Hermione al despertar sintió estar sobre algo un poco más rígido que el colchón de su cama, pero aun así era cómodo, aunque ella no estaba del todo consciente por lo muy cansada que estaba, hasta que en su mente vio como si fuera una película lo último que había hecho y es cuando sus ojos se abren de golpe.

-¡Draco despierta! Tenemos que ir a desayunar con tus padres.- Dijo Hermione incorporándose y viendo que realmente ella había estado descansando sobre su pecho, al ver que tenían la ropa puesta y recordando que solo durmieron juntos de mucho cansancio hizo que se tranquilizara un poco.

-Hermione por más que me encante haber despertado junto a ti esa no es manera de levantar a la gente…- La adormilada voz de Draco se hizo escuchar.- ¿Qué hora es?-

Hermione se dio cuenta de que eran apenas las siete de la mañana y se sintió un poco culpable pero aun así lo disimulo, no quería que el rubio se dé cuenta de que se había escandalizado solo por haber despertado junto a él, o bueno, encima.

-No importa la hora, debemos estar listos de una vez no queremos llegar tarde, además que debemos asearnos, al menos, no nos vendría mal un baño.- Dijo Hermione levantándose con su camisón que usaba para dormir, en ese momento se dio cuenta que Draco tenía la mitad de su camisa de pijama desabrochada y el pobre chico mostraba un poco y cansancio que sentía, eso le pareció de cierto modo ternura.

-Mione, aunque quisiera no tengo ropa acá.-

-Mandaré a Delfina por tu ropa, mientras me daré un baño espero que cuando salga tú ya estés bien despierto Draquito.-

Luego de eso Hermione se metió a su baño, no sin antes pedirle el favor a su dulce elfina de que le trajera ropa a Draco, luego de una larga ducha se cambió dentro de su baño ya que no sabía si aún Draco estaría afuera así que metió su ropa antes de bañarse, se vistió rápidamente, quería estar cómoda pero tenía que verse elegante de toda maneras así que opto por una blusa blanca suelta junto a unos shorts estampados de tela con colores rojizos y encima un cárdigan blanco que le llegaba hasta sus rodillas y de zapatos se puso unos botines con tacón de color negro con detalles dorados. Luego de secarse en cabello, peinarlo, ponerse un poco de maquillaje y un rosa en los labios salió de su baño y encontró una cama tendida y escuchó que Draco salía del baño que estaba al lado de su alcoba, fue a encontrarse con él y encontró al chico con una toalla revoloteando su cabello vestido con una camisa blanca y pantalón azul marino con unos zapatos a juego.

-Buenos días rubio.- Dijo Hermione en forma de burla

-Buenos días rubia.- Le respondió Draco de la misma manera, Hermione se había olvidado de que era rubia ahora.

-Es hora de irnos, no quiero llegar tarde.-

-Dudo mucho que mis padres consideren tarde siendo las siete y cuarenta de la mañana.- Soltó Draco lo que hizo que esta se sonrojara un poco.

-Disculpa…-

-Me deberás más que una disculpa Hermione Daiana Griffin Bellerose…- Dijo Draco acercándose peligrosamente a Hermione, pero se fue a dejar realmente la toalla en el cuarto de Hermione.- Bueno ¿Nos vamos? Por cierto, te ves reluciente- Dijo mostrando una de sus sonrisas picaras.

-Claro, vamos saliendo y gracias.- Dijo una sonrojada Hermione.

Y es así como ambos jóvenes se fueron caminando a la Mansión Malfoy donde estaba una reluciente Narcissa Malfoy esperando detrás de la puerta de entrada.

-Buenos días, hijos ¿Qué tal amanecieron?- Dijo una muy feliz señora Malfoy dándoles paso para que entren.

-Yo bien, pero Draco por otro lado…-

-Me siento como elfo domestico.-

-Creo que ese era el punto ¿Verdad Hermione?- Dijo Narcissa viendo a una joven que solo sonreía y asentía con la cabeza mientras se adentraba a la gran Mansión, que era muy parecida a la suya solo que sus tonos eran más grisáceos y color hueso.

-¿Y mi padre?- Dijo Draco al no ver a su padre en la sala principal.

-¡Oh! Nos está esperando en el comedor, debes ver el banquete que hemos preparado.- Dijo Narcissa realmente emocionada mientras dejaba a su hijo en estado de shock.

-¿Ustedes lo han hecho?- Dijo un Draco que no podía creer lo que acababa de escuchar.

-¡Pues claro! No somos unos inútiles hijo.-

-Claro…- Draco se acercó lentamente a Hermione y se agachó un poco para susurrarle en el oído.- ¿Qué le estás haciendo a mi familia Griffin?-

-La estoy uniendo.- Dijo Hermione en un susurro y miro fijamente a Malfoy, sintió que entro en un trance entre sus miradas el cual no fue desapercibido por Narcissa que sonreía aún más si es que esto era posible.

-No dejemos a mi padre esperando, Hermione.- Draco volvió a su postura y le tendió el brazo a la mencionada que gustosa lo acepto.

-¡Claro! Vamos que Lucius está emocionado.- Narcissa emocionada mientras caminaba rápido, pero sin perder su gracia mientras ambos jóvenes le seguían por detrás.

Narcissa abrió las puertas que da entrada a su gran comedor que al ingresar se dieron una gran sorpresa pues la mesa estaba llena de exquisiteces, unos tazones con fruta picada, budín con caramelo pegajoso, torta de chocolate, cereal, quesos, jamón, tostadas y diferente tipo de exquisiteces, en la cabecera se encontraba un sonriente Lucius que parecía tan emocionado como su esposa.

-Muy buenos días, por favor siéntanse y deleiten sus paladares.- Dijo un alegre Lucius que le señalo sus asientos, Draco a su lado y Hermione a lado de este, Narcissa en contra de lo que cualquiera pensaría se sienta al otro la Lucius y no en la otra cabecera porque le encanta comer a lado de su esposo.

-Padres amo este desayuno…familiar, pero ¿A qué se debe que ambos se hayan levantado a cocinar?- Draco no podía aguantarse más por preguntar, Hermione se dio cuenta de la manera particular en la que el rubio se había referido al desayuno.

-Es que hijo al ver el sacrificio que hiciste de limpiar ayer quisimos seguir tu ejemplo y preparar el desayuno que déjame decirte que fue bastante entretenido.- Narcissa hablo y miro a su marido que parecía concordar con lo que decía su esposa, mientras Draco estaba realmente estupefacto le mando una mirada a Hermione en la que le transmitía un "esta no es mi familia".

-Tengo que decir que se ve exquisito…- Dijo Hermione al ver como sus tutores habían cambiado en el corto tiempo, además que con la presencia de ella ellos se ven más tranquilos menos estresados, Hermione nunca se había puesto a pensar lo mal que la pasaban tenido miedo a las amenazas de ese mestizo sin nariz, no hasta ahora que veía a la familia Malfoy.

-Come querida que se hizo con amor.-Ya para esto después de escuchar las palabras de su madre Draco ya no sabía dónde poner su mandíbula.

Luego de un buen desayuno, entre charlas, anécdotas con los padres de Hermione y también alguna que otra anécdota vergonzosa de Draco, lo cual no le agrado mucho al ojo gris no le dio mucha gracia, el desayuno se prolongó a dos horas en un abrir y cerrar de ojos.

-Narcissa me disculparas, pero tengo que retirarme a comprar unas cosas para la escuela solo tenemos esta semana para comprar todo.- Dijo Hermione mientras se levantaba de la mesa.

-Oh claro cariño, con todo esto de la fiesta se nos había olvidado que ambos debían volver a Hogwarts.- Dijo Narcissa sonriendoles a ambos.-Puedes asearte en la habitación que tienes aquí y luego sales con Draco.-Hermione pasaba tanto tiempo ahí que le mandaron a hacer su propia habitación, realmente la habían ambientado muy bien habían puesto un estante de libros y eso era lo que hacía perfecto, al menos para Hermione.

-Con cuidado y no regresen tarde, comprendo que almorzaran allá ¿Verdad?- Hablo esta vez el patriarca de la familia Malfoy.

-Si padre lo más posible es que demoremos mucho entre todo lo que debemos comprar.- Dijo Draco levantándose de la mesa.

-Hermione necesitaras tu llave de Gringotts.- Lucius se levantó para irse a su oficina por su llave

-No se preocupe aún tengo dinero de cuando era hija de muggles.- Hermione trato de detener a Lucius.

-Querida ten en cuenta que eres una Griffin ahora, eso conlleva que ahora no andes solo con unos cuantos galeones, además ahora tienes la oportunidad de comprar cosas más bonitas sin limitarte.- Narcissa intentó de tranquilizar a Hermione y animarla para que no se sienta tan rara.

-No es tan malo leona solo es para que no andes con la soga en el cuello.- Dijo Draco situándose a lado suyo.

-Una frase muggle…tendré que ceder ¿Verdad?- Ambos Malfoy asintieron justo cuando volvía entrar Lucius con una llave en mano.

-Esta es la llave que me dieron tu padres para ti, es una gran fortuna realmente y es muy aparte de la que se usa para negocios por eso tiene una "H" grabada.- Explico Lucius mientras le entregaba la llave a Hermione.

-Gracias por cuidarla, creo será mejor que Draco y yo nos apuremos.-Hermione se volteó a ver a Draco.

-No hay de que, ahora vayan.- Lucius le respondió con una sonrisa a Hermione que le hizo sentirse cada vez más unida a ellos ya no los veía como sus tutores legales ahora los ve más como la familia que les queda.

Luego de Hermione ir a su habitación y asearse para así poder ir a comprar lo que necesitaría para la escuela, salió de su habitación se encontró con Draco apoyado en la pared que apenas verla la acorraló.

-Draco ¡¿Ahora qué haces?!- Draco respondió a la queja de la chica poniéndole su dedo en sus labios en señal en que bajara la voz.

-Hermione Daiana Griffin Bellerose dime tu qué estás haciendo.- Draco dijo esto en un susurro que se podría decir que sensual, al ver la cara confundida de Hermione prosiguió.- Mi familia casi no la reconozco, todo ha cambiado desde tu llegada y solo ha sido un mes dime ¿Qué pasará cuando sea un año, dos o tres? ¿Qué embrujo has usado leona?- Mientras hablaba se acercaba mucho a Hermione hasta el punto de que sus respiraciones se mezclaban.

-Sabes muy bien que yo no he hecho nada Draquito.- Había humor en la voz de Hermione.

-No solo mis padres, inclusive a mi ¿Cuándo Draco Malfoy iba a hacer el trabajo de un elfo domestico? No sé qué has hecho…pero me gusta.- Draco se acercó a Hermione peligrosamente acortando toda la distancia que había y le dio un beso en la mejilla.- Gracias y ahora vamos que no quiero pasarme todo el día ahí.-

-Claro vamos.- Hermione sonreía de oreja a oreja realmente estaba muy feliz con el cambio de los Malfoy y en especial con el de Draco, no era un santo, pero tampoco era el monstruo que tanto se esforzaba en ser.

Luego de que ambos jóvenes tomaran la red flu, un par de adultos se quedaron en una esquina mirando cómo se iban.

-¿Tú crees que se enamoren alguien día querido?- Narcissa sentía un gran cariño por Hermione.

-Draco es un Malfoy hecho y derecho y si se enamora de ella hará lo que sea para obtener su amor.- Lucius miró a su esposa recordando cómo fue que ellos en su juventud vivieron su historia de amor.

-¿Y si ella no se enamora?- En la voz de la ya adulta Narcissa Malfoy se podía percibir la preocupación de que no pasase.

-Querida yo creía que conocías a nuestro hijo no se la razón de la duda.- Lucius acariciaba el hombro a su esposa.

-Si Lucius, pero me siento algo desconfiada, nuestro hijo siempre le ha hecho daño a Hermione y no se…La joven tendría toda la razón para rechazar a nuestro hijo-Narcissa realmente se mostraba afligida, tenía la esperanza de que su hijo estuviese con la joven.

-Creo que los Malfoy nos enamoramos de mujeres brillantes, sabias y de buen corazón. Lo que más me gusta de Hermione es como ella pudo perdonarnos tan rápido, y entendernos.- Lucius ahora miraba fijamente a su esposa.

-¿En serio crees que Draco se haya enamorado?- Narcissa ahora lo miraba también a su esposo.

-Creo que siempre hubo algo, una chispa que le atraía de muchas maneras, su intelecto sobre todo ¿Es que acaso tú no te acuerdas con lujo detalle de cómo nos relataba Draco sobre la pesada Granger? El ahí era solamente un niño, un niño dando sus primera señales, señales de cómo le gustaba aquella chica que simplemente era prohibida.- Lucius dio un suspiro profundo y continuo.- No sé cómo ha podido negarlo todo este tiempo, lo ha escondido en el muy profundo de su ser ¡Ya escuchaste a Hermione le hacia la vida cuadros! No encontró otra forma de tenerla ahí, de llamar su atención, molestándola, nosotros lo mandamos a mostrar apariencias, pero el no solo hacia eso, sino que aprovecho lo que le dijimos para acercarse a ella, aunque no de la manera correcta he de decir. Hermione no fue la única que sufrió.-

-Es que es todo un Malfoy ¿Cómo no me di cuenta? - Narcissa estaba a punto de las lágrimas, pero luego sonrió amargamente.- Me acuerdo cuando nos contó como ella era mejor en todo porque era una insufrible rata de biblioteca, no voy a decir si el la merece o no, pero si nuestro Draco consigue su corazón será la mejor decisión que el haya tomado en su vida.-

-Así como ya tomé contigo.- Le dio un dulce beso en la nariz a su esposa.

-Así como tú lo tomaste conmigo.- Narcissa cerró los ojos para abrazar a su compañero de vida.

Mientras en el callejón Diagon estaban unos chicos haciendo unas compras para su vuelta a clase en Hogwarts. Ambos iban juntos, entraban y salían rápidamente de la tiendas, mientras que Hermione pedía y veía muy rápidamente lo que necesitaban, Draco agarraba las cosas y dejaba todo en manos de la ahora rubia Hermione. La última tienda en la que hicieron parada fue donde Hermione compraba sus plumas y pergaminos, ahí se dio el lujo de ver cada uno para elegir los mejores pues era algo que le gustaba, además de los libros.

-Mione ahora que ya terminamos las compras puede Delfina llevárselos a la mansión porque te juro que los "pocos" libros extras que compraste ya están pesando y no iré a comer con estas bolsas.- Draco movió sus dedos en forma de comillas para que entendiera su sarcasmo, el realmente no estaba tan cansado como expresaba sino más bien se quería deshacer del bulto.

-¿Cómo piensas…?- No pudo terminar la frase cuando vio a la dulce elfina aparecer.- Abusas de mi pobre elfina.

-Ella fue voluntaria, así que no te enojes.- Draco le dio sus bolsas a la elfina.

-No se preocupe…Hermione…solo me apareceré en la mansión Malfoy y dejare sus cosas.- Delfina aun le costaba llamar por su nombre a su ama.

-Gracias Delfina ¿Por qué la mansión Malfoy?-Dirigió su pregunta hacia Draco.

-Mis padres quieren que te quedes a dormir y claro que a cenar.- Dijo explicando lentamente.

-Bueno si así desean, Delfina ¿Luego puedes llevar algo de ropa a la mansión Malfoy?- La voz amable de Hermione que le dio a Delfina hizo que esta ensanchará su sonrisa para luego ver a Draco con una mirada de complicidad y este solo asintió, esto no pasó desapercibido por Hermione.

-¡Hasta luego!- La adorable elfina desapareció con todas las bolsas.

-¿Qué te traes con mi elfina Draco Lucius Malfoy Black?-Lo miró amenazadoramente por unos segundos, no era novedad que ella defendiera a la criaturas.- Tú tienes un montón de elfos.-

-Al igual que tú…, no me traigo nada, no sé de qué hablas.- Draco movió la mano restándole importancia.- Vamos a almorzar que muero de hambre yo invito, ya que tú me has pagado todos mis útiles Hermione buena forma para estrenar tu bolsa llena de galones de oro.-

-Era para aminorar tiempo, además que es tanto que casi no influyó.- Hermione realmente se sentía extraña andando con tanto dinero.

-No te olvides que ahora debes de andar con la chequera, no sabes cuándo estarás en apuros y la necesitaras.- Draco agarró la mano de la rubia.- Vamos que mi hambre no aguanta.

Draco y Hermione fueron a un restaurante que había en la zona y comieron entre risas y bromas, Hermione siempre tenía costumbre de pedir un plato diferente que su acompañante para comer más que una cosa, ya tenía confianza con Draco por ello no había problema. Desde la perspectiva de Draco esto era algo extraño, aunque al mismo tiempo le parecía tierna la costumbre de la chica, aunque debía admitir que con nadie más lo haría, Hermione era su pequeña excepción. Luego de comer el postre ambos chicos se levantaron a simplemente a pasear, al menos eso creía Hermione hasta que aparecieron frente a un lugar donde hacían los uniformes.

-Yo ya tengo mi túnica Malfoy.-

-Lo sé, lo he visto por ello estamos aquí para que tengas uno más entallado, ahora debes verte mejor ¿Recuerdas?-

Sin más entraron al local de madame Malkin en donde a la rubia le tomaron las medidas y le hicieron cuatro túnicas más entalladas además de su falda, blusa y sweater, también le dieron dos pares de zapatos de colegio que recomendó la modista que le quedaría genial. Hermione una vez que terminaron pensó que era todo pero de ahí vino la modista entregándole bolsas con vestidos, blusas, túnicas, faldas, pantalones cortos y largos y hasta unos juegos de pijamas, todos hecho a mano por la misma Malkin con unas telas hermosas y muy juveniles, ella le dio una lista al joven Malfoy, Hermione miro muy fijamente a Draco, no le gustó mucho que le haya traído con trampa al lugar y cuando se iba a acercar a pagar es cuando se enojó más.

-Señorita Griffin el joven Malfoy ya se encargó de pagarme.- La señora le guiño el ojo de una manera muy divertida.- Tiene un novio atento ¿Todo lo que le di es de su agrado?-

-Claro que lo tengo…- Hermione hablo entre dientes esta frase para luego incorporarse.- Está todo perfecto y muy bello, gracias me retiro.

Hermione salió del local como alma lleva al diablo, no sabía muy bien que le enojaba más si el hecho de que la hayan llevado con engaño o que Draco se haya encargado de pagar todo, Draco salió casi por su tras con casi todas las bolsas exceptuando la de los zapatos que fue la que cogió Hermione.

-Antes que te enojes y hagas un numero de pareja casada acá afuera quiero decirte que te traje aquí así porque era sorpresa, además que no me hubieras dejado pagarlo por tu pensamiento de mujer independiente.- Draco le tomo de la mano a una Hermione ya más relajada al escuchar sus palabras.- Me gusta hacerte regalos solo que no me dejas ¿Puedes colaborar para al menos terminar con los tres últimos sitios que faltan? Por favor.-

-Si me lo pides así…, no tengo porque negarme a recibir mi regalo completo, pero no vuelva a pasar.-

-Tranquila, pero eso significa ¿Qué tengo carta libre a hacerte regalos?-

-Me gustan los detalles, pero no me gusta que me agobien de regalos, es por ello que me cerré un poco en eso, apenas llegué a tu hogar tus padres me regalaron al quinto día un auto, ropa, me dieron un cuarto completamente decorado y amueblado en tú mansión y tú me regalaste un collar de diamantes, me sentí ahogada apenas me estaba acostumbrando a su ritmo de vida.- Explico Hermione mientras caminaba a la par de Draco.

-No me puse a pensar en ello, discúlpame entonces, ahora que lo entiendo, pero terminemos con este regalo.-

Draco se detuvo esta vez en una tienda de zapatos en donde entregó la lista que Madame Malkin había puesto zapatos que serían perfectos para los conjuntos, Hermione eligió dos pares más de los 30 que estaban en la lista, y es que le encantaron tanto que decidió pedírselo a Draco, a este le gusto que la chica se soltará más y se dejará llevar en su día, parecía su cumpleaños.

Luego de terminar ahí Draco le agarró de la mano, haciendo una maniobra con las bolsas porque había decidido hacer esto sin ayuda de sus elfos, la llevo hasta una tienda de joyería, al parecer el rubio ya había ido para elegir algunos collares, pulseras, un aro y un anillo con una esmeralda y dos diademas de plata, una decorada con pequeños diamantes y la otra en forma de espiga, no eran coronas sino más bien unas cintas para el cabello, solo necesitaba que Hermione diera el visto bueno, lo cual hizo ya que estaba maravillada con tanta joyería, luego salieron con unas tres cajas donde estaban envueltas las muchas joyas que le acababan de regalar a la rubia, intentó ayudar al rubio aunque sea con esos paquetes ya que este además de agarrarla de la mano para guiarla también estaba cargando como mínimo unas veinte bolsas de la ropa y los zapatos que iban muy bien empacados para intentar de usar las menor cantidad de bolsas posibles.

-Draco tenemos muchas cosas creo que deberíamos detenernos si no queremos un accidente ¿Qué más me vas a comprar? ¿Ropa interior acaso?- Hermione soltó una pequeña risa ante su broma y vio a Draco que estaba serio.- ¡Estás loco Malfoy si crees que haré eso contigo!-

-Es broma Mione ¿Ahora no sabes aceptar bromas?- El chico de ojos grises rio en voz baja.- Vamos entra es aquí.-

-¿Qué me compraras aquí?- Hermione miraba la tienda en lo que entraba pues ahí vendían muchas cosas así que no sabía a qué habían ido.

-¡Señor Malfoy! Gusto de verlo.- Un señor de edad adulta se acercó a saludar a Draco y luego volteo a ver a Hermione.- Señorita Griffin gusto de conocerla soy Don Puckle bienvenidos a mi tienda, por acá está su pedido Señor Malfoy.-

Hermione aun miraba extraña el pequeño local sin entender que era lo que vendía con exactitud, mientras seguía al señor hasta que se detuvo frente uno hermoso juego de baúles.

-¿Este es mi último regalo? - Hermione realmente le había encantado puesto que su baúl no era su favorito, pero no había encontrado uno que le guste más.

-En realidad… -Draco no pudo terminar pues el señor que tenían en frente salto al recordar que le faltaba algo.

-Es verdad, falta esto.-Le entregó un paquete a Hermione, al ver su mirada de confusión explicó.- Son libros traídos de muchas partes del mundo, con hechizos que usan en cada región, culturas, etc. Obviamente traducidos.-

-Disculpe si lo ofendo, pero ¿Exactamente que vende esta tienda tan particular?-Hermione ya no podía con su curiosidad.

-¡Oh claro que no es un ofensa! No sabes la cantidad de veces que me lo han preguntado, verá esta es una tienda de viajes y de mis viajes, hay cosas que son para viajar muy esenciales y hay cosas que yo mismo he traído de mis viajes que son particulares, ahora mi hijo es quien viaja honestamente porque yo estoy algo viejo aunque a veces lo acompaño, es lo que amo hacer y de lo que vivo también.- El señor hablaba con un carisma explosivo, que le hacía algo de gracia a los jóvenes pero al mismo tiempo le parecía amable.

-Muchas gracias, Don Puckle, ahora falta Hermione le dé su visto bueno .- Draco miró a Hermione para ver su respuesta a su ultimo regalo.

-Está perfecto me encanta.-Hermione ensanchó aún más la sonrisa.- Pero ¿cómo nos iremos?-

-El señor nos prestará su chimenea.-

-Muchas gracias, Don Puckle.- Hermione le dio una sonrisa al señor de esas que solo ella puede dar.

-Como me encantan las jóvenes parejas…- El señor soltó esto con un aire nostálgico.

Luego de eso Hermione y Draco acomodaron todos los baúles en la chimenea y fueron hacia la Mansión Malfoy donde se encontraron con una escena muy divertida de Narcissa con sus elfos poniendo la mesa mientras Lucius traía un pavo para ponerlo en el centro, al parecer la pareja había encontrado un gusto por la cocina, así que Hermione y Draco le pidieron a los elfos que dejaran todo en la habitación de Hermione mientras ellos iban a ayudar a Narcissa y Lucius, luego de eso cenaron, entre risas y mientras Hermione contaba el regalo que le había dado Draco y de cómo fueron apretados en la red flu, se sintió un momento tan familiar y la pareja de casados no dejaba de verse en señal de complicidad al ver cómo había resultado la salida de aquel par de jóvenes rubios. Luego de que ya fuera tarde cada uno se levantó se despidieron y se fueron a dormir, Draco acompaño a Hermione hasta su habitación pues esta quedaba exactamente al costado de la suya y se despidieron con un beso en la mejilla.

Así fue como Hermione se aseo y se puso su pijama nueva pues le había gustado mucho, era de seda azul eléctrico que le daba un toque especial al contraste con sus ojos, se acostó en su cama y se puso a pensar en cómo había pasado todo ese día, se había vuelto especial porque nunca había experimentado una compra como eso, recordaba todo con gracia hasta que…

-¿Acaso la gente ha dicho de que Draco y yo somos novios?- Pensó y recordó como los había llamado los dueños de las tiendas y hasta el mismo camarero del restaurante les había dicho que se veían muy dulce juntos.- ¿Draco ha dejado que le vayan diciendo que eran pareja?- Luego se dio cuenta que ella no se había dado cuenta como les habían llamado hasta ese momento.- Estábamos muy distraídos.- Luego de ese impacto y tranquilizarse se fue durmiendo.

Lo que no sabía es que cierto rubio si había sido consciente de cómo los llamaba…