Disclaimer: Hetalia no me pertenece, es propiedad de Hidekaz Himaruya. Es agotador repetirlo una y otra vez, pero luego no quiero demandas…


Terror.

Ese fue el sentimiento que embargo a Arthur apenas hubo despertado en la mañana. Por supuesto, no fue el único, pero todo se reducía básicamente a eso. No fue capaz de mirar a su lado, con oír el ritmo acompasado de la respiración de Antonio sabia que estaba ahí, que todo fue real, que verdaderamente no hubo "pesadilla" alguna.

Se levanto rápidamente, sintiendo un pinchazo de vergüenza al ver su ropa desparramada por el suelo, al mismo tiempo que notaba su desnudez. Sin apenas abrir los ojos, recogió su ropa, selecciono prendas limpias de su maleta y se encerró en el baño.

Echó a correr el agua, no tenia la menor idea de que hora era y tampoco le importaba mucho. Necesita desfogarse, pero el agua fría no parecía funcionar en absoluto. Con sus manos comenzó a tirar agua a su rostro, como queriendo con eso aclarar los recuerdos de lo ocurrido.

Cayó sentado en las baldosas, que estaban frías al tacto. Trató de ordenar sus pensamientos, lo que había sucedido no era tan malo, no podía serlo. El español había prometido que nadie se enteraría de nada, el, menos aun se iría de chismoso. Suspiro, pero algo le impedía sentirse tranquilo. Y exactamente lo que mas le preocupaba era que el sentimiento de arrepentimiento se esfumaba poco a poco. ¿Por qué? Se supone que ahora debería estar buscando alguna solución, alguna forma de asesinato de la que nadie se entere, una forma de olvidar todo, fingir que nada había pasado.

Pero no, nada de eso. Solo estaba ahí, sentado en el frio piso de la ducha mientras el agua le recorría el cuerpo, pensando que quizás, debería dejar su inseguridad y dudas a un lado. Relajarse. Indudablemente le había gustado, más de lo que quisiese. De hecho, podría decirse que era lo más increíble que había sentido jamás. Pero estaba mal, y cada vez que pensaba en aquello, sentía un remordimiento extraño, pero no arrepentimiento, si no más bien, vergüenza.

Giro la llave del agua. Necesitaba aire fresco con urgencia.


Antonio despertó pasado el mediodía. No era algo poco común en el, que digamos. Sentía todo el cuerpo pesado y un terrible dolor en la espalda. Cuando trato de erguirse comprobó también que su cadera sufría el mismo pesar.

Se sonrojó al ver su ropa esparcida por todos lados menos donde debería estar. Recorrió la habitación con la mirada, pero no había rastros de presencia humana. Sin querer, rio por lo bajo recordando todo. No podía negarlo, sentía algo de vergüenza y seria inevitable sentirse humillado frente al rubio, pero no se preocupaba, le daba igual. Además, no creía necesario molestarse en pensarlo demasiado, al fin y al cabo, todo estaba realizado y no se podía hacer mucho mas. Tal vez ahora podría llevarse bien con Arthur, quizás desde ahora todo seria mejor y mas alegre.

Pero… ¿Dónde estaba el rubio entonces?

Suspiro. Se trataba de Arthur, no podía esperar mucho de él, seguramente ahora estaba en algún lugar de la academia, al borde del colapso y arrepentimiento. Aquello indudablemente le hacia gracia, ahora el rubio no podría ni insultarlo ni tratarlo mal, mas que mal, compartían un extraño y tórrido secreto.

Encontró sus ropas repartidas por los lugares más inhóspitos de la habitación, volvió a ponerse las mismas prendas, luego de olisquearlas un poco y confirmar que aun estaban utilizables.

El dolor de espalda y cadera le estaba matando, de pronto se sintió enfermo y las ganas de recorrer el establecimiento y charlar con el resto del "bad friends trio" (como había llamado Gilbert al grupo) se esfumaron por completo. Se resignó. Utilizaría como excusa un dolor inesperado de cabeza y luego de desayunar volvería a su habitación a echarse a descansar, y esperar la visita de su hermana…

¡Isabel! Maldijo sin controlar el timbre de voz, retumbando en la habitación los improperios lanzados a su rey y la madre de este. La había olvidado, su querida y poco delicada hermana, estaría en unas horas pidiéndole explicaciones que sin imaginarse ahora eran el doble de sospechosas. Bufó, desechando las preocupaciones como siempre lo hacia, dispuesto a ir en busca de su desayuno antes de que el terrible dolor en su cadera lo amenazase aun mas.


-Perdóname, sabes que ese día no estaba de lo mejor, y realmente fuiste testigo de mi peor humor, lo lamento mucho… -trato de utilizar su voz mas amable, y su tono mas cordial. No era verdad, no se arrepentía de nada y no lo haría jamás, pero necesitaba volver con ella.

Ella dudo, vacilando unos segundos, que al rubio le parecieron eternos.

-No lo se, Arthur, ese día me dijiste algo que me dejo verdaderamente confundida, sé que tu nunca estas de humor, pero aquello fue… -dio un suspiro- fue distinto… fue como si realmente no me quisieras.

-Sabes que si lo hago Sel, no estaría ahora aquí, pidiéndote perdón como un estúpido… -Aguanto los deseos de gritar, su orgullo estaba algo herido.

La chica giro la mirada, antes de torcer una sonrisa poco convincente.

-Esta bien, pero solo porque me hace gracia verte pidiendo perdón de esta manera –Rio, cosa que a Arthur no le hiso gracia, pero guardo las ganas de hacerlo saber- Pero si vuelves a decir tonterías como esa, que me hagan dudar seriamente de ti, juro que no volveré a perdonarte, cejón. Ahora todo el colegio piensa cosas raras de ti.

Arthur sonrió apenas, pero victorioso. Ahora tenía un problema menos, salvaría su reputación regresando con su ex novia. Nadie dudaría de el ahora, o por o menos, lo harían, pero en menor medida.

La envolvió en un abrazo, mientras ella apoyaba su rostro en su hombro, en señal de reconciliación.

-Es todo culpa del idiota de Francis, él lo invento todo, seguramente esta celoso de que yo te teng no el –rio suavemente- Te quiero, Sel, te quiero mucho - Se sintió incomodo, sentía que de alguna manera le mentía a la chica.

Pensó en Antonio, un escalofrío le recorrió el cuerpo entero. No sabia como seria su reacción al verlo, ni si le saldría palabra al estar frente a él, seria una situación incomoda, de eso estaría seguro. ¿Cómo se sentiría al verlo de nuevo con Sel? ¿Se pondría celoso? Otro escalofrío le recorrió el cuerpo, ¿Qué le hacia creer que estaría celoso? Se sonrojo violentamente, sintiendo sus mejillas arder de manera furiosa. Intento desechar sus pensamientos, incluso sin darse cuenta estaba besando a la chica en un contacto brusco.

Nunca un beso le había parecido tan desagradable. Pero Antonio no tenía nada que ver en aquello…


¡Antonio! - La muchacha atravesó veloz el umbral de la puerta, cubriendo el cuerpo de su hermano menor en un profundo abrazo - ¡No sabes cuanto te extrañe, tonto! ¡Las tardes son verdaderamente aburridas sin ti!

Antonio trataba de zafarse, no por que le desagradara el contacto ni nada de eso, pero su hermana presionaba su espalda sin saber que justo allí se localizaba el pesar del castaño.

¿Por qué no hablas? ¿Acaso no me extrañaste? ¡Eres un desagradecido, te cuide todos estos años y ahora no quieres ni verme! –La chica se hiso la ofendida, rompiendo el abrazo y cruzando los brazos.

-No, claro que no, sabes que nunca dejaría de extrañarte, lo que sucede es ¡Que me duele la espalda! –Le señalo la zona dolorida mientras hacia un mohín de disgusto.

-¿La espalda? ¿Y que te sucedió? ¿Te golpearon? ¡Si es así, dime quien fue y donde quieres que lo golpee!

El castaño rio nerviosamente, si que le gustaría que golpearan a Arthur, pero no podía revelar como fue que llego a dolerle la espalda. Tampoco revelaría que también le dolía la cadera, eso seria más sospechoso.

-No, nada de eso, hermana. Lo que sucede es… es que… ¡Me caí cuando regresaba de clase de gimnasia! Y-ya sabes, venia cansado y las escaleras en ese momento me parecieron imposibles –Volvió a reír, sin perder ese deje de nerviosismo. Definitivamente mentir no era algo natral en el.

Oh, bueno, ¡Debes tener mas cuidado, eres un despistado! –Ella rio enérgica- Cambiando de tema, ¡Tengo tantas cosas que contarte! –Cambio su tono de voz alegre por uno mas confidencial – Y creo que tu también debes contarme algunas cosas, hermano.

Carraspeo, sabia perfectamente a que se refería Isabel. Pero opto por hacerse el desentendido.

¿A si? Que yo sepa no tengo mucho que contar, además de que no entiendo ni una mierda en matemáticas y que conocí a dos chicos geniales. ¿Quieres contarme algo tú ahora?

-¿Conociste a dos chicos? Vaya que haces amistades rápido, Toño –Omitió descaradamente la ultima pregunta de su hermano- ¿Y como te llevas con tu compañero de cuarto?

Trago saliva, no espero que su hermana hiciese esa pregunta.

-Pues… no es la persona más simpática del mundo, que digamos… -La voz se le fue en la ultima frase, la mirada dudosa de su hermana le hacia estremecer.

-Vaya manera de llevarse mal que tienen –Rio divertida, pero aquellas palabras no eran nada divertidas para Antonio.

-¿Q-que quieres decir?

-Toño… -Ella suspiro, o su hermano era verdaderamente estúpido, o solo estaba tratando de evadir todo. Seguramente la segunda, después de todo para estar en esa academia el muchacho no debía de ser tan idiota…-Dejemos esta estupidez, sabes perfectamente a lo que me refiero. Soy tu hermana, puedes confiar plenamente en mi, sea cual sea tu pensamiento, o icluso un tema tan delicado como este, yo lo respeto.

Antonio tuvo ganas de reír. Y de llorar.

-No es lo que crees –Dijo secamente, en u intento desesperado por no titubear- ¡Solo fue un malentendido! Me llevo horrible con Arthur, y si viste esa "escena" fue por que el muy idiota bebió y yo solo me acerque y me abrazo y no me soltó y…

Tantas palabras juntas y dichas tan rápido solo confundieron a Isabel.

-Espera un momento… ¿Bebió? ¡Espero que tú no hagas esa estupidez, Antonio! Si alguien lo hace, tú no debes seguir el ejemplo. En fin, apenas vea a ese niño pues que se prepare porque yo….-

-¡No! –Inmediatamente se arrepintió de haber reaccionado así – No digas nada a nadie, menos a Arthur. Ya bastante tengo con su palabrería diaria y mas problemas con el no quiero. Además, no te preocupes porque yo no bebo –Sintió algo de vergüenza, si tenia confianza en su hermana pero ella se enfadaría y no le perdonaría nunca si le dijese la verdad- Ya todo esta solucionado… enserio.

Isabel dudo unos segundos, poco segura. Antonio se veía bastante inquieto, y de pronto se sintió mal por entrometerse en algo que quizás su hermano solo esta descubriendo.

-Esta bien, pero si veo algo fuera de lo normal no tardare en culpar a ese tal Arthur ¿Oíste? Que quede bien claro que no me quedare indiferente si algo te pasa.

-Gracias…

-Olvide decírtelo, ¡Conseguí un trabajo de turno como mesera en una bonita cafetería!

El ambiente se tranquilizo y Antonio sintió la tensión decaer de sus hombros.


-Peter, no grites al teléfono…

-¿Eh? ¡No estoy gritando, cejón!

-¡No me llames así! ¡Tu tienes las mimas cejas, idiota! ¡Y no son tan grandes!

-Si, como sea, ¡Scott te manda no-saludos!

-Siempre tan amable…

-¡Te pasare a Glen, saludos cejón!

Arthur gruño, hastiado del griterío e insultos de su insoportable hermano menor.

-¿Glen?

-No podremos ir, Scott gasto el dinero para le viaje en una dotación ilimitada de cigarrillos.

-¿Q-que?

-No dará mas explicaciones, yo tampoco pienso dártelas, adiós, idiota.

-¡No, espera! ¿Glen? ¡Glen! ¡Fuck!

El constante pitar del teléfono confirmo que la llamada había sido cortada. Como odiaba la actitud de sus hermanos para con el. Simplemente no los soportaba. ¡Encima Scott se había gastado todo el dinero en cigarrillos! ¡Cigarrillos! Sonrió con ironía, al parecer sus hermanos también se dedicaban a hacerle la vida imposible.


H-hola… regrese… lo sé, demore una eternidad… ¡Lo siento mucho! ¡De verdad! Pero si algo prometí fue no dejar esta historia inconclusa, ¡Y eso no sucederá! Un quedan capítulos…

Bueno, espero les guste, sé que no soy la mejor escribiendo pero me esfuerzo en hacerlo. Mis capítulos tampoco son lo mas largo pero es lo que me sale en el momento…

Si, el anglosensual se reconsilio con la seychelliana… pero no se preocupen, no durara mucho XD

Isabeeeeel, la amo, es tan skajhkjhg xd

Bueno, y los hermanos de Arthur, siempre tan lindos :w (Scott es Escocia, Glen es Gales y Peter Sealand, por si no lo recuerdan)

Ciao! Nos vemos!

Un review no cuesta nada:3