Disclaimer: Esta historia es una adaptación de A todos los chicos de los que me enamoré en el mundo de Harry Potter, perteneciente a Jk Rowling, mientras que la idea original de la historia es de Jenny HanAdvertencia: Contiene parejas heterosexuales y homosexuales, pero principalmente es Drarry.Los personajes son un poco OoCEn este mundo no hay Voldemort, moví las cosas un poco, pero en fin... espero disfruten.

Me gustan las cosas muggle, me gustan desde siempre, tal vez por mamá que siempre me daba baratijas para jugar. Campanas de porcelana que venden en las tiendas de recuerdos, moldes de galleta raros como los que le gustaban a su padre, separadores de libros, e incluso cartas de amor. Es difícil decirlo, pero me gusta escribir cartas, las guardo en una caja de los Cannons que sólo se abre con el conjuro solemne de los merodeadores que me regaló Sirius cuando cumplí once. No son cartas que me hayan escrito, de esas no tengo ninguna; estas las he escrito yo para cada persona de la que me he enamorado. Son cinco en total.

Escribo mis sentimientos más intensos y profundos por la persona. Escribo como si nadie fuese a leerla; porque nadie debe hacerlo. Cuando termino, la introduzco en los sobres que me envió Charlie de Rumania, añado el destinatario y va directo a la caja de los Cannons, a salvo de Hedwig que nunca debe entregarlas.

No son cartas de amor en el sentido estricto de la palabra, sino son cartas para cuando ya no quiero estar enamorado, como una despedida. Mis cartas me liberan. O, al menos eso es lo que me repito cada vez que sello otro sobre.