Juvia había quedado muda, su garganta estaba perfectamente atrofiada ante la confesión que Gray acaba de hacer. Sus ojos se habían abierto en exceso mientras su rostro no pudo evitar colorarse a pesar de su anterior estado acercado al pánico, las lágrimas cortaron su flujo dejando solo sus mejillas húmedas, el hombre la siguió viendo a los ojos, su mirada decía lo que era tan real como el día: El no mentía.

—¿Qué…Que ha dicho? —No podía creerlo, sencillamente no le parecía algo que acontecería algún día, deseaba oírlo de nuevo e incluso que lo gritara para así poder corroborar lo que creyó escuchar.

—Eso que escuchaste—Murmuro acercándose más a su cuerpo, la Lockser no opuso resistencia, la abrazo fuertemente contra su pecho acariciando su cabeza por detrás con una de sus palmas tomo aire fuertemente—Te amo Juvia…No se desde cuándo, no sé si es desde que luchamos juntos en los juegos mágicos o si desde que comenzamos…Esto, pero sí sé que es verdad esto que siento—Susurraba con total cariño para ella, la joven sintió las lágrimas invadirla de nueva cuenta pero esta vez decidió no restringirse y lloro en su pecho por un momento dándose la oportunidad de ser débil a pesar de no desear verse así.

—No sabe…Gray-sama no sabe…—Hablo entre sollozos, éste se separó suavemente dándole espacio a ella para poder alzar el rostro le miro con sus hermosos ojos azules llenos de lágrimas mientras sus mejillas estaban fuertemente enrojecidas ella tenía los ojos entrecerrados por el llanto y el acaricio su mejilla lentamente para limpiar las cascadas que se habían vuelto sus ojos—Lo mucho que Juvia deseaba oír esas palabras…Juvia soñó con este día, Juvia lo anhelaba más que nada en el mundo—Se atraganto de nueva cuenta con un sollozo.

—Juvia….—Le llamo en una tenue voz tratando de calmarla, no dejo de acariciar sus mejillas mientras la miraba con todo el cariño que se había negado hasta entonces de darle se acercó a ella lentamente pegando sus frentes—Lo lamento…—Se disculpó, ella le miro sin entender—Fui un idiota…Un verdadero estúpido…Te tuve todo este tiempo delante mío, tuve a la más bella de las mujeres ofreciéndome su amor y cariño…Yo solo fui un cretino contigo y seguiste aquí conmigo—Delineo su pómulo izquierdo con sus fríos dedos, ella le miraba con unos ojos grandes y llenos de amor que no le permitieron hacer otra cosa que sonreír.

Lentamente bajo sus manos del rostro de la joven descendiendo en un parpadeo para tomar las ambas manos de la chica, ella no aparto su mirada ni por un segundo solo se deleitaba de ver esos ojos llenos de amor y arrepentimiento como siempre soñó que sería al ser correspondida por su gran amor.

—Gray-sama…—Susurro ella, cerro sus ojos unos segundos y después los abrió con el ceño curiosamente fruncido el mago de hielo se sobresaltó al instante—Juvia no piensa rendirse así de fácil frente a usted—Comento ella con tono decidido, el chico sonrió extrañado.

—¿Qué quieres decir? —Cuestiono sin quitar su sonrisa, algo le decía que no era malo lo que pasaba.

—Juvia accederá a perdonarlo siempre y cuando Gray-sama cumpla con las exigencias de Juvia—Declaro la chica soltando las manos de el para posteriormente cruzarse de brazos, movió su naricita en un gesto adorable para quitar la irritación que le había provocado el llanto el alquimista no hizo nada más que reír suavemente.

—Muy bien señorita Lockser, ¿Cuáles son sus exigencias? —Cuestiono el alzando las cejas.

La muchacha trago saliva fuertemente, pero le miro con la misma decisión con la que había comenzado a hablar.

—Primero, Gray-sama se referirá a Juvia como Juvia-chan o Juvia-hime y lo dirá frente a todo mundo, incluso frente al gremio—Exigió ella, el muchacho se sonrojo levemente ante la idea pero solo sonrió.

—Muy bien, ¿Qué más? —Pregunto, ella tomo aire.

—Gray-sama también prometerá abrazar a Juvia todo el tiempo frente a cualquier persona y no le avergonzara llamar a Juvia su novia—Le apunto con su dedo enguantado, el rio pero solo asintió—También Gray-sama llevara a Juvia a todas sus misiones—Miro muy seria, el joven alzo una ceja.

—Si la misión es peligrosa no lo hare—Inquirió el, ella puso una carita de puchero inflando las mejillas que hizo una gota correr por la nuca de la joven—Oí, oí está bien te llevo—Dijo fastidiado, pero termino sonriendo.

—También, Gray-sama le dirá a Lucy que no puede haber nada entre ustedes y que solo ama a Juvia—Hablo muy seria, fuera de la habitación se escuchó un muy claro "¡Que Gray no me gusta!" por parte de la rubia que aun luchaba con el hurón, el alquimista rio por lo alto.

—Le romperé el corazón, pero ya que—Dijo burlón.

—También, Gray-sama comerá todos los panes que Juvia le haga—Le miro amenazadoramente, el sudo pero asintió—Y…Y…—Pensó en alguna otra exigencia—También Gray-sama le regalara flores a Juvia cada mes ¡No! Cada semana—Le apunto de nuevo y de paso le pico el pecho.

—Okay, ¿Algo más que desee pedir la señorita? —Cuestiono de nueva cuenta el joven, la chica le miro nerviosamente y asintió muy lento.

—Sí, una última cosa…—Susurro ella, se acercó a él pegando su cabeza a su pecho y el la abrazo al instante murmurando algo que él no entendió.

—No escuche…—Susurro el besando su cabeza.

—Nunca deje sola a Juvia…—Le escucho, pero fingió que no solo por el gusto de oírla repetirlo.

—No escuche…—Repitió el, ella alzo la mirada para verle a los ojos dos pares de ojos se encontraron dándose con simples mirada amor sin límites ella acaricio su rostro con ambas manos.

—Nunca dejes sola a Juvia… ¿Si, Gray? —Se acercó lentamente, le dio un suave beso como su única respuesta. Sus labios se encontraron con amor y cariño, no se detuvieron hasta que el aire fue demandado por sus pulmones y ambos se abrazaron fuertemente, pero ella dispuesta a castigarlo un poco más sonrió pegada a su pecho—Una última cosa…—

—¿Uh? ¿Y ahora qué? —Ya extrañado de tanta demanda se separó un poco para verla, ella sonrió maliciosamente, esto no le gustaba.

—Nada de sexo hasta que hayamos tenido cuatro citas—El muchacho puso cara de mártir.

—¿Disculpa? Es que no te escuche…—Fingió demencia rápidamente y se alejó de ella, la muchacha hizo morros al instante cruzándose de brazos.

—¡Nada de sexo hasta la cuarta cita! —Grito a todo pulmón, él se tapó los oídos con ambas manos gritando.

—¡No te escucho! ¡Si no te escucho no es verdad! —Grito antes que la maga le brincara en la espalda repitiéndolo una y otra vez. Ambos comenzaron a reír y el siguió cargándola en su espalda, giro el rostro y alzo los labios para un beso, pero la maga solo le tapo con un dedo.

—No, por malo—Y entonces le mordió el dedo juguetonamente para luego se girarse hacia el pilar de hielo que cubría la entrada principal.

—¿Crees que Lucy y Levy comprendan mis razones? —Cuestiono el, la peli azul solo se quedó callada un segundo.

—…Salgamos por la ventana—Fue su única respuesta arrancándole una carcajada a Fullbuster, este acabo acercándose a la misma abriéndola de par en par, se acomodó en la cornisa listo para saltar.

—¿Lista? —Miro de reojo, ella se abrazó con más fuerza a él.

—Si…Gray—Beso su mejilla y él sonrió por el gesto.

—Vamos…Juvia-chan…

Dieciocho semanas después…Ósea cuatro meses para quien no quiera dividir.

La vida en el gremio volvía a la normalidad, bueno tan normal como era en Fairy Tail; los magos bebían, hablaban y se divertían como si no hubiera un mañana y con un Natsu merodeando por allí era probable que de hecho no hubiera un mañana. Pero volviendo al protagonista de nuestra historia el mago de hielo hizo lo ilegal y subió al segundo piso de Fairy Tail, con permiso del maestro claro está, para poder hablar con Laxus, el rubio estaba allí sentado, viendo hacia abajo como era usual.

—¿Qué quieres, Fullbuster? —Cuestiono con la ceja izquierda alzada, apenas viéndole de reojo.

—Pues…—Aclaro su garganta—Deseo saber, ese día hace cuatro meses… ¿Por qué me ayudaste? —El Slayer solo se quedó callado antes de darle un largo sorbo a su bebida, después le miro de nuevo.

—No te incumbe—Fue su única respuesta, el mago de hielo sonrió ladino.

—De todas maneras…Nunca te lo agradecí ¿Sabes? —Le dijo viéndole—Gracias Laxus, me salvaste el trasero ese día—Agradeció formalmente antes de cruzarse de brazos.

—¿Y qué? ¿Vienes a ser mi esclavo o algo parecido? —Hablo con ironía, el aludido solo le hizo una mueca.

—No, vengo a pedirte un favor o más bien ver si deseas hacer una misión de doble SS—El rubio alzo las cejas.

—¿Y cuál misión de doble SS seria esa? —Trato de mantener su estoica figura pero por dentro la curiosidad le picaba.

—Pues…—Giro el rostro un poco apenado—Deseo que seas, junto con Natsu, uno de mis padrinos—Hablo al fin, al Dreyar se le torció la boca al instante.

—Me estas jodiendo…—Murmuro incrédulo pero el pelinegro trago difícilmente buscando en su bolsillo izquierdo tenía una pequeña cajita la cual agito suavemente—No me estas jodiendo—Ahora sí que estaba sorprendido.

—Siendo que gracias a ti…Esto se logró, quisiera que fueras a la boda…Bueno, si es que ella acepta claro—Trago saliva sintiéndose ciertamente apenado, el cuestionado le miro y puso una maliciosa sonrisa en los labios.

—Supongo que puedo hacer tiempo Fullbuster…Pero con una condición—El alquimista le miro al instante—Pido llevar el anillo, solo por joder a Natsu—Comento malicioso, Gray solo rio burlón, pero asintió.

—Eso era todo…Te veo luego Padrino—Dijo a burla, el rubio no se sintió aludido si no que hasta sonrió.

—Cuídate chico…Ah y otra cosa—Gray que casi bajaba por la escalera se giró hacia el—Yo pido organizar tu despedida—Movió las cejas y el pelinegro rio de nueva cuenta.

—Siempre y cuando tu lleves el alcohol y las chicas…No creo que sea buena idea pedirle eso a Natsu y Gajeel—Ambos rieron por lo bajo.

—Yo me encargo…Y supongo que, felicidades…Ella merece algo mejor, pero al menos te tendrá a ti—Su tono arisco hizo al pelinegro arrugar la nariz mientras le mostraba el dedo medio.

—Muy chistoso…deséame suerte. —

—¿Suerte? Pero si es tu funeral…—

Después de un insulto más el alquimista bajo por las escaleras, una vez lo suficientemente lejos el suspiro con cansancio y camino a la parte más profunda del segundo piso lejos de las vistas curiosas se tiro en un sofá y murmuro fastidiado.

—Se fue, ya puedes salir—Dicho esto de detrás de uno de los pilares apareció Mira quien le sonreía de oreja a oreja—No pongas esa cara, me fastidias más que esta situación—Murmuro hastiado.

—Ara, ara el pequeño Gray sí que ha crecido ¿No te parece? —Dijo ella ignorando su mala leche, se sentó a su lado y acaricio el pecho del mago quien solo sonrió de lado.

—Supongo, los niños crecen y eso. Aunque sería mejor si decidieran madurar cuando no estemos…Ocupados—Susurro la última palabra con un aire de jugueteo y sensualidad acercándose a ella para besar su expuesto y pálido cuello lentamente.

—Te había dicho que sería tuya por tres meses si ayudabas a Gray…Y ya han pasado cuatro meses…—Murmuro, pero no le puso resistencia si no que hasta alzo el cuello dándole más espacio.

—Son tres meses por ayudar a Gray…Cuatro por ayudar a Natsu, eso fue peor que una misión de clase S—Comento contra la blanca piel de la chica dándole una fuerte mordida haciéndola gemir, ella acaricio su nuca atrayéndolo más.

Happy: Then!

Gray bajo al primer piso del gremio con la pequeña caja en su bolsillo derecho, mientras bajaba vio el ambiente usual en el gremio, Natsu y Gajeel peleaban en una esquina como un par de niños, Lucy y Levy hablaban de sus cosas de chicas nerds y cosas así, pero luego su atención fue atraída a lo que único que le importaba: Su amada maga de agua ella estaba allí con las manos a su espalda como era usual en ella, le sonrió y se acercó besándola en los labios sin importarle estar en un lugar público.

—¿Todo bien con Laxus-san? —Cuestiono la chica, el solo sonrió.

—Sí, ya le pregunté lo que deseaba—Restó importancia al asunto—Vámonos, necesitamos hablar de esa "sorpresa" que te comenté—Dijo el tomando sus manos, ella le sonrió.

—Sí, Gray—Dijo su nombre solo por el gusto de hacerlo, la beso de nueva cuenta siendo vistos por la mayoría de sus compañeros—Me alegra que hayas aceptado—C omento el a referencia que la chica acepto salir con él a cenar esa noche sin saber de sus lindos planes…Los cuales estaban por irse al carajo.

—¡¿Juvia si acepto casarse contigo?!—Grito Natsu de golpe, todos en el gremio guardaron silencio viendo hacia la pareja la joven se sonrojo y el mago de hielo puso cara homicida.

—¡Natsu, hijo malparido de tu dragona madre! —Hecho una furia se lanza contra su viejo amigo quien al instante entendió que lo había arruinado e hizo lo más inteligente en el momento: Correr por su puta vida.

—¡No fue mi intención Gray! —Aunque de manera general Natsu le plantaría cara al alquimista, sabía que él tenía intenciones seriamente homicidas en esta ocasión y preferían no arriesgar su trasero.

—¡Te matare! —Continuaba bramando el hombre al que le habían arruinado la muy, en serio muy, elaborada propuesta de matrimonio mientras su novia seguía en un perpetuo shock.

Al tiempo el dúo de magas amigas de la chica rieron por lo bajo acercándose a la peli azul, Levy a su derecha y Lucy a la izquierda tomándola de las manos.

—Sera mejor que te sientes Juvia—Susurro Lucy llevándola a una de las sillas.

—Sí, ahora imagínate como se pondrá cuando sepa del bebe—Murmuro ella para su desgracia el gremio entero se calló la boca en ese mismo instante debido a que Gray y Natsu fueron detenidos por Erza a quien le habían tirado un pastel generando un aura de miedo, seguida del desconcierto general que miro a la McGarden que solo se coloro hasta las orejas pidiéndole a Acnologia que apareciera y la matara para ahorrarse la vergüenza.

—Ju...Juvia…—Susurro su novio acercándose lentamente a ella con las piernas y manos temblorosas por lo que juraba había escuchado.

—Yo… ¿Acepto?