué veía? Brick hizo exactamente lo mismo, llegando solo una décima de segundo después de la niña. Se miraron un segundo completo por la sorpresa. Un segundo que les costó muy caro.
Faltaban dos segundos para que el tiempo limite terminara, Mimi despertó de su siesta y, sin pensarlo siquiera, con una de sus garras cortó la cuerda que la mantenía colgada y cayó al ácido un segundo antes de lo que debería.
—¡Mimi!— gritaron Brick y Bombón a la vez.
Justo 0.01 de segundo antes de que el tiempo terminara, Brick y Bombón se abalanzaron en el ácido para sacar a Mimi, claro, ya que a ellos el ácido no les hace nada.
—¡Mimi!— gritaba Bombón mientras la buscaba, hasta que finalmente logró encontrar algo—. ¡Te tengo!
—¡Au! ¡no abraces tan fuerte!— se quejó Brick, que permanecía en los brazos de la pelirroja.
—¡Tú no eres mi bebé!— Bombón lo soltó de inmediato, completamente avergonzada.
—¿Dónde está...?— Brick buscó con la mirada entre el ácido, pero sólo localizó a Mimi cuando esta salió.
Mimi salió de la piscina de ácido tal como si fuera sólo una piscina de agua, se acomodó el cabello y estiró sus brazos, sintiéndose relajada.
—¿Quién lo diría? No le pasó nada.— murmuró Bombón al verla.
El laberinto desapareció junto con todo el ácido y Él apareció frente a los niños junto con Burbuja, Boomer, Bellota y Butch.
—Felicidades niños.— habló Él—. Acaban de empatar, lo que significa que tendrán que hacer otra prueb... ¡¿Pero qué les sucedió?!
Lo que sucedía es que, aunque los niños eran a prueba de ácido, su ropa no, y una vez se libraron del ácido, descubrieron que estaban completamente desnudos. Mimi y Bombón muy apenas lograban cubrirse con su cabello y Brick se cubría con su gorra.
—Qué poca decencia.— Él hizo aparecer las ropas de los niños de nuevo, pero era tarde, los demás ya los habían visto.
—¡Ja, ja, ja, ja, ja!— carcajeaban Bellota y Butch, se reían tanto que casi hasta se ahogaban. A su vez, Boomer y Burbuja se cubrían los ojos, deseando no haber visto aquello.
—Prométeme que nunca hablaremos de esto.— le dijo Bombón a Brick, sin mirarlo, la niña con un sonrojo extremo al igual que el niño.
—Nunca sucedió.— contestó Brick, sin atreverse a mirarla, ya que estaba igual o peor que ella.
Claro, porque no tenían la menor idea de en qué momento se les había desintegrado la ropa... y Bombón había abrazado a Brick.
Ahora Brick y Bombón debían desempatar, sólo una persona podía quedarse con Mimi. La siguiente prueba sería sencilla: Debían pelear.
Brick se molestó en sus adentros, ya que Bombón siempre le ganaba. Bombón se confió, ya estaba cada vez más cerca de quedarse con su querida Mimi.
La batalla iba a iniciar, el escenario se creó al rededor de ellos, era la ciudad. Todo era exactamente igual, los edificios, los autos, excepto que no había personas. En esa ciudad falsa tenían que pelear, todo el sitio era su campo de batalla.
Mientras, los hermanos que no estaban en la competencia, incluida Mimi, observarían la acción comiendo palomitas, hot dogs, hamburguesas y demás golosinas.
—¡Tu puedes Bombón!— gritaron las hermanas de la niña, con unas banderas color rosa.
—¡Barre el suelo con ella, Brick!— exclamaron los hermanos del niño, que vestían camisetas color rojo.
Mimi, por su parte, iba vestida de porrista y movía sus pompones graciosamente, aunque no decía a quién apoyaba. Obviamente Mimi prefería que ganara Bombón, pero también le gustaba pasar tiempo con Brick. Haber qué pasaba.
—Que comience el duelo.— dijo Él, iniciando así la pelea de los niños.
Pero Brick no peleó, no, el salió huyendo a esconderse.
—¿Qué?— se preguntó Bombón.
—¿Qué?— se preguntaron los hermanos.
No es común en Brick huir, así que esta actitud extraña confundió a Bombón. A los pocos segundos, la pelirroja voló a toda velocidad para buscarlo, pero no lo encontraba. Un destello rojo pasó tras de ella y cuando la niña volteó, un edificio enorme estaba cayendo y la aplastó completamente.
—Bombón.— gritaron sus hermanas.
Ya en el suelo, Bombón se arrastró para poder salir de los escombros, sólo para descubrir que el enorme edificio de al lado también iba a aplastarla. Podían hacer los daños que quisieran, era una ciudad falsa después de todo.
Brick tenía una estrategia, la estaba atacando a distancia, sabiendo que una pelea frente a frente no tendría demasiadas oportunidades. Brick se había tragado su orgullo con tal de quedarse a Mimi. Pero tarde o temprano tendría que darle un ataque directo.
Bombón ya se estaba cansando, Brick no dejaba de arrojarle autos, rocas y demás objetos. Lo buscaba con la mirada por toda la ciudad, pero iba demasiado rápido que ni con la visión de rayos x podía alcanzarlo. Tomó una decisión, debía eliminar cualquier lugar en donde él pudiera esconderse. Se estaba preparando para lanzar un ataque que destruiría toda esa ciudad ficticia cuando... se dio cuenta. Frente a ella estaban los dos edificios que Brick había destruido para aplastarla ¿pero cómo?
—Pero claro.— razonó—. Esta ciudad no es de verdad, es como un videojuego. Si destruyo algo, cuando regrese volverá a la normalidad.
Bajo de Bombón estaba un camión que se había destruido, pero estaba ahí nuevamente, y si se destruía volvería a aparecer. Era como un videojuego que solía jugar Bellota, donde iba a un restaurante a robar, salía y volvía a entrar para robar otra vez, ya que dentro todo había vuelto a la normalidad. Era tan simple, pero ¿cómo le ayudaría eso a ganarle a...?
—¡Ah!— esta vez Bombón fue atacada directamente por Brick, que le lanzó una patada a la chica a sus espaldas, ya que la vio distraída.
Las hermanas de Bombón también gritaron al ver el golpe. Mimi quiso intervenir, pero fue detenida por Él, que le jaló del cabello.
Bombón giró para darle un golpe a Brick, él le regresó el golpe, siguieron así unos segundos más hasta que Bombón le disparó láser y Brick decidió patearla y arrojarla lejos. Un descuido y Brick se volvió a esconder, reía mientras volaba alrededor de la pelirroja, lo suficientemente oculto y rápido para que Bombón no supiera de dónde provenían las risas. Iba a atacarla de nuevo, ya era frustrante. La niña ideó un plan.
Bombón voló por encima de la ciudad, le echó un rápido vistazo a los edificios y después...
—¡AAAHHHH!— lanzó un super grito que volvió cenizas todo edificio, casa y auto que formaba parte del campo de batalla.
Brick se molestó, pero no tanto. Voló hacia ella, pero esta descendió hasta casi tocar el suelo y esta vez fue ella la que huyó. Comenzaron una persecución, Brick la seguía y le disparaba, pero Bombón sólo se dedicaba a esquivar y seguir huyendo.
Fue entonces cuando, de repente, un edificio se materializó frente a Brick, este bajó la velocidad pero terminó estrellándose contra el muro y atravesó la pared.
—¿Qué sucede?— se preguntó Burbuja, confundida.
—La ciudad se está volviendo a formar.— dijo Bellota.
Era verdad, las casas, los árboles, todo se estaba volviendo a formar poco a poco. Brick estaba confundido, tardó unos segundos en darse cuenta qué era lo que pasaba. Bombón le lanzó una fuerte patada que hizo que el niño saliera volando, y cuando Brick se dirigió a ella para devolverle el ataque, un letrero enorme apareció en su camino, haciendo que el niño se estrellara, lo atravesara, perdiera el equilibrio y que después Bombón lo volviera a patear gracias a su distracción.
Bombón ya se había aprendido de memoria la geografía de todo el lugar, sabía dónde iba a aparecer cada cosa. Sostuvo a Brick con fuerza y lo arrojó a un punto en especifico que, cuando Brick cayó, justo se materializó un auto y Brick quedó atrapado dentro. Podría salir fácilmente, pero Bombón llegó y con su aliento helado lo convirtió en un cubo de hielo.
—Te tengo.— la pelirroja sonrió.
Lanzó el cubo de hielo hacia arriba, lo apuntó con su puño, estuvo a punto de golpearlo pero...
—Alto.— Él paró la pelea, el campo de batalla desapareció y Bombón golpeó al aire.
—¡Ya lo tenía!— se quejo la pelirroja.
—Sí, sí, ya lo tenías.— Él le dio unas palmadas en la cabeza a Bombón y después la arrojó al suelo—. Presumida.
Bellota y Burbuja corrieron a abrazar a Bombón y los niños fueron con Brick.
—¿Por qué perdiste?— se quejó Boomer.
—¡Torpe!— insultó Butch.
—Cá... cállense.— dijo Brick, temblando de frío—. ¡Hizo trampa!
—No hice trampa, sólo me aproveché del terreno.— habló la niña pelirroja, con voz presuntuosa—. Un momento... ¿Dónde está Mimi?
Los seis niños comenzaron a buscar a la pequeña demonio con la mirada, pero no estaba ahí. Él se acercó a ellos con una sonrisa burlona.
—No cantes victoria tan pronto, Bombón.
—Ah.— ella se cruzó de brazos y le dirigió una mueca tosca—. Tú también quieres quedarte con Mimi... ¡Pues tendrás que luchar contra mí si la quieres! ¡Voy a vencerte! ¡¿Qué prueba sigue ahora?!
—En realidad no lo he pensado .— hizo una expresión pensativa.
—No planeaste bien esto ¿verdad?— dijo Bellota, arqueando la ceja.
—Es sólo que esperaba que Brick le ganara.
—¿Y eso por qué?— inquirió Bombón, molesta.
—Porque para mí sería más sencillo vencer a Brick ya que es mucho más tonto que tú.
—Oh.
—¡Oye!— se quejó el niño pelirrojo.
—Ya lo tengo.— ideó Él.
Frente a los niños aparecieron tres espejos, cada espejo mostraba la imagen de Mimi. En el primer espejo se veía a Mimi enojada, tratando de escapar, en el segundo estaba Mimi llorando en el suelo y en el tercero sólo se encontraba jugando con unas muñecas. Bombón se acercó a los espejos y tan pronto se acercó, las tres Mimis voltearon a mirarla.
—¿Mimi?— eran tres y no sabía cuál era la real.
—Mimi se encuentra tras de uno de estos espejos.— explicó Él—. Pero sólo puedes romper uno, si el que rompes no tiene a Mimi atrapada ¡entonces ella será mía!— tomó a los otros cinco niños y los sentó en la banca de perdedores—. No puedes recibir ayuda.— sonrió malignamente—. Tienes un minuto.
—¡Bombón!— exclamó Burbuja—. Tú podrás reconocerla ¡confiamos en ti!
—¿Cómo se supone que la reconozca si apenas la conocimos ayer?— reprochó Bellota, cruzada de brazos.
—Nosotros la conocimos hoy.— dijo Boomer inocentemente.
—Cállate, Boomer.— le dijeron Brick y Butch, molestos porque ya no estaban en el juego.
Quedaban 40 segundos, Bombón no sabía cuál era su Mimi. Estaba tan cerca de conseguirla pero... no sabía. La primera Mimi golpeaba el espejo con desesperación, la segunda Mimi lloraba mientras trataba de alcanzarla y la tercera parecía distraída. Pensó ¿qué haría Mimi en esta situación? ¿cómo actuaría ella? Si lograba descifrar esas preguntas, sabría cuál era la real.
Quedaban 30 segundos. Estaba segura, la verdadera Mimi era la del tercer espejo. Segura de su decisión, se acercó al espejó, hizo un puño y estuvo a punto de golpearlo pero se detuvo.
—¿Qué pasa ahora?— se molestó Él.
—Espera...— Bombón examinó el espejo frente a ella y después los otros dos—. Ninguna de estas es Mimi.
—¿Cómo es que no va a ser?— preguntó Bellota.
—Porque sé cómo es Él y siempre hay un truco.— dijo, señalándolo con reproche. Él le dio una sonrisa sarcástica—. No tengo que romper ningún espejo porque Él dijo que Mimi estaba detrás, no dentro. Dijo que no rompiera el que no tenía a Mimi atrapada, pero ninguno la tiene, así que rompía cualquiera inevitablemente perdería.
—¿Dónde está?— preguntó Burbuja sin entender.
—¿Que acaso no pusiste atención?— le respondió Bellota.
—Ella estuvo detrás de los espejos todo este tiempo, así de simple.— Bombón rodeó los espejos y efectivamente, Mimi estaba detrás jugando matatenas. Bombón la tomó y la cargó—. ¡Te gané Él! ¡En tu cara maldito demonio langosta! ¡Ja, ja, ja!
—Ya basta, Bombón, te enloqueces.— dijo Bellota.
—¿No podrías ser menos modesta?— dijo Brick con sarcasmo.
Él rodó los ojos, se acercó a las dos niñas de forma siniestra. Bombón protegió a Mimi con sus brazos, dirigiéndole a Él una mueca casi de berrinche.
—Todo esto fue de acuerdo a mi plan.— dijo, calmado.
—¿Qué?— dijo Bombón, sus hermanas y los otros niños, incrédulos.
—¿Por qué poseer a Mimi cuando puedo siempre atormentarlas en sus pesadillas? No necesito tenerla aquí para controlarla.— se acercó demasiado a Mimi, como queriendo asustarla—. ¡Yo siempre gano al final! ¡Ja, ja, ja, ja!— Mimi se hartó de sus risas y le dio un fuerte golpe en la nariz—. ¡Auch! ¡Niña malcriada!— realmente le había dolido.
—No, tú realmente perdiste.— dijo Brick, cruzado de brazos—. Sólo finges que es parte de tu plan para que no dejar de verte cool.
—Siempre has sido un mal perdedor.— recriminó Butch.
Él emitió un gruñido, después miró a Mimi.
—Nos volveremos a ver, te lo aseguro.— le dijo a la niña demonio. Mimi se despidió, casi, casi con una sonrisa—. ¡Ya váyanse!
Al instante siguiente, las Chicas Superpoderosas y los Rowdyruff Boys junto con Mimi aparecieron en Saltadilla por arte de magia, cuando Él dijo que ya quería que se fueran era en serio, al menos les ahorró el viaje.
Bombón seguía abrazando a Mimi mientras le hacía cariñitos. Realmente amaba a esa niña.
—¿Entonces podemos quedarnos con ella?— preguntó Burbuja a Bellota, con ojos iluminados. Bellota ya estaba frustrada, pero debía ceder.
—Tendremos que enseñarle modales.— dijo y Burbuja se abalanzó sobre ella para abrazarla.
Los Rowdyruff Boys estaban molestos y entendían que ya no tenían nada que hacer ahí.
—Vámonos de aquí, hermanos. Después de todo no quería una hermana tonta.— dijo Brick a sus hermanos, ellos ya se iban a ir.
Pero Mimi puso una carita triste, ya que se había divertido demasiado con ellos. Bombón notó esto y, tragándose su orgullo, los llamó.
—¡Oigan!— les habló, pensando en que se podría arrepentir—. Ustedes... pueden jugar otro día con Mimi si quieren.— se sintió tonta al decir aquello y sabía que sus hermanas la miraban con sorpresa.
—¡Ja! ¡No necesitamos tu permiso para jugar con nuestra hermana!— exclamó Brick, aunque obviamente él y sus hermanos tenían un mejor humor que hace un momento.
Ellos se fueron, las niñas quedaron solas con Mimi. Bombón estaba muy feliz de tener a su pequeñita. La había conocido el día anterior, pero la quería tanto que ya no se imaginaba una vida sin ella. Era un amor que crecía a cada segundo.
Ya estaba atardeciendo y las niñas pasearon por el parque, comentaban sobre las cosas divertidas que podrían hacer con Mimi, de qué podrían jugar al día siguiente.
—Por supuesto que seguirá yendo a la escuela con nosotras, pero tendremos que enseñarle a no golpear a los demás.— habló Bombón, en un tono intelectual.
—Claro que tendrá que pagar por lo que hizo hoy.— dijo Bellota—. Aunque admito que fue muy divertido.
—Ahora Princesa nunca va a querer meterse con Mimi.— se rió Burbuja.
—El fin de semana deberíamos ir de compras ¡estoy ansiosa por probarle todos los vestidos!— exclamó Bombón con alegría—. Voy a hacerle muchos peinados. También deberíamos conseguirle una cama, no cabe en la nuestra y no creo que sea bueno que siga durmiendo en el suelo.
—¡Te vas a divertir mucho con nosotras, Mimi!— decía Burbuja, saltando de alegría—. Seremos la mejor familia para ti.
Este era el mejor día en la vida de Mimi, jamás se había divertido tanto antes; ni siquiera antes, en su otra vida, antes de que todo se arruinara, antes de que su madre muriera de la forma más horrible hace ya mucho mucho tiempo.
Esto era realmente divertido, Mimi ya jamás iba a querer regresar a su casa. Estaba tan feliz. Pero no podría ser feliz por siempre. Ella no pertenecía a ese mundo, ella no debería estar ahí.
Un portal se abrió frente a las niñas, similar al que había traído a Mimi a su mundo. Mimi ya sabía de qué se trataba y rápidamente se ocultó tras de Bombón.
—¿Qué es eso?— preguntó Bombón, conmocionada, preocupada por la reacción de Mimi.
Las Superpoderosas se pusieron en guardia, del portal había aparecido una criatura monstruosa. Bellota se escandalizó.
—¡Una araña!— gritó Bellota, escondiéndose tras de Bombón al igual que Mimi.
—¿Qué?... ¿qué quieres?— preguntó Burbuja, impactada.
La araña, que se llamaba Jeff, buscó a la niña demonio con la mirada, encontrándola tras de la pelirroja.
—Mimi, tu padre dijo que es hora de volver a casa.— le dijo amablemente el arácnido a la niña.
Jeff era el niñero de Mimi, y Mimi lo quería demasiado, más que a cualquier persona, pero no lo quería obedecer esta vez, no cuando era tan feliz. Confundida con sus sentimientos, Mimi le gruñó a Jeff, aferrándose más a Bombón.
—¿Mimi?— Jeff miró atentamente a la niña a la cual Mimi se aferraba, reconociéndola al fin—. Oh, cielos. Mimi, no... ella no es... Debemos irnos.— se entristeció por su pequeña amiga, pero no tenían elección, debían volver.
—¡Ella no irá contigo!— gritó Bombón, muy enfurecida—. ¡Mírala! ¡ella quiere estar conmigo! ¡No sé quién seas pero no te la llevarás!
—Realmente lo siento.— se lamentó Jeff, arrojando una telaraña a Mimi y arrebatándosela a Bombón—. Pero ella no te pertenece, lo siento mucho.
—¡No! ¡Mimi!— gritó Bombón, lanzándose contra Jeff para recuperarla, pero él ya estaba entrando al portal—. ¡Mimi!— estiró el brazo para alcanzar a su pequeñita, Mimi hizo lo mismo, pero no lograron alcanzarse, fueron separadas y el portal se cerró.
En sólo unas horas Mimi se había vuelto todo para Bombón, pero el arrebato fue tan tajante que no parecía real. Nunca olvidaría la ultima mirada que le dio Mimi, la pequeña niña demonio estaba tan triste que lloraba de dolor.
—¡NOOOOO!— gritó Bombón arrodillada en el suelo, con un dolor incomparable, llorando tanto como podía.
—Se ha ido.— susurró Bellota,
Todo lo que planeaban hacer con ella, todo lo que habían construido en tan poco tiempo... se había destruido.
—¡Tenemos que encontrarla!— gritó Bombón. Burbuja se puso a su altura y la abrazó con fuerza.
—La buscaremos.— le dijo Burbuja con cariño y compasión.
—Se ha ido.— dijo Bellota, en voz muy baja para que nadie escuchara. Sabía que ya no tenía caso.
No importa cuánto buscaran, nunca iban a encontrarla y Bombón jamás iba a volver a ver a su querida Mimi. Nunca.
.
De regreso a su hogar, Mimi estaba tirada en el suelo, llorando tan amargamente que Jeff quiso llorar también, hacía mucho que no la veía de esa forma. Trató de animarla diciendo que le cocinaría algo, pero Mimi no quería nada, sólo quería regresar con Bombón.
El padre de Mimi llegó, con una sonrisa maligna.
—Esto te enseñará, Mimi, a que si quieres hacer una fiesta, primero debes pedirme permiso a mí. Destruiste mi oficina, pero estoy seguro de que ya aprendiste la lección.
—Señor.— habló Jeff—. Creo que esta vez exageró. Mimi es sólo una niña.
—Tiene que aprender cuál es su lugar. Si tengo que hacerla pasar por ese dolor mil veces, lo haré con tal de que me obedezca.— se acercó a la niña que esta vez lloraba de rabia, ella levantó la vista para ver a su padre—. Pero por si acaso no has aprendido, te prohíbo ver a Chi y también te quitaré tu celular.— le arrebató a Mimi su celular y lo puso sobre un escritorio—. Ahora deja de llorar, tenemos que salir por un asunto de negocios, tengo un trabajo muy importante para ti, niña.
—¿Qué clase de negocios, señor?— preguntó Jeff, ayudando a Mimi a levantarse.
—Hay que ir a recoger a la hija menor del Grim Reaper en las Puertas del Cielo. Esto podría resultar ser muy divertido. Para ello necesito tu ayuda también, Jeff, te explicaré los detalles en el camino.
Jeff fijó su vista en Mimi. La niña demonio se limpió las lágrimas, después de ello ya parecía recuperada, pero con una mirada más sombría y cruel que antes. Debió saberlo desde el principio, jamás iba a ser feliz con el padre que le tocó, pero tenía que dejar de lamentarse. Había trabajo que hacer.
Fin
Era obvio que terminaría así u_u lo siento...
bien, eso ha sido todo, espero que les haya gustado el fic. No es la gran cosa, no tiene una historia super wow, era más de comedia, pero me divertí escribiéndolo.
Sé que no había actualizado en muchos meses, pero espero que este ultimo capítulo haya, al menos un poco, valido la pena.
les agradezco a todos por haber seguido este fic
si quieren pueden revisar otros de mis fics, tal vez les interese leer alguno
Tengo un fanfic de Frozen que se llama Eternidad, les recomiendo leerlo si les gusta la película; el fic trata básicamente de la inocencia, el amor prohibido y cómo este puede llevarte al infierno... mi mente es rara. Aún tiene 6 capítulos, pero espero continuarlo pronto.
bien, nos vemos :3
¿reviews?