Bien...mi OTP es Astrid/Hiccup pero vi la imagen que está en la portada y no pude evitar pensar en esta pequeña viñeta, disfrutenlo y diganme en los comentarios que piensan, ¡sus opiniones son muy importantes!


Hizo un puchero y cedí, era imposiblemente adorable.

Se giró para encarar a Toothless y con un movimiento de cabeza el dragón dobló sus patas para que yo pudiera subir, evidentemente emocionado. Me paré en frente de Hiccup y su amigo y los miré con la expresión más amenazante que pude poner: los ojos entrecerrados, el ceño fruncido y las manos en la cintura.-No quiero ni piruetas, ni giros inesperados, no podemos ir muy rápido y tampoco podemos volar entre los círculos de plasma. –advertí. A cada palabra que decía, le acompañaba el movimiento de mi dedo índice acusador mientras se estrellaba en la frente del chico. Los dos asintieron al unísono sonriendo y Hiccup aseguró su montura. No pude evitar corresponder la mueca con ternura. Me subí al lomo del dragón y en un instante nos elevamos en vuelo.

Cada vez que volaba con ellos, podía entender por qué Hiccup y sus amigos adoraban a estas bestias. El viento azotó mi cara y me despeinó aún más pero la sensación de libertad que experimenté fue inmensa. Lo único que me mantenía lejos de la realidad eran las nubes y el tacto del chaleco de piel de Hiccup. Estaba tan encandilada y sumida en mis pensamientos que no me percaté de que descendíamos peligrosamente en dirección al océano. Mi pelo revoloteó salvajemente, tapando mi rostro por completo. Aparté los mechones de un manotazo y al notar que íbamos más deprisa, traté de abrir la boca para decirle a Toothless que disminuyera la velocidad pero lo único que pasó fue que nos adentramos en el agua.

Salimos a la superficie en unos segundos, pero tan solo eso era suficiente. Aún seguía tosiendo cuando llegamos a la aldea, chorreando a mares.

-¡Maldita sea, Hiccup! ¿Qué voy a hacer ahora? ¡Mira mi cabello!-no podía evitar mirar el agua que escurría de los rizos pelirrojos en mi mano. Di una patada en el suelo, de pura frustración y me alejé lo más dignamente posible que puede hacerse cuando se está empapado. Escuché las pisadas del dragón cada vez más cerca y a Hiccup gritando mi nombre mientras me alcanzaban. No me digné a mirarlos y continué mi camino pero de alguna manera Toothless se las arregló para subirme a su lomo y alzar vuelo otra vez. Oh no.

-¡Hiccup, no, no, no, no!- no podía dejar de gritar aterrorizada, tratando de sostener mi pelo para que no se alborotara mientras Hiccup reía y surcábamos los cielos.

-¡Pensé que querías secarte!- supe que solo quería hacerme enojar y le di un golpe en la espalda lo más fuerte que pude. Al hacer el movimiento, mi cabello se soltó de su amarre y salió en todas direcciones como el mismísimo fuego salvaje. Sabiendo que no habría remedio después de esto, suspiré y dejé caer mi cabeza en su espalda.

Después de que nuestras ropas estuvieran completamente secas, descendimos y me bajé del lomo de Toothless y comencé el camino hacia la aldea, sin siquiera mirarlos.

-Oye, ¿qué pasa, no te divertiste?-el tono en la voz de Hiccup logró que me volteara completamente, dejando ver la magnitud del problema: mi pelo, de por sí alborotado estaba más encrespado que de costumbre casi cubriendo mi cara en su totalidad. Al oír su pregunta señalé con ambas manos mi cabello y alzó una ceja.

-¿Y? No es como si no estuviera así siempre…-no lo dejé terminar y me di la vuelta dispuesta a seguir mi camino. Me alcanzó una vez más y me dio la vuelta.

-Hey, no importa. Igual te ves hermosa.-me dio un beso en la nariz y sonreí al contacto.

Era tan difícil enojarme con Hiccup. Casi tan difícil como entrenar a mí cabello.