Disclaimer: Megaman X no me pertenece, de ser así no hubiera dejado que las historias del X7 y X8 fueran puestas en computadora y sí en dibujos animados *w*.

Advertencia: Es un UNIVERSO ALTERNO, es decir, estaré tomando muchas cosas de varios videojuegos de Megaman para poder formar el fic. Combinaré tiempos y personajes y moldearé la historia a como mejor me ayude para el fanfic.

SET FREE

El enorme laboratorio siempre estaba lleno de asistentes que iban de un lugar a otro comprobando datos importantes o ajustando detalles; robots que se encargaban de la limpieza o de asuntos menores como paqueterías o atender el teléfono. Todos, por más pequeños que fueran, tenían una labor importante en el laboratorio del Dr. Light.

-¿Y cómo será? –preguntó un androide de armadura roja y un cabello rubio muy largo. Su voz era grave, pero no aparentaba tener más de dieciocho años. ¿Quién podría saberlo? Era un androide.

-Pues… me gustaría hacerte una compañera. –apuntó el Dr. Light mientras revisaba los planos de la construcción de su nuevo androide –Pero creo que no te gusta la idea.

El androide rojo se encogió de hombros y miró los modelos a escala de su posible compañero o compañera.

-Como usted prefiera.

-Quisiera hacer de este androide… algo especial. Algo que comparta contigo, Zero. –dijo el anciano mirando a su creación, un mero accidente que le había dado vida a una inteligencia artificial capaz de pensar, sentir y decidir. Un accidente que le había tomado más de veinte años comprender y manejar.

Zero asintió a las palabras de Light y miró hacia la capsula que guardaba lo que posiblemente sería un amigo.

-Le ayudaré…

El anciano le sonrió paternalmente y asintió. Se puso en pie y tomó los planos para la construcción del nuevo androide –Entonces no perdamos tiempo, Zero.

Poder realizar al nuevo androide le había tomado más tiempo de lo previsto al Dr. Light. Era tan complicada la nueva vida artificial, poder crear una mente capaz de decidir y tomar acciones bajo el nombre de la justicia era algo complicado… porque estaba la relatividad en las decisiones. Pero Dr. Light puso todas sus energías en crear al androide capaz de llevar siempre la justicia y la paz de la mano sin la necesidad de derramar sangre inocente.

Los años pasaron poco a poco, envejeciendo más al Dr. Light; dañando a los robots, la muerte de los asistentes… poco a poco el laboratorio comenzó a verse descuidado… oscuro y vacío. Un milagro ocurrió. Frente a la camilla donde un cuerpo a medio construir descansaba. Un robot de color azul… abría sus ojos verdes por primera vez.

-¿Quién es usted? –preguntó con una voz suave, pero jovial. El Dr. Light no pudo evitar sonreír al ver como su segunda creación, perfeccionada, le miraba con ojos curiosos.

-Soy el Dr. Light… y tú… eres X…

-¿X?... X…-susurró a la par que sus ojos volvían a oscurecerse, apagando al androide de nueva cuenta. Justo en ese momento apareció Zero con unas cajas en sus brazos.

-Despertó, Zero. –dijo tranquilo el Dr. Light sin poder ocultar su emoción –Logró despertar, pero no logra mantenerse funcionando, aún tenemos que seguir trabajando en él.

Zero miró fijamente el rostro de quien vendría siendo su nuevo compañero. Parecía un niño, mucho más joven que él y aun así… sintió que podría hacer buena amistad con él.

-Sabes, Zero… nuestro pequeño androide será especial…-murmuró el anciano mirando hacia el vacío, sentado en su silla reclinable –Dentro de él… yace un poder ilimitado… por eso su nombre… X… potencial ilimitado…

Zero miraba fijamente al anciano, le daba la impresión de que no hablaba con él, pasó sus ojos hacia la camilla donde estaba el androide azul. ¿Un potencial ilimitado? ¿Por qué razón crear algo así? Un poder capaz de ser usado para destruir o… llevar al mundo a algo mejor. Él tenía conciencia… podía pesar y decidir… pero estaba seguro que su mecanismo era un poco más obsoleto que el de ese androide llamado X… la fuerte tos del Dr. Light lo sacó de sus pensamientos.

-Sí… nuestro X… será especial…

Transcurrieron más años, que se llevaban con ellos los mejores momentos del Dr. Light, privándole poco a poco de ver a su mejor creación desenvolverse en un mundo lleno de humanos.

-Doctor…-susurró la voz de X al despertar por segunda vez después de algunos años de prueba, esta vez el androide notó a un joven de armadura roja -¿Quién es?

El Dr. Light ladeó la cabeza sin comprender, hasta que notó tras de sí a Zero, sonrió y le pidió al rubio que se acercara.

-Él es tu hermano. –dijo en una manera de relacionarlos –Se llama Zero… -tomó la mano de ambos androides y las unió en un gesto lleno de hermandad.

-Zero…-susurró el nombre mirando fijamente al androide, grabando en su sistema aquel rostro. El mencionado tenía sus ojos clavados en el androide acostado, sin poder controlarlo su mano apretó con un poco más de fuerza la de X, quien mostró una ligera sonrisa en sus labios.

-Tienes el poder de evolucionar… de aprender. –susurró Light sin despegar sus ojos de X, quien enseguida miró al anciano. Zero, a su lado, enfocó sus ojos fijamente –Tienes tanta similitud con un humano.

Pasaron los meses y X podía desplazarse por el laboratorio con un poco más de libertad, siempre siguiendo a Zero quien se encargaba de cosas triviales como el buen comportamiento de los robots o llevar y traer archivos, el mantenimiento… tareas sencillas que lo mantenían ocupado.

-¿Puedo ayudarte, hermano? –preguntó X mientras miraba la enorme máquina que Zero pretendía usar para bajar unas cajas que estaban en un anaquel de varios metros de altura.

Zero carraspeó y frunció el cejo molesto –No me digas "hermano". –gruñó mientras montaba al robot. X enchuecó la boca.

-Pero el Dr. Light dijo que somos hermanos. –recalcó X cruzando sus brazos –No entiendo porque te molestas.

Zero le miró con ojos gélidos, a lo que X simplemente le sonrió sin inmutarse. Conocía algunos gestos del androide rojo y sabía que no estaba molesto con él, pero X simplemente gozaba de hacerle enojar.

-Anda, hermano. Déjame ayudarte.

Zero ya no quiso seguir discutiendo y le tendió la mano al androide azul, quien al ver su victoria no dudó en tomar la mano del mayor. Zero juró sentir una especie de cosquilleo en el pecho al momento de tener a X pegado a su pecho. El espacio del robot no era muy grande y apenas cabían. Zero entrecerró los ojos y soltó un suspiro al terminar de pasar sus brazos por la cintura de X.

El androide azul parpadeó ligeramente por el abrazo que no tenía razón de ser. Pero no le molestaba, soltó un suspiro y recargó su cabeza en el pecho de Zero.

-Estas actuando raro…

-No digas idioteces. –susurró Zero pegando más a X contra su cuerpo, el menor no dudó en regresar el abrazo.

-Hermano… el Dr. Light nos regañará si no acomodamos las cajas. –susurró X alzando el rostro, pero cayó enseguida al notar la penetrante y extrañada mirada que Zero tenía sobre él -¿Hermano?

-Deja… de decir eso… deja de llamarme hermano. –pidió bajando la cabeza y chocando su gema contra la de X –Deja de recordarme… lo mal que estoy.

-¿De qué hablas? –preguntó ladeando la cabeza, sin separarse del mayor –No tienes nada de malo.

Zero se separó ligeramente del menor para ver fijamente los ojos verdes que el Dr. Light había hecho para X. Tan profundos y llenos de inocencia. Una que Zero no se atrevía a ensuciar con los enfermos sentimientos que había comenzado a desarrollar… unos que desconocía que pudiera tener.

-Por favor… llámame por mi nombre. Olvida toda esa tontería de que somos hermanos. –pidió Zero alzando sus manos y tomando las mejillas de X para que éste no dejara de verle. Pero el gusto no le duró mucho; notó como algo extraño aparecía en los ojos de su compañero -¿X?

-Ze…ro…-susurró X al momento que sus ojos se opacaron y el androide había quedado estático en su sitio.

-X…-intentó llamar Zero sacudiendo el cuerpo del menor, pero sin conseguir que reaccionara -¡X! ¡X!

Zero estaba en una esquina mientras que el Dr. Light revisaba los sistemas de X. se había preocupado mucho por ver a su creación suspendida, más porque no había razones para ello. Miraba de vez en cuando a su androide rojo, quien le rehuía la mirada. Algo sospechaba el anciano, pero no quiso indagar en ello. Zero siempre fue muy reservado.

-Dr. Light. –soltó la voz animada de X, ganándose la atención de ambos hombres -¿Qué ocurrió?

-Al parecer tus sistemas tienen ligeras fallas, tendré que trabajar aún contigo, X. –dijo el anciano mientras palpaba el casco azul del menor. X asintió sin mostrarse acongojado, sabía que era un modelo a prueba y tendría muchos exámenes que realizarse.

-¿Y mi hermano? –preguntó X sentándose en la camilla, el Dr. Light le señaló justo donde estaba el mencionado, Zero no se movió. X corrió hasta el mayor y le tomó de la mano, le sonrió con afecto, acción que Zero no logró imitar. Estaba muy confundido.

Tiempo pasó después de aquello, Zero no volvió a acercarse a X nada más que para lo indispensable, no quería volver a sobrecargar los sistemas de su compañero. Le marcó distancia… una que X resintió a los pocos días.

X se la pasaba la mayor parte del tiempo con el Dr. Light, cosa que al científico le extrañaba, puesto que X solía siempre estar detrás de Zero como si fuera mamá ganso.

-¿Están peleados? –preguntó el Dr. Light mientras hacía un chequeo rutinario en el buster de X.

X simplemente se encogió de hombros –De repente me dejó de hablar… creo que no le agradé mucho como compañero. Tal vez quería una mujer. –supuso al llevarse una mano al mentón. –Pero estoy muy cómodo siendo lo que soy.

El Dr. Light rió por las palabras de X y le palpó la pierna derecha en señal de ánimo. El anciano caminó hasta unas carpetas las tomó.

-No, créeme que Zero está muy conforme con que seas hombre. –dijo tranquilo el científico –Pienso que le molesta otra cosa, pero no tiene que ver contigo directamente, X.

X tenía su atención fija en el doctor y le sonrió.

-Es bueno escucharlo. Le creo porque usted creó a Zero y lo conoce. Entonces no tengo nada de qué preocuparme.

-Exacto… descuida, X… Zero siempre te protegerá de cualquiera que quiera dañarte. Aunque parezca un androide frío o despreocupado, eres importante para él.

X ladeó la cabeza sin comprender del todo a que venían las palabras del doctor. Le había dado la impresión de que faltaría… que ya no volvería a ver al científico cuidándoles. Bajó la mirada y no quiso tocar el tema… la muerte era algo que simplemente no toleraba.

El tiempo transcurrió y no fue sorpresa para Zero encontrar muerto al Dr. Light, sentado en la misma silla reclinable. X estaba sentado en el suelo, sujetando sus rodillas y con la cara oculta en ellas.

-X…-susurró el rubio al hincarse junto al menor.

-¿Por qué… los humanos no pueden ser como nosotros? –susurró X sin moverse ni un poco -¿Por qué su vida es tan limitada?

Zero bajó la mirada, él no tenía idea… le daba lo mismo, para él… los humanos simplemente eran seres que debía proteger. Aunque a él no le naciera hacerlo. Se sentó en el suelo, esperando… a que el tiempo pasara.

Un año pasó después de la muerte del Dr. Light, tanto X como Zero se habían vuelto distantes… X prefería estar encerrado en el laboratorio que anteriormente había fungido como su hogar y Zero únicamente quería salir de ahí… necesitaban conocer el exterior.

Unos extraños ruidos llamaron la atención de Zero, se escuchaban extraños pasos y murmullos de una cantad impresionante de personas. El androide rojo, siendo discreto, caminó con cautela por los pasillos para llevarse una sorpresa.

Una cantidad enorme de humanos con armas y trajes militares estaban saqueando el laboratorio. Destruyendo papeles, quemando maquinaria… ¿qué estaba pasando? Zero regresó sobre sus pasos, tenía que salir de ahí antes de que los vieran.

-¡X! ¡X, tenemos que irnos de aquí! –soltó Zero entrando al despacho del Dr. Light. Encontró a su compañero azul sentado aún en el suelo, en la misma posición de siempre -¡X!

-Ya te dije que no. –sentenció sin si quiera verle.

Zero sintió un coraje revolotearle en el estómago y sin cuidado tomó a su compañero del brazo para enderezarlo.

-¡Escúchame! ¡Unos humanos entraron al laboratorio, no podemos dejar que nos vean! ¡Tenemos que irnos de aquí!

-El Dr. Light quería que conviviéramos con otros…-susurró entrecerrando los ojos, la gema roja de su casco emanaba un extraño brillo. Zero lo notó, pero no tenía tiempo de investigar eso.

-¡Al diablo con eso! ¡Tenemos que irnos! –gruñó entre susurros. Logró poner a X de pie, pero éste se rehusaba a irse con él. Una explosión alertó a Zero de que ya estaban muy cerca. No podían arriesgarse… si se dejaban atrapar… podría no volver a ver a X jamás. –Por favor…-pidió ya como un ruego, chocó su frente contra la del androide azul –No quiero que nos separen…

X abrió ligeramente los ojos y alzó la mirada, notó el miedo y desesperación en los ojos del mayor. ¿Estaba asustado? ¿Por qué? X abrió ligeramente la boca, pero nada salió de ella. Una nueva explosión sacó a X de sus pensamientos y volteó hacia la puerta del despacho.

-¿Qué es eso?

-Humanos. Están destruyendo todo el laboratorio del doctor. Tenemos que…-pero X lo cortó enseguida.

-¡No podemos permitirlo! ¡Están destruyendo nuestro hogar, tenemos que detenerles! –soltó X al separarse de Zero, pero éste le tomó de la mano y lo jaló de nueva cuenta contra su cuerpo.

-¡No seas idiota! Lo peor que podemos hacer es…

Nuevamente fue interrumpido por otra explosión, pero ésta hacia la única puerta que los separaba de los humanos. Zero se sorprendió y escondió a X detrás de sí. No permitiría que los atraparan.

Los humanos se miraron entre ellos al ver a los dos androides y sin más lanzaron fuego contra ellos. Para mala suerte de Zero y X ellos no podían atacarlos, siendo regidos bajo la propia ley de la robótica… herir a un humano no estaba en sus planes. Aún si su propia vida corría riesgo.

Zero activó su buster preparado para atacar. Él, a diferencia de los robots ordinarios, podía decidir si matar o no a los humanos y ahora ellos estaban siendo una molestia que debía erradicar. Los humanos, confiados en que no serían atacados por Zero, se lanzaron a la lucha contra él. X estaba dudoso… jamás levantaría su cañón contra un humano, pero tampoco quería ver herido a Zero.

Únicamente le quedaba luchar cuerpo a cuerpo con los humanos, Zero era bueno en ello. Logrando hacer caer a algunos soldados, tomó a X de la mano y ambos corrieron por los pasillos esquivando a uno que otro soldado.

Zero podía jurar que sentía las pisadas de los humanos detrás de él, pero no se rendiría, tenía que sacar a X de ahí cuanto antes. Llegaron hasta la base donde descansaba la capsula de X y se encerraron ahí.

-Lograrán entrar en cualquier momento. –susurró X mirando la puerta, ésta estaba siendo golpeada y atacada por los soldados que habían logrado ver donde se escondieron -¿Qué vamos a hacer?

Zero miraba fijamente la capsula, nada más había una. Si lograban encerrarse ahí… al menos uno estaría a salvo de caer en manos equivocadas. Miró de reojo a X.

-¿Hermano? –preguntó X caminando hasta el androide rojo -¿Qué haremos?

-Nunca dejaste de llamarme hermano. Que molesto. –soltó Zero sin despegar sus ojos de la capsula. X bajó la mirada, ese no era el momento de pensar en ello. Tenían que salir de ahí cuanto antes. Sin avisar, tomó a X de los brazos y lo acostó en la capsula.

-¡¿Qué haces? –preguntó sorprendido el androide azul, intentando quitar las manos de Zero para ponerse en pie.

Zero logró desocupar su mano derecha y siendo ágil presionó unos comandos, agradeciendo que la capsula aún funcionara. Encerró a X en ella. El androide azul comenzó a golpear la capsula para salir de ahí.

-¡Sácame de aquí! ¡Hermano! –demandó X apreciando el rostro del androide rojo por el pequeño vidrio de la capsula. X comenzó a impacientarse, un sentimiento de abandono le albergó el pecho. La puerta seguía siendo atacada y X sentía que la impotencia lo terminaría desactivando, ¡Zero estaba afuera y podría salir herido!

-Te buscaré…-susurró Zero alzando la mano y palpando la capsula –Así sea lo último que haga en la vida… te buscaré y cuando te encuentre… todo será como antes.

-No… no…-susurró X con la garganta seca al momento que Zero se dio la vuelta y desapareció del campo de visión de X. Los ojos verdes del androide comenzaron a humedecerse; con más fuerza comenzó a golpear la capsula.

-¡Zero! ¡ZERO!


Nota de la Autora: ¿Qué les pareció? ¡Wow! ¿Realmente alguien leera esto? Creo que llegué tarde al fandom de MegamanX, pero don't worry. Amo escribir, la vdd, y si hay alguien por ahí que guste del Yaoi, espero que esta pequeña historia les haya gustado =D.