((Hola, he decidido seguir con mis fanfics pendientes y empezar con varios cortos, ahora que tengo un poco más de tiempo por las fechas navideñas.))

Advertencia: serie de Drabbles en AU dedicados a Hiccup y Jack Frost.

Discleimer: Ningún personaje me pertenece, todos son de DreamWorks.

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Bienvenidos a este pequeño cuento de Navidad, una pequeña narración sobre dos muchachos que se encuentras, el espirito del frio y el héroe pequeño e inocente del pueblo.

Blanco como la escarcha.

Capítulo Primero.

Ángel

Eran fechas frías en Noruega, más frías que de costumbre, las nubes cubrían el cielo y la nieve los campos, provocando un paisaje monocromático, grises y blanco, dejando al espectador cautivado por la blancura del paisaje.

Entre aquellas montañas, ríos congelados y pastizales secos, se encontraba un pequeño pueblo en una isla lejana de aquel país, la Isla Berk, pequeña, fría y no tan aislada, pero tan bien organizada que se podría decir que no necesitan de muchas conexiones con "tierra firme". Ellos tenían sus cosechas, su carne, pescado e incluso, para lo aislado que estaban, contaban con tecnología básica, grandes barcos zarpaban en dirección a las ciudades para aquellos que tenían que salir a ver a su familia o simplemente trabajaban allá, un lugar que para los que aman aquellas costas heladas, sería el paraíso.

Pero regresando al tema principal, esta es la historia de un pequeño joven, ni niño ni hombre, de apenas 13 años de edad que lleva por nombre Hipo –tal vez no con un nombre tan imponente, pero con un alma decidida a luchar- que asiste a la escuela de Berk y que tiene como fiel amigo y compañero a su gato Chimuelo, un pequeño minino que su padre mando a atrapar por que se robaba pescado de la tienda del vecino. Este tan herido de su pata no podía andar bien e Hipo lo termino ayudando y adoptando.

Hipo podría parecer un chico "normal" ante muchos, pero después del gran incendio que destruyo la cosecha de su padre, el perdió la mitad de su pierna –de la mitad de la rodilla hacia abajo- pero logrando sobrevivir gracias a que Chimuelo aviso a su gran padre Estoico, logrando salvarle a tiempo, si no hubiera sido por Hipo, el pueblo no hubiera sobrevivido a semejante desastre. Desde entonces tiene como amigos en su colegio a Astrid, a sus amigos gemelos apodados Brutacio y Brutilda, Patapez y Mocoso.

Su vida ha cambiado bastante aun que según él sigue siendo un chico normal, bueno, o al menos eso creía hasta que durante una caminata que hizo para probar su prótesis resbaló y cayó por una pequeña pendiente, llegando a un quebradizo lago de hielo, rompiéndose al instante y quedando atrapado e inconsciente por el golpe.

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Un cálido aliento -bastante contrario al frio tacto- tibio su garganta petrificada y lo trajo de nuevo al mundo y provoco el reflejo de toser para expulsar el liquido tragado y aspirado. Escucho una voz preguntando cómo se encontraba, al enfocar por completo observo ante él una blanquecina cabellera, y unos ojos azules brillantes y hermosos. Un joven que parecía unos dos años mayor que él, de tés pálida y cabello tan blanco como la nieve, con unos ojos tan azules que no se comparaban a un brillante cielo azul que pocas veces en el año se veían.

-¡Oye! ¿Cómo te encuentras? ¿Te sientes bien?

Por un momento quedo aturdido ante tal rostro para después toser un poco y carraspear. No sabía que había sucedido.

-¿Qué… que me paso?

-resbalaste desde lo alto de la pendiente, rodaste y caíste en aquel lago congelado, si no te hubiera visto, chico, te hubieras ahogado.

Comento haciendo señas en dirección al lugar de la caída y al hoyo que quedo en el lago. Hipo quedo sorprendido, ahora entendía por qué tenía tanto frio y tiritaba, el joven lo noto y lo cubrió con una capa café.

-Cúbrete con esto, creo que lo traías en sima y quedo atorado en una rama. –Señalo una pequeña rasgadura en la capa.- Fue muy dura tu caída.

Se cubrió comenzando a temblar con más fuerza, sentía que el frio a su alrededor aumentaba y su respiración estaba errática.

-Oye, intenta levantarte, si te mantienes quieto el frio aumentara.

-¿Quién... eres? –Su voz temblaba intentando levantarse pero tiritando un poco, aun se le dificultaba el caminar con la prótesis.

-Me llamo Jack, estoy… estoy de viaje. –Comento sonriendo un poco y ayudándolo a levantarse.

-Oh… ya veo, muchas gracias… por ayudarme… yo solo aquí… y-y-y hubiera terminado hecho paleta.

-Pues si no intentas caminar un poco más, terminaras como una. –Sonrió para molestarlo.

-Que… persona tan graciosa eres. –Contesto mirándole un poco acusador y animado.

Siguieron caminando un poco más, encontrando un sendero que subía hacia el camino que llevaba de regreso al pueblo. El menor recibió un pequeño empujón de aquel muchacho, estuvo a punto de resbalar pero se logro sostener y cuando volteo ya no estaba. A lo lejos observo como venia su padre y su vecino Bocón El Rudo en la camioneta de la herrería. Posiblemente Chimuelo fue a avisarles que se encontraba en peligro y venían en su ayuda.

ooOOoo

Era de noche en su casa, se encontraba tapado en mantas y con un gran vaso de leche caliente que su amiga Astrid le había servido, pero la cual no había aceptado beber pues su mente abarcaba muchas preguntas, entre ella aquel misterioso ángel de nombre Jack que lo había salvado de morir congelado en las frías aguas. Tal vez nunca lo volvería a ver o tal vez, y si el destino se lo permitía, podría volverlo a encontrar.

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Espero que haya sido de su agrado.

•KonekoMarlem•