Capitulo II
Suspiro saliendo del consultorio, observaba al rubio recepcionista que platicaba amenamente con su castaño amigo.
Ambos se percataron de su presencia y enseguida Hanji le bombardeo con preguntas.
- ¿Cómo te fue?, ¿Lloraste?, dime ¿Lloraste?,
- Cállate, estoy bien –murmuro agotado acercándose al rubio tras el escritorio.- Disculpa… El dijo que programaras una cita para la próxima semana
- ¿Eh?, ah claro, dentro de una semana a la misma hora, ¿Esta bien?
- Si, entonces hasta luego…
El chico se despidió con un leve movimiento de cabeza, y sonrió al oírlos discutir a lo lejos. Continuo tecleando en el computador y pasados unos minutos se puso de pie y entro al consultorio sin tocar.
No le extraño ver al castaño sentado en el piso, con las rodillas flexionadas hacia su pecho y los brazos cruzados reposados sobre estas, con la mirada perdida en el exterior que se veía desde el enorme ventanal.
- Llámalo destino, o como se te antoje, pero esto me sorprendió, ¿Todo bien?
Eren cabeceo afirmativamente sin dirigirle la mirada. Armin se acerco a el, en cuclillas se agacho y le alboroto el cabello.
- La chica que lo acompaño me dijo un poco de su historia, se que por ética no me dirás nada, pero, ¿Estas bien con ello?
- No debo involucrar mis sentimientos Armin
El rubio sonrió viéndolo con ternura. El oji-verde amaba su profesión, le gustaba mucho, pero aun así, lo que era cierto era que en ciertas ocasiones, aunque no debía, tenia demasiado presente las historias de algunos de sus pacientes.
Y ese hombre de baja estatura, de nombre Levi, no seria la excepción, después de todo Armin, ya sabía lo que había pasado tiempo atrás, gracias a su amigo y su historia, sin lugar a dudas era muy similar a la de ella.
Suspiro. Le preparo un poco de café y se lo dio en su taza favorita, la que tenia escrito "Matare titanes" en ella. Eren podía actuar como un niño pequeño cuando se lo proponía y ese era uno de esos momentos.
- ¿A que horas es la próxima cita? –murmuro mientras jugaba con la taza entre sus manos
- Dentro de cuarenta minutos, descansa, debes estar agotado mentalmente por lo que acaba de pasar, te avisare cuando falte poco para tu próxima sesión.
El castaño no dijo nada y solo miro de reojo como Armin salía y le dejaba solo. Bebió de su café y se perdió en sus recuerdos.
Era patético, su situación era patética. Ese encuentro en una mañana, mientras iba retrasado a la facultad, jamás lo olvido. Se sentía idiota y mucho.
Y sobre todas las cosas se sentía un acosador, una niña de secundaria intentando saber todo de la persona que le gustaba y por eso, que el estuviera ahí, diciéndole todo lo que le había pasado en sus últimos años, le sorprendió y bastante.
Ahora sabia porque aquella mirada aniñada y soñadora que reflejaba miles de cosas, cambio a una fría y llena de tristeza.
El chico estaba demasiado sensible y vulnerable, como para recordarle algo del pasado, aun si aquel recuerdo era uno feliz.
Quería ayudar, y lo haría, dejaría de lado sus tontos sentimientos universitarios –que mas que nada parecían de alguien de secundaria- y le ayudaría a superar aquello.
Eren Yeager, era un gran psicólogo, y se lo demostraría.
- Eren… -llamaron a la puerta después de dos pequeños toques en ella esta se abrió- Tu paciente ya esta aquí, pronto empieza la sesión
- Gracias Armin…
Sorprendido miro el reloj colgando de su pared, había estado demasiado tiempo en su monologo mental que no vio que ya habían pasado varias horas.
- En cinco minutos hazle pasar… -grito antes de que Armin cerrara la puerta por completo
Estaba bien, ya había tomado una decisión
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Levi se tiro en la cama, había estado evitando las preguntas de Hanji todo el camino, nada mas la castaña se estaciono frente al edificio se despidió rápidamente de la chica y entro casi corriendo a su apartamento.
Hanji lo comprendió, Levi había vuelto a vivir solo desde hace unas semanas, y conocía perfectamente al pelinegro como para saber que se pondría a llorar a solas, hacerlo frente a alguien era como una patada directa a su orgullo, así que con una sonrisa maternal, miro en dirección a donde su pequeño amigo se había ido antes.
Evitando correr tras el y abrazarlo protectoramente.
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Entro a su apartamento, cerro todo con llave ya que ya era tarde y no tenia planeado salir y se encerró en su habitación.
Apenas y se acomodo en posición fetal en su cama, las lagrimas comenzaron a caer a chorros por sus ojos y una oleada de sentimientos se apodero de el. Aun sentía tan presente todo lo que le había pasado con Irvin que su cuerpo le dolía, como si le hubiera dado una paliza hace unas cuantas horas atrás.
Llevo sus manos a su vientre y se abrazo más a si mismo, por su mente pasaban mil y un preguntas que lo llevaban torturando desde que salio del hospital: ¿Cómo seria aquella criaturita al nacer? ¿Seria niño o niña? ¿Tendría sus ojos o los de Irvin? ¿Heredaría la sonrisa iluminadora del rubio o su pequeña y discreta sonrisa?
Lleno de sentimiento y con el sentimiento a flor de piel, llorando mucho más que antes murmuro un pequeño:
- Lo siento.
Y sin darse cuenta se quedo dormido.
Esa noche Levi tuvo un sueño.
Alrededor de el había un montón de cristales rotos, era como si un enorme espejo o vidrio se hubiera quebrado y sus piezas quedaran esparcidas por el suelo. Le dio miedo caminar, le dio miedo moverse, le dio miedo mirar y escuchar la voz tan familiar de su ex pareja y los recuerdos que esos pedazos de vidrio mostraban.
Se puso en cuclillas y se abrazo a si mismo con dolor, cerro los ojos intentando olvidar todo, bloquearlo y de repente, alguien tiro de el levantándolo y abrazándole con fuerza. Una sensación muy agradable le invadió, se sintió tan bien que inconcientemente dejo caer todo su peso hacia aquella persona, aforrándose a ella. Viendo como todos aquellos vidrios se convertía en un gran campo de lavanda.
- Todo esta bien, estoy aquí para ti, yo te cuido…
Levi sonrió dormido, esa noche lo que pensó que empezaría como una pesadilla, termino en un agradable sueño, y por alguna razón, deseo tenerlo siempre.
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Se levanto temprano y misteriosamente con unas increíbles ganas de ir a comer pastel, hoy no trabajaba, era su día de descanso, y después de unas horas de hacerse el loco, limpiar y ordenar su apartamento, busco un cambio de ropa limpia, una toalla seca y decidido, se metió a dar un largo baño para después ir a la cafetería de su pequeña amiga Mina.
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El sonido de si celular le despertó, se tallo sus ojos algo adormilado y lagañosos a causa del llanto de anoche y se digno a mirar el mensaje que le había interrumpido su cita con Morfeo.
Frunció el ceño, tomo un baño rápido y salio de su casa, mandándole un mensaje a Hanji, cancelando sus planes de ese día, diciendo que cuando todo pasara, le contaría el porque suspendió sus planes con lujo de detalles.
"Francisco Smith.
Asunto. Hablemos, por favor
Te veo en la cafetería frente a la estación frente a la estación en media hora. Se que sabes cual cafetería es, venias con Irvin aquí muy seguido.
Por favor abstente de no asistir si no me veré en la penosa necesidad de ir a tu casa.
Francisco"
- "Perfecto" –pensó molesto- "Mas problemas"
Dos actualizaciones en un dia~~
Wii~~~ XDDD
Pues que les digo, hay mucho que decir sobre este fic, sobre todo porque eh creado un Irvin yandere xD y con eso es suficiente, no quiero spoilear mi propio fic xD
Sobre el sueño, las lavandas tendran mucho que ver en este fic, o almenos en unos cuantos capitulos mas adelante.
Francisco, bueno supongo que se daran una idea de quien es y si no en el proximo capitulo lo sabran - y lo odiaran xc -
Sin duda les digo que esto va a estar lleno de drama, angst y van a necesitar pañuelos xD
Espero actualizar pronto, esta historia va mas avanzada que Nuevos Inicios, solo me falta pasarlo a computadora, corregir horrores ortograficos y de redaccion, y pum listo, espero que pronto tengan mucho, mucho que leer c:
Ojala y les gustara, cruzen los dedos para que actualize pronto y deseenme mucha suerte con mis examenes de ingreso a la universidad!
Los hamo y como siempre...
Gracias por leer! -inserte corazoncito gay aqui-
MenkoOut!