Bebé

Kagome miraba alrededor del camino mientras se iban en su continuo viaje de buscar los Shikon no Kakera, en el frente se encontraba Inuyasha como siempre con los brazos cruzados dentro de su ahori, moviendo las orejas cada que oía algún sonido hecho, Sango se encontraba al lado de Miroku con Kirara sobre sus brazos, el pequeño Shippo estaba en el hombro de Kagome.

Era un día normal para el grupo, no había mucha diferencia de lo que habían acostumbrado.

"Kagome, tengo hambre" dijo Shippo quejándose a la miko, tratando de llamar su atención.

"Shippo tiene razón, ya es tarde" dijo la taijiya

"Sería apropiado un descanso" apoyo igualmente el houshi.

"Feh, dejen de andarse quejando y sigan caminando, que no ven que Naraku puede conseguir los fragmentos de Shikon que faltan" molesto el hanyou resoplo por las quejas de su grupo.

"Inuyasha, si nos ataca un youkai no estaremos al cien por ciento en la pelea por la falta de energía" trato de razonar el ojos violeta.

"Feh, no digas tonterías Miroku conmigo es mas que suficiente así que sigan caminando" autosuficiente continuo caminando sin parar, a pesar de las quejas.

"Inuyasha, ¡tengo hambre!" le grito Shippo desde su posición.

"Déjame en paz, mocoso" le dijo fulminándolo con la mirada.

"Inuyasha, entendemos tu condición pero nosotros somos seres humanos" intento Sango

"¡Ya he dicho que no!"

"Inuyasha, ellos tienen razón yo igual tengo hambre" soltó la joven miko.

"Cállate, Kagome, continuaremos porque así lo digo" sin detenerse.

"Inuyasha, trata de entendernos"

"¡No!"

"Por favor, Inuyasha"

"¡Dije que no!"

Kagome enojada volteó a ver a sus compañeros del grupo tampoco se encontraban felices, tenían caminando cinco horas sin parar, era justo que recibieran un descanso y mas con el calor agobiante que se encontraba en ellos, las botellas de agua se encontraban vacías, así que igual estaban sedientos, estaban sudados, consiguiendo un asentimiento de todos, regreso la mirada al hanyou de cabello banco.

"Inuyasha"

"¿Qué?"

"¡Osuwari!" cayendo el hanyou al suelo construyendo a su paso un cráter alrededor de su cuerpo.

Felices al fin de su descanso arreglaron todo para empezar su campamento olvidando a un hanyou quejándose en el fondo del hoyo sin poder moverse con un kit aún lado riéndose.

"Ire por agua" dijo Kagome levantándose con las botellas vacias.

"Yo la acompañare Kagome-sama" dijo el houshi agarrando otro par de botellas.

"Está bien Miroku" dijo la ojos azules a él ojos violeta con una sonrisa y con una voz azucarada "espero que no intente nada"

"¿Cómo puede pensar esas cosas sobre mi Kagome-sama?" en voz ofendida colocándose una mano en el pecho.

"¿Enserio quieres saber los motivos Miroku?"

"No es necesario Kagome-sama"

"Muy bien" dando una sonrisa sincera, mientras caminaban rumbo a un arroyo.

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"Sabes Miroku, me he preguntado ¿Cuándo le piensas pedir matrimonio a Sango?" dijo la cabello azabache mirándolo de reojo con una pequeña sonrisa.

Perdiendo un poco su fresco casi suelta la botella que se encontraba llenando el ojos violeta "Kagome-sama, puedo preguntar ¿Por qué me hace esa pregunta?" recuperando su actitud tranquila.

"No creas que no me he dado cuenta Miroku, a pesar de andarle a tientas, se nota una diferente luz en tu mirada cuando la miras" apuntándole con la botella llena y cerrada.

El houshi dudando que decir, se quedo pesando un momento que responderle, cuando en eso sintió una aura maligna poderosa llegando del otro lado del arroyo "Kagome-sama ¿Lo sintió?"

"No solo eso, siento la presencia de un fragmento de Shikon" seriamente. "Miroku ve a buscar Inuyasha yo iré a ver qué sucede"

"!E-es-espere¡, !Señorita Kagome¡" grito el houshi sorprendido tratando de detenerla, pero, ya era tarde. Kagome había salido corriendo, Miroku dudando por un momento que hacer miró hacia donde estaba Inuyasha y luego hacia donde salió Kagome.

Inuyasha puede darse cuenta por sí solo Decidido salió corriendo tras la miko

Miroku corrió lo mas rápido que podía tratando de alcanzar a la joven miko, sus intentos se fueron valorados al verla a los lejos todavía corriendo.

"¡Kagome-sama!" gritaba para que notara su presencia.

Repentinamente la miko se detuvo, aprovechando el houshi aumento la velocidad y llego a su lado –deteniéndose, observo lo que ella miraba con atención.

Kagome miraba impresionada en frente suyo, se encontraban los resultados de un combate entre dos poderosos seres con los árboles cortados y grandes aberturas en la tierra con una enorme capa de humo entre los incendios producidos de paso.

Disminuyendo la capa de tierra y de humo, la miko y el houshi, observaron como poco a poco se iba mostrando una figura a través de toda la capa expuesta. Kagome abrió los ojos sorprendida al ver a un hombre de cabellos morados oscuro, que se encontraba sujetos en una cola de caballo, ojos negros cual carbón, su piel era un tono moreno, era realmente bello, pero, la miko por lo que había abierto los ojos fue por el pequeño resplandor que venía de una botella que tenía sostenida en una mano.

Kagome oyendo un ruido al lado miro de reojo y vio a los acompañantes de Sesshomaru, principalmente a la niña.

Si ellos están aquí, entonces Sesshomaru no está lejos pensó con un leve escalofrió al pensar en simplemente enfrentarse al youkai de cabellos platinados, volteando a ver a el houshi observo como desenvolvía sus cuencas de la mano para abrir su agujero negro.

"Espera Miroku, él tiene el fragmento de Shikon" el houshi mirándola asintió y volvió a acomodarse las cuencas.

"¿Dónde están Kagome-sama?" pregunto sin quitar los ojos del hombre.

"En la botella" dijo en un susurro, mientras miraba alrededor, -maldiciéndose mentalmente- por haber corrido sin su arco y flechas, -casualmente- vio algo blanco colocado en el piso frente al hombre.

"¿Quién es usted?" pregunto Miroku sacando a Kagome de su observación.

"Yo, soy un houshi igual que tu, mi amigo, mi nombre es Akamura" dijo con voz sedosa el hombre frente a ellos.

Kagome, sospechosa, entrecerró los ojos observando el aura del hombre para verla manchada de negro "Miroku, yo dudo que sea un humano" susurro.

"Yo igual Kagome-sama"

"Ahora, no se pongan tan tensos, después de todo yo ya hice mi trabajo" dijo el conocido como Akamura.

"¿A qué se refiere?" siendo el houshi quien hizo la pregunta.

"Ya lo verán" con una sonrisa oscura, antes de que lo que parecía un viento en negro empezara a rodearlo alrededor "quizás, ¿hasta la próxima?" antes de desaparecer.

Justo en ese momento llego Inuyasha desfundando Tetsusaiga y Sango en Kirara –con Shippo- con su Hiraikotsu.

"¿Qué diablos pasó?" pregunto un enojado Inuyasha.

Kagome y Miroku compartiendo una leve mirada preparándose para la explicación para el furibundo hanyou y antes de que pudieran empezar su explicación sintieron una energía demoniaca, débil, pero allí estaba, -volteándose- Kagome observo a la pequeña niña que acompaña a Sesshomaru junto con la rana fea que se acercaban a las telas de color blanco.

Ignorando al final a Inuyasha, Kagome troto hacía la pequeña niña para ver su estado.

"Rin-chan"le llamo suavemente al estar cerca de ella, se había topado varias veces con la niña y la había invitado a comer cuando Sesshomaru se encontraba fuera del grupo o cuando se empezaban a pelear los dos hermanos, también la recuerda de cuando las atraparon en el castillo y las salvaron.

"Kagome-sama, ayude a Sesshomaru-sama" dijo de repente abrazándola en la pierna, mirándola con húmedos ojos chocolate.

"¿Qué sucede con él Rin-chan?" preocupada por la pequeña, la niña de ojos chocolate no confiando en su voz señalo hacía el montón de tela, -dudosa- Kagome se acerco al montón de tela y empezó a moverla, hasta que de repente oyó un gemido de queja, sorprendida quito la última capa y lo que vio la sorprendió.

Piel blanca-lechosa, cabellos plateado corto, dos rayas en cada mejilla regordeta, una luna creciente de color purpura-azul en la frente, oídos puntiagudos, garras en dos manitas pequeñas y dos grandes ojos rasgados de oro con el parpado delineado de rosa-rojo.

Kagome sorprendida, no se percato de cierto hanyou cabello blanco-plateado que se coloco tras suyo observando con igual sorpresa al bulto frente a ellos.

"¿¡Qué mierda!?" sorprendido

"¿Sesshomaru?" cuestiono sorprendida levantando al bebé.

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Se despide su amiga

Kigami Aizawa