Hola a todos! Antes que nada bienvenidos/as a otra ida de cabeza mía. Espero que os guste ya que estoy un poco cansada de la relación de amor entre Peter y Wendy y como personalmente me gusta mucho este persona decidí hacer un fanfic sobre ella. :D


PRÓLOGO : NUNCA JAMÁS

Tigrilla dejó a un lado su estuche con las fechas y su gran arco para descansar junto al río. Había sido un gran día pues había conseguido cazar tres conejos y dos ardillas. Suspiró mientras veía su rostro reflejado en el agua cristalina del río. Un rostro de tez morena que pertenecía a una niña de doce años. Una niña que dentro de tres días dejaría de serlo, pues cumpliría los trece y eso según las layes de su tribu, quería decir que ya estaba prepara para ser una adulta.

_ ¡Odio ser la hija del jefe! _ Bufó molesta mientras golpeaba con su puño el reflejo de su rostro que le devolvía el río. _ Ojalá ocurriera algún milagro para librarme de ésto.

Como buen jefe de la tribu de los Picanniny, su padre, el hombre que infundía respeo y sabiduría a partes iguales, se había encargado de buscar pretendiente para su hija. Pero no uno cualquiera, el que se quedara con su hija debería ser valiente, fuerte, apuesto e inteligente y para escogerlo hizo una competición.

Una competición que consistía en una serie de pruebas, de las cuales su principal objetivo eran poner a prueba la destreza de los jóvenes que pretendía convertise en el marido de su más preciado tesoro. Y finalmente y tras varias semanas de competición, un joven tres años mayor que ella se alzó como vencedor. Un joven con la misma tez morena que los pertenecientes a su tribu, musculoso, valiente y atractivo, el cual era deseado por casi todas las chicas de la tribu. Por casi todas, menos por una.

La única hija del Jefe de la tribu era la única que nunca suspiró por él. Para ella BlackBird sólo era un joven arrogante, el cuál solo le gustaba excibir sus trofeos de caza y sabía que si se casaba con ella no sería por amor, si no para exibirla como un trofeo más entre sus amigos.

Y ahora como hija ejemplar tenía que aceptar su destino. Un destino, que por más que le rezara a sus ancentros, no lo podía evitar y tenía que aceptarlo valientemente. Porque, ¿qué otra opción tenía ella si sólo era una niña?. Una que era obligada a crecer de la noche a la mañana para cumplir una estúpida tradición impuesta hace años, una que ni siquiera había desarrollado su cuerpo de mujer y ni tan siquiera sangraba... una niña al fin y al cabo y que como tal no podía imponerse.

Volvió a suspirar mientras metía sus pies descalzos en las frías aguas del río con tal de aliviarse el dolor que tenía al haber estado cazando todo el día. Una actividad que pronto tendría que dejar porque al ser una mujer casada, tendría que quedarse en su casa y cuidar a sus futuros hijos y a un arrogante marido que ni siquiera amaba.

Consciente de que éste iba a ser su último día de libertad, liberó su espeso cabello negro azabache de las gruesas trenzas que lo sujetaba, y se tumbó sobre el fresco ceped, mientras dejaba que el cálido sol de la primavera bañara su rostro moreno. Cuando de repente se erguió al escuchar un sonido familiar.

Un sonido que provenía de algunos de los cuernos que utiliziva el chamán de la tribu y que indicaba que pronto se iba a anunciar una noticia importante y que la joven india ya sospechaba cual era.

Sin mucho ánimos se puso sus botas de piel de oso que ella misma había cazado, cogió la caza que había hecho y sin molestarse en volver a recogerse el pelo, se dirigió hacia su capamento, el cual no estaba muy lejos de allí. Una vez dentro vio como una multitud se apiñaba alrededor del centro de la plaza, mientras el chaman de la tribu comenzaba a recitar la noticia.

_ Hola pequeña WhiteMoon _ Saludó Tigrilla a una pequeña niña _ ¿Por qué están todos reunidos?, ¿acaso por fin se va hacer oficial mi boda?.

_ No es eso, es que por lo visto BlackBird y sus compañeros de caza han encontrado algún objeto raro proveniente de las estrellas... Según dicen, lo han robado del campamento de los hombres de rostros pálidos que hay a cicuentas millas al norte.

Tigrilla frunció la frente sin entender muy bien a la pequeña, y tras hacerse un hueco entre la multitud, consiguió llegar al centro, donde estaban el chaman, su padre y el fanfarrón de su prometido que excibía con orgullo un extraña roca de color grisáseo que emitía un brillo de color rojizo extraño.

_ Padre, ¿qué es eso que habéis encontrado?.

_ ¡Trigilla, mi querida esposa! _ Exclamó BlackBird, mientras le tiraba fuertemente de su brazo para acercarla hasta donde estaba él _ Hoy estás de suerte, no solo porque dentro de unas horas se va hacer oficial tu enlace con el mejor y más atractivo cazador de la tribu. _ Hizo una pausa para ver a las jóvenes de la tribu suspirar por él, para después continuar _ Si no porque vas a hacer testigo del maravilloso objeto que le he robado a la tribu de los extrangeros de rostro pálido.

_ Primero como tú bien has dicho, ni siquiera estamos oficialmente prometidos y segundo, ¿qué tiene de especial ese trozo de roca?, ¿acaso sirve para cazar lobos?.

_ Mi querida hija, no debes hablarle así a tu futuro esposo y tampoco debes de interrumpirle cuando habla, sobre todo si es algo importante.

_ No se preocupe, ya haré que me respete cuando sea mi esposa, pero volviendo al asunto de la roca, mis compañeros y yo le oímos a decir al dueño de la roca que provenía del cielo. Más concretamente de las estrellas... al parecer la pasada lluvia de estrellas fugaces, nos trajo este curioso objeto. Y como todos bien sabemos el hombre blanco no respeta nuestro territorio, así que decidí tomarme la justicia por mi mano y robar a su tribu algunos objetos valiosos, entre los que se encuentra esta extraña roca _ Y tras soltar su discurso, el fanfarrón guerrero, levantó con orgullo el trofeo robado.

_ Muy bien Blackbird, ¿y qué se supone que hace?.

_ Esa mi querida esposa, es una muy buena pregunta. Verás oí decir que al provenir de las estrellas, es capaz de concedernos un deseo... Pero sólo si se pide desde el corazón. Yo evidentemente no he pedido nada, ya que soy el mejor guerrero de la tribu y además tengo a la mejor esposa que puedo desear, por eso he decidido regalarselo a nuestro Jefe, como respeto hacia él.

BlackBird entregó la roca extraña a su Jefe, el cual tras examinarlo con curiosidad se lo dio a su hija, la cual tras hacer lo mismo que su padre y determinar que era sólo una simple roca, se la guardó en uno de los bolsillos de su vestido. Porque quizás la podría utilizar como munición contra su futuro marido, si éste intetaba sobrepasarse con ella en su deseada noche de boda.

_ Muy bien y ahora _ Siguió el Jefe de la Tribu con tono solemne _ Ya va siendo hora de anunciar los que todos andábamos esperando. Una noticia que como padre me siento muy orgulloso de proclamar. Mi hija Tigrilla y el joven Blacbird, quedan oficialmente comprometidos, y la boda se celebrará dentro de tres días, coincidiendo con el cumpleaños número trece de la afortunada. Una vez dicho ésto, queda inagurada la fiesta oficial de compromiso.

Todos los presentes gritaron de júbilo, mientras la joven princesa india se escabullía y se dirigía hacia su pequeña tienda de campaña, para tumbarse en la cama. La noche comenzó a caer y desde fuera, Tigrilla podía oir el jaleo provocado por los demás miembros de la tribu. La fiesta transcurría en honor a la joven pareja, pero mientras que su prometido estaba afuera pavonéandose por su compromiso, ella seguía tumbada, pensando en un plan para escapar de su destino.

_ Quizás si me escapo y me integro en una de las tribus de los rostro pálido... O quizás pueda formar mi propia tribu... O quizás... ¿A quién pretendo enganñar?... Mi destino ha quedado sellado y por mucho que corra o intente huir jamás me escaparé de él.

Unos suaves golpes proveniente de afuera hizo que la chica saliera de sus pensamientos para abrir la puerta de su tienda y encontrarse con la pequeña WhiteMoon.

_ Hola Tigrilla, no te encontraba en la fiesta y pensé en ir para saber que te ocurría... Aunque pensármelo mejor, debe de ser los nervios, ya que te sentirás muy afortunada por casarte con BlackBird.

_ Bueno si casarte con el mayor idiota, engreído y fanfarrón es un orgullo, entonces estoy de suerte... Ni siquiera me dejará ir de caza con mi arco porque le duele en su orgullo de macho que soy mejor que él.

_ Pero tampoco es tan malo... Quiero decir que es el destino de las mújeres de nuestra tribu, y pronto yo también tendré que cumplirlo.

_ Pero... ¿y si púdieramos librarnos de el?, quiero decir, ¿por qué tenemos que cumplir con algo que fue impuesto hace años?... No sabes cuanto desearía porder librarme de esa estúpida boda.

_ No digas eso... ya verás que cuando mañana comencemos con los preparativos te sentirás mucho mejor... ¡si hasta han cogido la mejor piel de lobo para confeccionarte un vestido de novia!, en serio, serás la envidia de todas las mujeres de la tribu. Bueno será mejor que te deje descansar para que recuperes fuerza para mañana, buenas noches princesa.

_ Buenas noches pequeña.

Tigrilla cerró la puerta de su tienda de campaña y se volvió a tumbarse sobre su mullida cama, cuando sentió que tenía algo duro en el bolsillo de su vestido. Lo sacó y vio que era la roca que provenía de las estrellas.

_ Esta bien pequeña... dicen que concedes deseos... pues bien deseo que mi boda nunca jamás se lleva a cabo, quiero que me lleves a un sitio donde nunca jamás cumpla los trece... y sobre todo quiero que en ese sitio no vuelva a ver nunca jamás el arrogante de BlackBird... _ Deseó mientras cerraba sus ojos de color avellana para poder dormir y conseguir olvidarse de su destino por unas horas.

Unas horas más tarde, cuando la fiesta se había acabado y todo el pueblo descansaba, la extraña roca que aún tenía Tigrilla entre las manos, comenzó a brillar con mucha intesidad,. Con tanta fuerza, que si alguno de los presentes hubiera estado despierto se hubiera quedado ciego. La luz envolvió a todo el campamento menos una tienda de campaña, la cual ahora descansaba BlackBird después de pasar toda la noche presumiendo de su compromiso.

Cuando amaneció, Tigrilla fue la primera en despertarse y salir afuera para contenplar el amanecer y aprovechar sus escasos minutos de libertad ante de los preparativos. Abrió la puerta y salió afuera. Pero algo estaba mal... Los miembros de la tribu deberían haber movido de sitio el campamento porque ese lugar no era el mismo qu dejó antes de irse a dormir... Es más ni siquiera estaba en su antigua tierra o como el hombre blanco la llamaba, América.

Comenzó a explorar los alrededores para averiguar que había ocurrido antes de que su padre y el resto de la tribu se levantaran. Pero por mucho que investigó, nunca pudo explicarle a su padre que había pasado. Y de eso hace más de cicuenta años.


Hola, si has llegado hasta aquí, muchas gracias por leer mi humilde historia. Espero que os haya gustado y un abrazo enorme. ¿Reviews?