Hola aquí estoy con una historia que espero que les agrade. En realidad la escribo porque quiero plasmar un hermoso mensaje y esta es la pareja en la que veo y creo que logre plasmarlo.

Nada de lo concerniente a Naruto me pertenece, solo esta trama que espero que les llegue y agrade.

Con ustedes…

Consolándonos

Pov. Narrador.

Naruto acompasó su respiración, luego de aquel encuentro apasionado con Sakura.

El rubio se sentó a los pies de la cama y comenzó a vestirse para marcharse, sin decir nada como siempre.

-. Naruto- se acercó Sakura, con la sabana alrededor de su cuerpo, y acaricio su espalda-. Quedate esta noche por favor- lo abrazó desde atrás y besó su cuello.

-. Debo irme Sakura- se soltó de su agarre y se puso de pie, para poder subirse los pantalones.

-. Qué te pasa?- el simplemente no le contestó. Se cubrió con su camisa y calzó sus zapatos-. Naruto por favor- los ojos de la peli rosa se llenaron de lágrimas.

Últimamente ella se ponía muy quisquillosa con ese tema. Hacía mucho tiempo habían acordado tener sexo sin condiciones ni ataduras.

Pero al parecer ella lo había olvidado y eso a Naruto empezaba a irritarle, sumándole que no lograba acercarse a Hinata.

Al comienzo lo hacían para consolarse, ella por no ser correspondida por Sasuke y el al no ser correspondido por ella.

Poco a poco Sakura fue dejando atrás el amor que sentía por Sasuke y se había enamorado de Naruto, pero para cuando eso ocurrió ya era demasiado tarde, porque Naruto, la había visto a ella, a Hinata.

Esa chica rara, de ojos color perla y cabello azul había despertado en el, una sensación de calidez y paz que no le proporcionaba Sakura.

Eso le destrozaba el alma a la peli rosa, ya que ella lo amaba con toda su alma.

Naruto estaba algo irritado por la actitud de Sakura, y porque últimamente no había visto a Hinata, siempre la veía en el parque en las tardes esperando el ocaso. Sabía que a ella le encantaba verlo y a él le encantaba estar con ella.

Al principio de su acuerdo mudo con Sakura, el le demostraba todo el cariño y los buenos sentimientos que guardaba por ella, pero después la vio, tan serena y delicada, tan vulnerable y encantadora, tan pura e inocente, tan ella.

Tan Hinata…

Había ido esa tarde a ver a Sakura, al no poder bajar la calentura que tuvo, luego del sueño para nada inocente con la hermosa Hinata, mientras disfrutaba de su siesta.

Miró por última vez a Sakura, que se aferraba a sus piernas, mientras lloraba. Y pensar que él había llorado muchas veces por la misma razón.

Sasuke iba a encontrarse con Hinata, como lo hacían todos los días, esperando el ocaso.

Se había demorado, ya que cuando llegó a la panadería, aun no salían los rollos de canela.

Habían quedado en ir al bosque, ya que quedaba más cerca de su casa y no quería exponerla a una recaída, por esforzarse más de lo estrictamente necesario.

Cuando llegó al lugar junto a la cascada, no la vio.

Sabía que a ella le gustaba mojarse los pies y que a veces antes de él llegara se bañaba en las aguas termales que había cerca.

Fue a buscarla y solo vi su ropa en las piedras, que ayudaban a llegar a las aguas.

Esperó un poco a ver si salía, pero eso no sucedió. Soltó lo que tenía en las manos y entró al agua.

La encontré inconsciente con el pie atorado en unas plantas, cosa que explicaba porque su cuerpo no salía a flote.

La sacó del agua con premura y empleó sus conocimientos de primeros auxilios.

-. Hina por favor…- estaba desesperado, sentía que desfallecería si ella no reaccionaba.

Le dio respiración de boca a boca y todo lo que se le vino a la mente y luego de unos minutos, empezó a toser, sacando el agua que había tragado.

El alivio lo recorrió completo de pies a cabeza y la abrazó, hasta ese momento se dio cuenta de cuan angustiado estaba y de que lloraba.

Vio la manta en la que se recostaban a ver el ocaso y la tomó para poder acostarla y que estuviera más cómoda.

En ese momento cuando la vio, y se percató que estaba semidesnuda, solo tenía su ropa interior, que era de color azul.

Dejó de ver, tomó su ropa y la vestío poco a poco, con su traje color cielo.

-. Sasuke…- vio sus labios morados y su piel pálida.

Tenía frio.

Se apuró a tomar la toalla de la bolsa que traía ella y la cubría para evitar que pasara más frio.

No se atrevía a llevarla a su casa en ese estado.

Y tampoco a un hospital. Lo mejor que podía hacer era llevarla a casa de Kurenai.

Guardó sus cosas, al igual que los rollos de canela, que habían sobrevivido.

Se colgué la mochila al hombro y la tomó en brazos para internarse en el bosque y empezar a saltar las ramas para poder llegar más rápido a casa de Kurenai.

Cuando llegó la mujer de ojos carmesí, lo vio confusa y cuando le mostró a que traía a su pupila, su gesto se transformó en uno de preocupación.

-. Que le pasó?- preguntó la mujer, cuando la dejó en la cama.

-. Casi se muere ahogada- ella sabía que ambos se veían a diario, pero nadie más, ni siquiera Naruto, su amigo.

Lady Tsunade, se encontraba en su oficina, cuando el líder del Clan Hyuga irrumpió en su oficina.

-. Que deseas?- le preguntó al hombre.

-. Vengo a que le consigas un marido a Hinata- dijo el hombre sin anestesia.

-. Y porque no lo haces tú? Es tu hija no?- rebatió ella.

-. No tengo tiempo que perder y además ni me importa, solo quiero que se largue de casa- Tsunade lo miró con reproche y desdén, ya sabía del odio que le tenía a su hija.

-. Sabes que necesita de cuidados…

-. Si Lady Tsunade y yo no tengo, ni quiero hacerme cargo, solo ha sabido manchar el apellido y avergonzar al Clan- el hombre estaba hastiado de la situación.

-. A mí me daría vergüenza ser como tú- le dijo la Hokage sin rodeos-. No te preocupes le buscaré un marido a tu hija. Aunque te digo algo. Mas desprestigias tu a tu Clan con esa actitud prepotente, que tu hija- el hombre se irguió furioso-, ahora largo, tengo cosas que hacer.

El Líder del Clan Hyuga, salió de la oficina, dejando a la Hokage enfadada y asombrada con la falta de corazón de ese hombre.

-. Shizune!- llamó a su alumna y cuando esta llegó ordenó que le trajera los expedientes de los hombres que estuvieran dentro del rango de edad de la primogénita de los Hyuga.

A los cinco minutos, tuvo lo que necesitaba.

Entre ellos figuraban, Shino Aburame, Kiba Inuzuka, Sasuke Uchiha, Naruto y otros más a los cuales descartó.

Se quedó observando expedientes que tenía en su escritorio y descartó a Naruto, al recordar su amor hacia Sakura y que eso terminaría de destrozar el pobre y débil corazón de la chica, a Shino por sus insectos y Kiba por el perro, eso podía causarle mal.

Solo quedaba Sasuke Uchiha.

Ese chico, frio, solitario y oscuro.

Y ella, cálida, solitaria y llena de luz. Ambos necesitaban del otro.

Y necesitaba tener alguna constancia de que Sasuke, no volvería a traicionarlos.

Ella podía ayudarlo a dejar todo ese dolor fuera de sí.

Sabía que a Sasuke no le iba a gustar la noticia, pero era lo mejor para todos aunque no lo pareciera en esos momentos.

La boda se llevaría a cabo, en tres días. Era lo mejor para la chica.

Bueno aquí está la historia. Solo la escribo, porque quiero plantear algo hermoso y tierno.

Espero que les guste. Aquí quise plantear algo totalmente distinto a lo acostumbrado y bueno, espero no decepcionarlos.

Danielle Franks.