Advertencia: El siguiente escrito, con el tiempo, mostrará la relación entre dos personajes del mismo sexo (Mare x Mare). Si la idea te desagrada o molesta, no comentes. Recuerda que las bases de la buena convivencia se generan gracias al respeto mutuo :)

DISCLAIMER: Ninguno de los personajes de la franquicia "My Little Pony" me pertenecen. En su lugar, estos son propiedad de DHX Media y Hasbro Studios. Cabe destacar que no hago esto con fines de lucro, sólo por diversión propia.


Sorpresas de la Vida.

Chapter 5

La mayoría de las veces que Rarity soñaba, no solía recordarlo a la mañana siguiente, quizás una que otra imagen vaga acompañada de un amargo sabor en la boca le informaba a su mente que trataba de una pesadilla. Pero aparte de eso, nada.

Quizás su mente agobiada de stress no le permitía soñar del todo.

Por eso, cuando por fin lograba conciliar un sueño, la unicornio sentía cómo la relajación se apoderaba de sus músculos; Haciéndole recordar que aún había comodidad, que aún podía sentirse viva.

Era sin duda una lástima que la mayoría de las veces que lograba soñar, había alguien ahí para despertarla.

"Rarity, Rarity despierta…" Una conocida voz dijo, sacudiéndola lentamente. La unicornio blanca salió de su trance, levantando su cabeza bruscamente y examinando por primera vez su entorno.

Otra vez se había dormido en su escritorio.

Rarity suspiró mientras limpiaba el hilo de saliva que colgaba de su mejilla izquierda, reconociendo por primera vez a su contraparte morada que la miraba de la forma más rara posible.

"Estoy impresentable, ¿Cierto?" Rarity musitó, llevando un casco a su desordenada melena.

"Eso no importa ahora Rarity, ¡Necesitamos apresurarnos! O nos perderemos el tren," Dijo Twilight Sparkle.

Rarity alternó su mirada, buscando a ceño fruncido el pequeño reloj morado que colgaba frente a sus narices.

"¿A las ocho de la mañana? Pensé que la audiencia con la princesa no era hasta la tarde," Rarity exclamó estirando su espalda.

"No pude conseguir otros Tickets, ¿Acaso Applejack no te ha dicho?"

Rarity suspiró.

"Me temo que no, cuando ayer la vi estábamos más preocupadas de… otros asuntos" La unicornio blanca aclaró su garganta.

Twilight afirmó lentamente, centrando su vista en ambos cascos. Un silencio incómodo procedió a invadir la habitación, un silencio incómodo que Rarity ocupó para examinar detalladamente a su amiga bibliotecaria.

A las ocho de la mañana…

"¿Cómo es que entra-"

"No hay puerta" Twilight respondió en seco.

Claro, Applejack se había encargado de hacerla añicos con una de sus fuertes patadas innecesarias. ¡Vaya irresponsabilidad! ¡Ahora nunca podría tener su privacidad de vuelta! O por lo menos hasta que Applejack se dignara a pagarle.

Tonta Applejack…

"Puedo arreglarla, ¿Sabes? Sólo tomaría unos minutos y un poco de magia," La unicornio morada dijo, haciendo su camino hasta los escombros de la ex llamada puerta.

Se suponía que Twilight debería odiarla, repudiarla, avergonzarse de ella. Aún así la sinceridad de la sonrisa de la pony morada traía calidez al alma de Rarity.

Muchas veces pensaba en no ser merecedora de tanto cariño.

"Te lo agradecería bastante querida," Dijo Rarity, saliendo de una vez del asiento de su escritorio, "Y mientras tú estás en eso, ¿Te importaría qué me maquillase un poco? Una dama no debería salir así de desarreglada."

Twilight sonrió, levitando uno de los tablones de madera, "Tómate tu tiempo,"

Maravillosas, estupendas amigas.

Lástima que no mereciera a ninguna de ellas.

Después de unos pocos minutos de embellecimiento personal para Rarity y trabajo mágico para Twilight, ambas emprendieron camino hacia la estación. El camino a la estación era corto, sólo a unos diez minutos a trote rápido. El sólo entusiasmo de Twilight convirtió a esos diez minutos en sólo cinco.

Quizás menos.

"Twilight querida, entiendo tu preocupación por llegar tarde, ¿Pero podríamos caminar aunque sea un poco más despacio?" Rarity dijo entre jadeos.

"Lo siento Rarity, es sólo que no he dormido en días. Cuando paro el ritmo de algo siento cómo si me fuese a desmayar," La pony morada respondió.

Eso era absurdo, si había alguien en el radio de cinco metros a la distancia que no había dormido bien en los últimos días, era Rarity. La constante presión, los esfuerzos por recordar, la ansiedad de su situación…

"¿Qué te impide dormir?" Preguntó Rarity, ajustando sus bolsos a su cintura.

"He estado… ya sabes," Twilight dijo, mirando preocupadamente a Rarity, "Consolando a Spike hasta que él se duerma…"

Oh Spike.

Si había alguien en todo este lío afectado de por vida, ese era Spike. El pobrecito había presenciado cómo el amor de su vida se comprometía con una pony sin ningún interés en común más que una descabellada fiesta. Porque siendo sinceros, Rarity no tenía nada que la ligara a Applejack más que ese error, ¿Cierto?

¿Cierto?

Pobre Spike, quizás si tenía suerte y Twilight lo dejaba, Rarity podría hablar las cosas con él; Claro, cuando todo el embrollo se haya resuelto.

"Ya estamos llegando," Dijo Twilight apresurando el paso y haciendo caso omiso al anterior tema.

Rarity fijó su vista en la estación, visualizando a un par de ponies a la distancia, a Rainbow Dash y Applejack para ser precisas.

Habían muchos enigmas en el pequeño pueblo de Ponyville. La relación entre Applejack y Dash era una de ellas; Era sin duda muy extraño ver cómo dos ponies con muchas cualidades en común a la vez peleasen tanto. Era cierto, sus personalidades eran muy parecidas, sus valores… no tanto.

Aún así habían sido amigas por mucho tiempo. Lo cual era simpático, Rarity conocía a la pony terrestre de hace muchos años más que la pegaso, y aún así, no parecían compartir una relación tan profunda.

Rarity arrugó su nariz mientras miraba de reojo a Rainbow.

¿Esos eran celos?

Cállate.

"¡Por fin llegan! ¡Saben que no puedo aguantar estar mucho tiempo en el mismo lugar!" Dijo la pegaso de crin multicolor, estirando sus alas.

Grosera, ruda, bruta, narcisista… Sí, la pareja perfecta para Applejack.

Oh Rarity, no pienses así, ¡Ambas son tus amigas!

"El tren estará acá dentro de unos minutos Dash, creo que ya puedes irte" Applejack dijo, mirando detenidamente a Rarity.

La pegaso color cyan asintió, estirando ambas alas para emprender el vuelo a quién sabe donde, (Probablemente a tomar una siesta.) No sin antes, dar un pequeño empujón a Applejack y sonreírle.

Tan vulgar, tan obstinada, tan poco sutil, ¡Agh!

La unicornio blanca miró cómo la pegaso se alejaba de escena con un serio rostro; Las venas de su cuello expandiéndose, dando todo el paso a la cálida sangre que pronto invadiría sus mejillas.

"Rarity, ¿Estás bien? Te vez algo tensa, y roja," Twilight dijo, acercándose a su compañera.

Oh…

"Sólo fue una brisa cálida que subió mi presión querida," Respondió con una sonrisa.

"¿En otoño?" Applejack dudó. Unos grandes ojos color zafiro despejándola de cualquier duda. Cuando Rarity hablaba, era mejor no interrumpir.

Minutos pasada la incómoda escena, un gran tren se detuvo en las líneas férreas. Luego de registrar sus tickets y escoger sus asientos, (en una vagón que parecía estar vacío). Las tres amigas se embarcaron en un viaje de dos horas a Canterlot.

Quizás, el viaje más emocionante en la vida de Rarity.

En serio.


Canterlot era Glorioso, la predilecta metrópolis de unicornios de clase alta ubicada en lo más alto de las montañas; Hasta incluso lo más insulso de la ciudad, parecía una obra de arte para Rarity.

Quizás ese era el encanto hacia Canterlot, una ciudad llena de artistas emergentes, dónde su pequeño granito de arena nunca se vería malgastado.

Ah, vale la pena soñar.

La unicornio tomó una larga bocanada de aire al salir del asfixiante vagón en el que había habitado las pasadas dos horas; A su izquierda una, aún somnolienta, Twilight, que había aprovechado del viaje para tomar una merecida siesta; Applejack por otra parte, estaba algo ansiosa, y de momento en momento, trataba de iniciar una conversación con Rarity.

Sin duda, ese viaje en tren debió haber sido uno de los más raros en la historia de la locomoción de Equestria.

Las tres caminaron por las calles de Canterlot, ciudad que al parecer estaba recién empezando a cobrar vida de la madrugada. Rarity observó una boutique por un momento indeterminado, un flash pasando por su mente, recordando algo el sueño había querido borrar de su memoria.

¡Fancy Pants!

Una gota de sudor cayendo por su frente. Rarity se exaltó, buscando con la vista el lugar exacto de su ubicación en la capital.

El departamento de Fancy Pants no quedaba muy lejos, podía ir y venir en cuestión de media hora.

Pero que pensamiento más insulso Rarity, ¿Desde cuándo eres tan impulsiva?

Quizás desde que está en juego mi status social.

"Twilight, ¿A qué hora exacta es la audiencia con la princesa?" Rarity dijo, sin separar su vista del camino directo al departamento del importante unicornio.

"A las cuatro de la tarde, ¿No te lo había mencionado?" Respondió la pony de crin morada.

Sin decir nada más Rarity retrocedió unos cuantos pasos hasta toparse con Applejack, con su aura de mágica celeste recogiendo el pequeño bolso que llevaba atado a su espalda y alcanzándoselo a la granjera.

"Applejack, sé buena y lleva esto por mí. Debo hacer algo importante…" Dicho esto Rarity emprendió a hacer lo que quizás sería el acto más desesperado e impulsivo de toda su vida.

¿Incluso más terminar legalmente atada a Applejack?

¡Agh!

Rarity corrió sin mirar atrás, sin importarle lo que los pocos ponies en la calle pensarían de ella… sólo corrió.

"¡¿A dónde vas?!" Una desesperada voz con acento la llamó a sus espaldas.

El status es más importante que todo esto…

La nariz de Applejack se arrugó frente a la nube de polvo que la unicornio levantó al escapar. Tensión apoderándose de todos sus músculos.

"Esa pony está planeando algo…" Dijo a regañadientes, ajustando el bolso a su propia cintura.

Twilight miró la situación fascinada, cómo si se tratase de una escena de una famosa película.

Era más que obvio que Rarity estaba planeando algo. Pero, ¿Qué era?


Un departamento lujoso en las afueras de la ciudad, arbustos con refinadas formas de diversos animales hechos a casco por dedicados paisajistas, una gran fuente de mármol en el centro de las viviendas.

Aún así se veía tan poco para alguien como Fancy Pants.

¿Cuándo había sido la última vez que había pasado por acá? ¿Un año? ¿Dos? Fue sólo una vez, y duró menos de unos minutos. Fancy había pasado a recoger los boletos para una obra y Rarity había esperado en el pasillo, y ya ahí se sentía algo incómoda.

Cómo si estuviese invadiendo la privacidad de alguien muy importante.

Rarity llevó un casco para golpear la puerta del apartamento, puerta 203 si mal no recordaba.

¿Y qué es lo que estás haciendo ahora querida?

Sin pensarlo más veces, la unicornio tocó tres veces seguidas. Pasaron unos segundos cuando por fin la puerta se abrió, revelando a un alto unicornio de melena azulada que llevaba puesto un cómodo traje de diseñador, un monóculo completando su imagen.

"¿Rarity? No te esperaba a esta hora; De hecho, no te esperaba en lo absoluto," Dijo con una voz suave y amigable, sonriendo cálidamente, "Pero pasa, pasa…"

Rarity le devolvió la sonrisa, haciendo su paso dentro el lujoso lugar. Echándole un ojo a toda la decoración del recinto.

"¿Puedo preguntar a qué se debe tu visita querida? No es que me moleste, sólo es algo un tanto inesperado."

Oh Fancy, tú no sabes nada de inesperado…

La diseñadora dejó caer su cuerpo en sus patas traseras, un casco revisando lo que debería ser su intacta crin. Pensativa.

¿A qué se debía su visita? Era obvio que para explicarle lo de su situación con Applejack, quizás el aclamado unicornio podría ayudarle con una que otra cosa, a que no se divulgara el rumor en Canterlot por ejemplo.

Pero no podía ir y decirle, Oh Fancy, ayúdame con mis metidas de pata, ¡No! No era correcto. Si alguien le habría dicho eso, Rarity lo habría tomado cómo la más grande falta de respeto.

Pero éste es Fancy Pants de quién hablamos.

"Oh, verás; Viajé para tener una audiencia con la princesa, y en el camino pensé, ¿Por qué no saludar a mi querido amigo Fancy Pants?" Dijo Rarity, riendo nerviosamente, "Además así puedo responder tu carta en persona, ¿No?" Replicó, carraspeando un poco.

"Oh, sí… Claro." Fancy Pants dijo, sus ojos buscando una forma de seguir la continuidad de la conversación, "¿Por qué no tomas asiento mientras preparo un té?"

Acto seguido, la unicornio se encontraba sentada en el largo sofá de terciopelo morado jugando desesperadamente con sus cascos, obra de su propia inquietud.

Luego de unos minutos, Fancy Pants volvió levitando una pequeña bandeja con té y galletas. Ajustando su monóculo tomo asiento junto a su amiga diseñadora, quién pese a la incomodidad le brindaba una cálida sonrisa.

El silencio incómodo volvió a aflorar.

"… ¿Qué es de Fleur?" Rarity preguntó sobre su prometida, rompiendo el hielo de una vez.

"Oh, es una yegua ocupada ¿Sabes? Fue a una pasarela en Manehattan, creo que vuelve la próxima semana…" Respondió cordialmente, aclarando su garganta.

Vuelta al silencio incómodo, el cuello de Rarity comenzaba a tensarse.

"¿Con que la señorita Applejack?" Volvió a preguntar el unicornio, una simpática expresión en su rostro.

¿Señorita Applejack? ¡JA! Con Applejack basta y sobra…

"Puedo explicarlo, verás, estaba muy, muy…" Empezó Rarity, sólo para ser interrumpida por el gran e imponente casco de Fancy Pants en su boca.

"No hay nada que explicar, entiendo perfectamente que hayan querido mantener su relación en privado, pero, ¿Casarse? Por lo menos me pudiste haber enviado una carta…" Fancy Pants siguió hablando, pero para ser franca, Rarity había dejado de escucharlo.

Fancy Pants no sabía lo de su embarazosa situación con Applejack. O bien lo sabía, pero no de la manera que en verdad había ocurrido, ¡Había malinterpretado todo!

… ¡Pero qué maravilla!

Una sonrisa invadió el rostro de Rarity, una de las más perversas sonrisas que habían formado sus labios en toda su existencia. Un plan ideándose en su cabeza, un plan que gracias a Fancy Pants, era imposible que saliera mal.

Oh Rarity, ¿Enserio harías eso por tu Status Quo?

Eso y mucho más…

"¿Rarity? ¿Estás bien querida?" Cuestionó el gran unicornio vestido elegantemente, moviendo sus cascos frente a la desviada vista de su compañera diseñadora.

"¡Perfecto! Perfecto de hecho. Y lamento mucho no haberte informado de mi, ermh, compromiso con Applejack," Rarity dijo, arrugando su nariz.

Estás mintiendo.

"¿Entonces es cierto?"

No, no es cierto querido Fancy Pants, todo es una mentira desesperada que mi persona acaba de inventar con tal de no caer en una profunda crisis social.

"Sí, es cierto. Yo…" Rarity balbuceó, pensando bien en qué diría a continuación.

No, no lo digas. No juegues con eso Rarity, es fuego, el fuego quema.

No mientas.

"Yo amo a Applejack" Dijo de una vez, muy rápido y en una voz muy baja. Pero lo dijo.

Mentirosa.

"¿Quién lo diría? Si ustedes son como agua y aceite, Oh, ¿Pero quién soy yo para juzgar tu relación? " Fancy Pants rió, sacudiendo rápidamente el casco de Rarity, en señal de felicitaciones.

Sí, quién lo diría…

"Estoy más que segura que uno que otro pony inventará un rumor con esta noticia, algo burdo, como que Applejack y yo nos casamos en una fiesta," Rarity dijo nerviosa, examinando la habitación casi por instinto, "No creerás esos denigrantes chismes sobre mí-nosotros, ¿Cierto?

"Oh, claro que no. Mucho menos ahora que lo escuché de tu boca," Fancy Pants dijo, "Es más, creo que podríamos programar una pequeña reunión entre amigos para comenzar a expandir la noticia, ¿No?"

Rarity asintió.

Farsante, mentirosa, desesperada.

Suprimió con todas sus fuerzas sus ganas de quebrarse a llorar.

"Hablemos de la oferta de Silk Bow, ¿Te parece?"

"Cla-claro"

¿En qué se había metido?


Applejack estaba segura que si seguía trotando repetidamente en la misma dirección, dejaría una enorme marca de pisadas en el piso del castillo.

Sólo cinco minutos para las cuatro, y Rarity aún no se presentaba. ¿En qué estaba pensando esa unicornio?

"Applejack, entiendo que estés nerviosa, yo también lo estoy, ¿¡Pero podrías parar de moverte!? Estás mareándome," Twilight dijo, levantando su vista del enorme papeleo que reposaba en sus cascos.

"Lo siento Twi, es sólo que Rarity sabía que debía estar acá a la hora, y aún así no llega," Applejack masculló, acomodando su sombrero tomó lugar junto a Twilight, "¿Crees que lo haya olvidado?"

"Dudo mucho que alguien pueda olvidar algo así…"

Las dos ponies estaban sentadas en la sala anterior al trono de Celestia, esperando pacientemente a ser llamadas por un guardia real.

"Claro, claro…"

Dicho esto, el sonido de cascos acercándose alcanzó el oído de ambas yeguas, qué, a la distancia observaron a Rarity acercarse, casi sin ningún apuro, ni siquiera con mucha preocupación en su rostro.

Applejack fue la primera en ponerse de pie para enfrentar a la unicornio.

"¡Por Celestia, por fin llegas! ¡¿Dónde te habías metido?!" Applejack dijo, casi gritando en voz baja.

Rarity inspeccionó a Applejack desde su sombrero hasta sus cascos.

"¿Por qué habría de decírtelo?" Respondió, de la misma manera hostil que siempre lo hacía cuando se trataba de Applejack.

Applejack lo amaba en secreto, ¿Pero ahora? Ahora no sabía cómo reaccionar.

"¡Por todos los ponies Rarity! Estamos a segundos de empezar algo importante, y tú llegas como si nada," Applejack balbuceó en su defensa.

"¿Cómo si nada? ¡¿Cómo si nada?! ¿Tú crees que pasearte por las calles siendo el hazmerreír de todos es algo cómo si nada?" Rarity respondió a regañadientes, acercando su nariz a la de su contrincante.

"¡No tenías por qué haber salido en primera instancia!" Applejack contraatacó.

Porque así era su relación, de táctica, ataque y mucha paciencia.

"¡Chicas! No es que quiera interrumpir su hermosa discusión, pero ya es hora de entrar," Dijo Twilight, separando a ambas con su magia y esperándolas en la puerta hacia el trono junto a un guardia real.

Ambas ponies alcanzaron a la unicornio morada para entrar a la habitación rodeada de vitrales que llevaban directo a donde la gobernante de todo Equestria se encontraba sentada.

Nada complicado, nada fuera de lo común.

Celestia solía tener esa aura maternal que irradiaba confianza y calidez a la mayoría de los ponies que entablaran una conversación con ella; Quizás era por su voz dulce y calmada, o por la sonrisa que nunca dejaba su boca, o quizás por lo comprensiva y caritativa que su personalidad solía ser.

Pero esos eran los atributos de una princesa, toda princesa debía ser así.

Eso no impidió que Rarity sintiese un terror inmenso dentro de sí. Porque si bien Celestia podía ser la bondad en persona, también podía llegar a ser muy insensata, es decir, no cualquiera envía a su hermana problemática a la luna durante mil años, ¿No?

¿No?

Entonces, ¿Quién le aseguraba que no pasaría lo mismo con ella?

"¡Señoritas! ¡Las habías estado esperando! Mis disculpas por hacerlas esperar, pero he estado muy ocupada últimamente," Celestia las recibió, dejando de lado el papeleo en el cuál estaba concentrada.

Las tres ponies se inclinaron en reverencia frente a su gobernante, entre ellas mirándose fijamente, señalando inconscientemente quién sería la encargada de decir las buenas noticias.

Si, claro.

"Esperaba que viniese todo el grupo," Mencionó la princesa.

"Creo que prefirieron no meterse en éste problema, princesa" Soltó de la nada Applejack. Twilight la miró casi regañándola, era obvio que quería que dejaran esta situación en sus cascos.

"Pinkie y Fluttershy están en casa animando un poco a Spike, Rainbow Dash dijo estar cansada y no quiso venir." Twilight habló calmadamente.

"¿Animando a Spike?" Celestia dudó, lanzando una mirada a Rarity, que sin pensarlo le hiso temblar de nerviosismo.

"Bueno, la cosa es que... ¿Recuerda que en una de mis cartas le mencioné la aceptación de Rainbow Dash en los Wonderbolts?" Celestia asintió, bajando lentamente de su inmenso trono, "Bueno, para felicitarla decidimos hacer ésta fiesta en Sweet Apple Acres y …"

"Rarity y yo tomamos demasiada cidra, hicimos el ridículo y el día siguiente amanecimos en la misma cama, casadas y con un documento que lo corrobora,"Applejack dijo.

Rarity miró de reojo a la granjera, empujándola fuertemente con su cuerpo con tal de hacerla callar, pero ya era muy tarde, la expresión de la princesa se lo afirmaba.

Perfecto, simplemente perfecto.

Quizás la luna no era un lugar tan malo para pasar el resto de sus vidas, ¿Quién sabe? Quizás podía empezar una pequeña boutique en la luna, los habitante lunares, (si es que habían) la amarían tanto que comenzarían a llamarla Princesa Rarity.

Rarity frunció el ceño, ¡Ya estaba empezando a divagar! Celestia no haría nunca algo así, ¿Cierto?

¿Cierto?

"¿Esto es verdad Twilight?"

"Me temo que sí…" El silencio invadió por completo la gran habitación

En un momento normal Rarity se habría concentrado en admirar la arquitectura del majestuoso castillo, Applejack quizás en agregar su pequeño granito de arena a la conversación. Pero en el momento se encontraban tan expectantes por la respuesta de Celestia, que era cómo si sus cerebros estaban desconectados de sus cuerpos.

Pero en lugar de un regaño o cualquier mala reacción, sólo pudo oírse una pequeña risa; Y no provenía de ninguna de las tres ponies visitantes.

"No puedo creerlo… ¡Si ustedes dos son cómo agua y aceite!" Siguió riendo, esta vez en un tono más alto que el anterior.

Rarity no sabía si bien sentirse muy aliviada por la reacción de la mandataria, o muy humillada. Miró a Applejack en busca de respuestas, pero ésta sólo observaba con la mandíbula descolocada.

Luego de unos minutos de incómoda risa, Celestia por fin recobró su compostura, limpiándose una lágrima con su casco.

"Disculpen por el exabrupto, pero no lo vi venir…" Dijo, aún riendo en voz baja, "¿Supongo que quieren que las ayude con el divorcio?"

Rarity y Applejack concordaron al unísono.

"Sería lo ideal, además de conversar algo sobre quién hizo esto posible," Recalcó Twilight, sacando de su bolso unos papeles sobre Bright Inkwell, al cuál había investigado desde el incidente.

"Lo entiendo," Agregó Celestia, volviendo a su calmado tono característico, "Pero me temo que será algo difícil, pues eso es algo que no sólo recae en mi jurisdicción,"

Era el turno de Rarity de desencajar su mandíbula.

"¿A qué… A qué se refiere?" Exclamó Rarity.

"Si las divorciara a ustedes, tendría que divorciar los cientos de parejas que tienen el mismo accidente día a día en Las Pegasus, ¿No creen? De otra forma no sería justo," Celestia suspiró, evitando el contacto visual, "Podría hacer una excepción, pero es algo que llevaría semanas, sino meses."

Han de imaginar la cantidad de rabia que corría por el torrente sanguíneo de Applejack. Ellas eran las portadoras de los elementos, ¡Los elementos de la armonía! ¿Acaso no podía hacer una excepción?

Maldito sistema.

"Entiendo, entonces, ¿Qué nos recomendaría?" Preguntó Twilight, tomando la iniciativa por sus amigas, cómo siempre.

"Sin duda hablarlo con el consejo judicial del reino. Y creo que eso es algo que podríamos hacer de inmediato," Respondió, caminando hacia una puerta a su izquierda, "¿Vendrán?"

Rarity y Applejack miraron detenidamente a Twilight, esperando una orden sobre qué hacer.

"Creo que yo me encargaré de esto chicas, ustedes pueden esperar en la suite del castillo. No demoraré mucho" Respondió Twilight, rodando los ojos y sacando muchos papeles más de su bolso.

Sin decir nada más, las dos ponies restantes hicieron una pequeña reverencia para luego marcharse a un notorio paso acelerado.

Twilight suspiró, ¡Oh, las cosas que hacía por amistad!

Si tenía suerte podría sacar de este embrollo a sus amigas en cuestión de días; Después de todo, el sistema de gobierno de Equestria era para confiarse, ¿No?

"¿¡Luna!? ¡Luna, tienes que escuchar esto!" Gritó Celestia, dirigiéndose rápidamente hacia donde su hermana protectora de la noche se encontraba.

Sí, bastante profesional…

Twilight sintió un escalofrío correr por su espalda; Vaya que sería una larga tarde.


Applejack dejó caer su emocionalmente frágil cuerpo a la cómoda cama del castillo, estirando cada musculo de él con tal de relajarse. Todo en un inútil y banal esfuerzo.

¿Cuándo había sido la última vez en que se sintió tan humillada? Quizás esa vez que robó un pie de manzana de su abuela para ella sola, ¡Y había sido hace más de diez años!

La granjera hundió su rostro en la almohada, mordiéndola con tal de apaciguar el horrible grito que su laringe deseaba soltar.

Cabe destacar que la actitud de Rarity no ayudaba en nada. Applejack sabía muy bien que la unicornio no era de esos seres con los cuáles se podía conversar sin pelear, por lo que hablarle calmadamente tampoco era una opción.

¿Por qué tenían que discutir tanto? Esa duda nunca salía de su mente, ¿Qué es lo que había hecho para que Rarity la despreciase tanto? ¿Qué había hecho mal esta vez?

¿Por qué se sentía tan poca cosa frente a ella?

El dolor en su pecho le impidió seguir preguntándose cosas, conformándose a abrazar la almohada en sus cascos, Applejack cerró sus ojos y comenzó a buscar una respuesta en sus memorias.

"¿Con que te gusta Rarity?" La pegaso multicolor dijo en seco, "No puedo culparte, es muy linda."

El mundo de Applejack pareció estremecerse. ¿Cómo podía decir Rainbow las cosas con tanta fluidez?

"No me gusta Rarity…" Dijo Applejack arrugando su nariz.

"Eres pésima mintiendo Applejack," Rainbow rió, ese parecía ser el don de la pegaso, reírse frente a la desgracia ajena.

Los nerviosos ojos verdes de la pony terrestre hicieron contacto con los magenta de su contrincante.

"¿Y qué si me gustara Rarity? No tengo muchas posibilidades con ella que digamos…"

Dicho esto, la confidente sonrisa de Dash pareció apagarse por unos minutos, sabía sobre el interés de su amiga, pero nunca esperó que lo admitiese tan fácilmente. Parpadeando múltiples veces, Rainbow se acercó a su amiga posando un ala sobre su espalda.

"¡Oh vamos, no pienses así! ¡Cualquiera tiene posibilidades con Rarity!" Rió Rainbow Dash. Applejack le lanzó una mirada mortífera que terminó por realizar lo que la pegaso había dicho, "No lo decía con ese propósito, jeje. Verás, lo decía por su forma de ser,"

"¿Su forma de ser?" Applejack dudó.

"¡Sí! Ya sabes, Rarity es de ese tipo de ponies que debes conquistar con cosas fáciles y banales, y que en cuestión de tiempo, se enamoran de ti," Dijo Dash, quizás dudando un poco de sus propias palabras.

Applejack lo pensó un poco, ¿Conquistarla? ¿Cómo? Ni si quiera tenían un gusto en común por dónde comenzar; No les gustaba ni la misma música, ni los mismos paisajes, no tenían ni los mismos hobbies ni los mismos valores. ¿Cómo se supone que conquistara a alguien de esa forma? ¿Ah?

"¿Y cómo?"

"Bueno, no sé. Llevándola a ver una obra de teatro, comprándole cosas que le gusten, pasando tiempo junto a ella; Pueden ser muchas cosas," Rainbow dijo, llevando un casco a su boca.

Quizás demasiadas cosas, Applejack pensó.

"Sólo tienes que tener algo claro," Rainbow dijo, mirándola directamente a los ojos, "La única forma de conquistar a Rarity, es dándole en el gusto en todo."

¿En todo?

Applejack frunció el ceño frente a esa oración, ¿Por qué siempre terminaba hablando estos temas con Dash? ¿Desde cuándo la pegaso se creía la doctora corazón? ¿En verdad quería a Rarity?

No, ¿En verdad amaba a Rarity?

El amor era algo pasajero, que iba y venía, una palabra muy grande para algo que nunca era muy correspondido o muy importante, ¿Cierto?

¿Cierto?

El golpeteo de su puerta sacó a Applejack de su trance, ¿Cuánto tiempo había estado divagando?

"Pase," Gritó la pony, sentándose en la cama y acomodando el sombrero stetson en su nuca.

La puerta se abrió, revelando la delgada figura de una unicornio blanca. Rarity la miraba desde el umbral, una expresión dolida en su rostro. Sin decir mucho, la pony de melena púrpura entró a la habitación, cerrando la puerta a sus espaldas y tomando asiento junto a la pony anaranjada.

Applejack observó detenidamente cada detalle de la unicornio, sonriendo inconscientemente.

"Quería pedirte perdón por mis reacciones últimamente, no he estado muy bien," Dijo en seco, sin siquiera mirarla.

"Está bien, lo entiendo,"

Applejack conocía bien a la unicornio, de hecho, era a la que más tiempo conocía de su grupo de amigas. Sabía perfectamente que Rarity no había venido a disculparse, había algo más, y los ojos de su compañera lo corroboraban.

"Me temo que he hecho algo muy malo Applejack," Dijo, su voz bajando considerablemente.

Applejack rió, "Lo dudo,"

"¡No! ¡Es enserio! Yo.. yo," Rarity suspiró, esta vez mirando directamente a Applejack, "Yo dije algo que no debí haber dicho,"

"No puede ser tan malo dulzura, vamos, puedes confiar en mí…" Rarity sabía perfectamente eso, y le dolía, le dolía saber que fuera así.

Rarity comenzó a relatar sus vivencias desde la mañana. Desde sus incertidumbres con Spike, hasta su fortuito encuentro con Fancy Pants, y por ende, las mentiras que se había visto forzada a decir por defender su propio estatus.

Mentiras, mentiras. Applejack sólo odiaba una cosa en la vida, y esas eran las mentiras. Quizás porque dañaban a la gente que amaba, o quizás porque ella misma era muy mala mintiendo. No pudo evitar sentirse ofendida frente a la confesión de Rarity.

Traicionada, quizás.

La única forma de conquistar a Rarity, es dándole en el gusto en todo.

La molesta voz de Rainbow Dash resonó en su mente. ¿Darle el gusto mintiendo? ¿Mintiendo? No podía hacerlo, no iba a hacerlo.

La nublada mirada de Rarity la hizo cambiar de opinión rápidamente, esos grandes ojos azules al borde las lágrimas, mirándola con súplica, pidiéndole perdón por ser de esa forma. Applejack pudo sentir cómo su pecho se oprimía.

¿Mentir? ¿Podría hacerlo?

"Entiendo si ahora me odias, es más, iré a confesarle a Fancy Pants que todo es una farsa, " Rarity mencionó, alejándose de a poco de la cama.

La única forma de conquistar a Rarity, es dándole en el gusto en todo.

Applejack tomó el casco de Rarity y lo acercó a ella misma, preparándose para decir algo que lamentaría por el resto de su vida. Preparándose para mentir.

"¡No! No… Si tanto significa para ti, yo… Yo estoy contigo," Applejack mencionó, arrastrando a su persona a una farsa que la perseguiría por el resto de su vida.

Fue cuestión de segundos para sentir los brazos de Rarity rodeándola por completo, escuchando a la unicornio hablar de la forma más infantil posible.

"¡Gracias, gracias, gracias, gracias,!" Dijo, asfixiando a su compañera. "¡No sabes lo que significa para mí!"

Quizás no tanto cómo lo que significa para mí…

La única forma de conquistar a Rarity, es dándole en el gusto en todo...

Sin decir nada, Applejack le devolvió el abrazo a su amiga… Amiga, ayer le encantaba esa palabra y hoy parecía odiarla.

"¿Por qué siempre tenemos que pelear en público, y ser así cuando estamos a solas?" Applejack susurró, una vez separándose del agarre de la unicornio.

Rarity dudó un poco, "Quizás nos gusta mucho aparentar que no estamos contentas al lado de la otra, para agravar la situación," Pausó un poco para mirar detenidamente los verdes irises de la granjera, "Si de algo sirve, prometo no pelear más contigo en público,"

"¡Lo dice la señorita drama en persona!" Applejack rió, la amargura en su boca buscando desesperadamente una forma de distracción. Una malévola sonrisa formándose en sus labios cuando encontró la almohada, "Yo igual prometo no pelear más en público… Ahora en privado, no sé si pueda prometerlo."

"¿Ah?"

Sin siquiera esperarlo, una almohada voladora aterrizó en la preciosa melena de Rarity, despeinándola un poco.

"¡Applejack!" La regañó Rarity, arreglando su crin con un casco. Normalmente se habría molestado un montón, quizás al punto de ignorar a Applejack.

Pero esta era una ocasión especial, ¿No?

"¡Declaro la guerra!" Gritó, devolviendo fuertemente la almohada cubierta en su aura mágica, riendo como preescolar en navidad.

Un enorme peso dejó el pecho de Applejack, quizás temporalmente, no importaba. Rarity y ella se estaba divirtiendo juntas, y era lo único que valía la pena recordar.


La sesión junto al consejo de la princesa había sido dura; Pero después de hablar media hora junto al consejo, más otra media hora intentando tranquilizar la risa de la princesa, todos habían llegado a un acuerdo. Dentro de una semana deberían volver a Canterlot a firmar los papeles de divorcio, con la condición de que ninguna adquiriese un contrato monetario en el tiempo siendo conyugues.

Un acuerdo maravilloso en lo que a Twilight respectaba.

La unicornio morada avanzó entusiasmada al pasillo dónde las habitaciones se encontraban, haciendo su paso al cuarto de Applejack con una sonrisa en su rostro, expectante de contarle la buena noticia.

"¡Applejack! ¡Suéltame!"

"¡No! ¡Te dije, nada de magia!"

Las risas, más los variados sonidos de pisadas y los reconocibles tonos de voz. Rarity estaba allí adentro con Applejack, y no estaban conversando, no, ¡Estaban riendo!

¡Juntas!

Twilight miró desconcertada la puerta por unos segundos.

"¡Por todos los ponies, Rainbow tenía razón!"


¿Pensaron que estaba muerta? No los culpo, yo igual lo habría pensado u.u

WOOOOH, Debí haber reescrito esto unas siete veces como mínimo; Aún así se me hace algo apresurado, cómo si hubiese metido mucho en sólo un capítulo, ¡Bah! Eso deja más lugar para escribir lo que más me gusta: Romance.

Sé que Celestia está algo OoC, pero ¡Vamos! algo de comedia tiene que tener la situación u.u

¿Saben qué es lo más triste de todo esto? Que cuando por fin había terminado de editar este capítulo por millonésima vez, ¿Adivinen qué pasa? TERREMOTO, sí, ¡TERREMOTO! Los que son de Chile deben saber que hubo un terremoto de 8,2 grados en el norte, bueno, yo vivo en el norte. ¿Qué suerte la mía, no? Pero descuiden, por lo menos a mí no me ha pasado nada grave, sólo unos cortes de agua y luz.

Aparte de eso, he estado algo depre y sin muchas ganas de escribir. Pero ya pasó todo, creo, ahora vuelvo a ser feliz :D

El próximo capítulo será más corto, y no tocará tantos embrollos cómo este. Sólo a Pinkie Pie pidiendo perdón, cómo Pinkie Pie sabe hacerlo Jeje.

Gracias por los reviews y el apoyo ^^ significan bastante, especialmente viniendo de tan buenos escritores o personas.

Se despide,

-Andy