CAPITULO VI: Hostilidad

El corazón de la muchacha dio un vuelco en un palpitar intenso al escuchar esas palabras, sintió que podía vomitar su propio estómago al darse cuenta de la gravedad de la situación, una jovencita como ella no podía aceptar dormir a solas bajo el mismo techo con un completo extraño en la misma cama, que fuera un conocido no lo hacía alguien de confianza y mucho menos uno de esa magnitud ¿Qué demonios pasaba por la mente de ese desequilibrado? ¿Cómo se atrevía siquiera a hacerle tal ofrecimiento? Solo faltaba que le pusiera delante un fajo de billetes invitándola a pasar una noche con él como a vulgar prostituta ¡Ella era una chica decente por Kami! Arrugó sus cejas marcando el ceño y apretó sus puños, se sentía furiosa y avergonzada por permitirle al hombre faltarle el respeto de esa manera, pero al mismo tiempo no quería que él la corriera y la hiciera dormir en la calle, con lo poco que sabía de él podía afirmar con seguridad que era capaz de abandonarla a su suerte. Viró sus ojos hacia todos lados y encontró lo que buscaba, sobre la mesita de noche estaba un teléfono, se encaminó hacia este y se sentó en la cama dejando su bolsito de la lado, levantó el auricular marcando el número de su madre sin decirle una palabra al joven, Vegeta observó sus movimientos, su plan estaría arruinado si ella lograba contactarse con alguien, ya había decido que esa mujer no se le iba a escapar de las manos bajo ninguna circunstancia, era lo bastante agraciada como para no aprovecharse un poco de ella. Fijó sus ojos en las piernas largas y blanquecinas de la muchacha que se dejaban libres gracias a aquella pequeña falta que usaba, su boca ansiosa acumuló saliva y pasó su lengua por su labio inferior para luego tragar disimuladamente como si la peliazul estuviera viéndolo, apartó su mirada antes que lo descubriera escudriñándola para quitarse la camiseta blanca tirándola en el piso quedando solo con el pantalón deportivo.

- Mi madre no responde.- comentó colgando el aparato, volvió a levantarlo y esta vez decidió llamar a Yamcha, su novio no podía dejarla sola en esa situación, él siempre respondía y no creía que se negara a ir por ella aunque fuera demasiado noche, en verdad que quería largarse del departamento de ese sujeto, con su compañero de trabajo cerca era el lugar menos seguro para estar después de la solitaria avenida.

- ¡Hola!- expresaron del otro lado de la línea.

- ¡Cariño soy Bulma!- dijo alegre al escuchar la voz de su novio, pero pudo captar de pronto el ensordecedor ruido.- ¿Dónde estás?- preguntó intuyendo el sitio donde él se encontraba.

- Estoy en una discoteca con mis amigos mi amor así que hablamos mañana.- contestó y sin esperar cortó la comunicación. No podía creer lo que le estaba pasando, su única oportunidad para salir de ahí se había ido, miró el reloj en la mesa de noche y vio que eran cerca de las 12 de la madrugada. Dio un suspiro colgando el auricular, bajó la vista sintiéndose mal y se puso de pie para ver al hombre entrando al baño.

- ¡Kami! ¿Qué va a ser de mí ésta noche?- susurró acostándose sobre las sábanas que no se molestó ni en apartar para meterse en ellas.

Cuando la mujer había colgado el teléfono él sonrió triunfante al saber que nadie iría por ella, eso significaba que obligadamente iba a pasar la noche en su cama, su plan no podía salir mejor. Se metió al baño y se dio una ligera ducha caliente, el clima estaba bastante frió así que tendría que encender la calefacción en cualquier momento pues en la madrugada se intensificaban las bajas temperaturas. Tardó no más de cinco minutos cuando estaba saliendo con una toalla en su cintura mientras secaba su cabello con otra, posó su mirada en la chica recostada en su cama y una sonrisa sátira se dibujó en sus labios, fue hasta el closet sacando un bóxer negro, quitó sin dudar la tela de su cintura vistiéndose frente a la mujer que no se había movido de su pose y fue hasta ella observándola dormida.

- Que aburrida eres.- manifestó yendo a encender la calefacción, pero al parecer la chica en verdad estaba dormida pues no respondió absolutamente nada, quitó las sábanas de un lado de la cama y se metió en ellas acostándose para verla. Después que él había entrado al baño el sueño acabó venciendo prontamente a la peliazul pues se sentía bastante cansa y a pesar de haber luchado un par de minutos por mantenerse despierta finalmente terminó cerrado sus pesados párpados. Vegeta la miró posando sus ojos en los rasgos femeninos de su rostro, tenía una nariz respinga, mejillas rosadas y labios carnosos con el mismo tinte, bajó lentamente su escudriño por su cuello esbelto hasta reparar en su pecho que se movía en una respiración acompasada, siguió su recorrido y se detuvo a apreciar su pequeña cintura, tenía una figura hermosa, en verdad que era atrayente, descendió un poco más observando en sus desnudas piernas que se veían tersas y delicadas finalizando su escudriño en sus pequeños pies descalzos, respiró profundo y se acostó boca arriba dejando salir una bocanada de aire, por ahora no podía tocarla, es cierto que ella estaba ahí en su cama, a su merced… bajo su acecho, pero tampoco era un abusivo que iba a manosearla cuando ella estaba indefensa, no era su estilo. Decidió dormirse a los pocos minutos, el trajín del día había agotado sus energías y necesitaba estar repuesto para la mañana.

El muchacho abrió los ojos lentamente después de unas horas de descanso, bostezó abriendo sus párpados que rogaban por que los volviera a cerrar, pero no podía darse el lujo de seguir durmiendo pues necesitaba prepararse para comenzar su día, se repuso un poco frotando sus ojos con una mano e hizo el intento por sentarse pero sintió algo pesado sobre él, recordó a la mujer a su lado y giró su rostro para mirarla encontrándola encima de él abrazándolo, el brazo de la chica estaba aferrado a su cintura y su cabeza reposaba en su pecho mientras mantenía su pierna desnuda sobre su cadera, notó que la rodilla le rozaba su entrepierna que ya se encontraba un poco abultada, sonrió con picardía sintiendo una pequeña sensación de exaltación en su miembro, no podía negar que si ella fuera su amante la despertaría con caricias para hacerle el amor ahí mismo. Suspiró tocando su entrecejo con su dedo índice y pulgar tratando de controlar sus instintos, él no era un maldito abusivo y mucho menos un patán para hacer algo contra su voluntad, tenía tiempo para lograr hacer caer a la chiquilla bajo su dominio con su pleno consentimiento, así que por ahora la dejaría en paz. Quitó el brazo de la peliazul deslizándose bajo su cuerpo que lo aprisionaba para dejarla dormida en la misma pose, entró al baño para lavarse la cara y hacer sus necesidades matutinas, luego fue hasta el closet vistiéndose con un pantalón deportivo, camiseta, sudadera y tenis, cogió una toalla pequeña y salió dándole un último vistazo a la joven que se removió un poco al sentir la falta de calor corporal, llegó hasta la sala agarrando las llaves que estaban en la mesita de centro dirigiéndose en seguida a la cocina, sacó de la nevera su botellón de agua y salió de su apartamento para subir hasta el último piso del edificio donde se encontraba el gimnasio, su rutina siempre era la misma, hacía su sesión de ejercicios de las 5 a las 7 de la mañana, luego se daba su tiempo para desayunar, ducharse y vestirse, a las 8 estaba saliendo hacia su empresa, ahora que trabajaba con la peliazul nada cambiaba acepción del lugar de trabajo.

Entrenó su cuerpo como sus músculos demandaban, inició el estiramiento durante los primeros 20 minutos dejando escuchar su respiración agitada y golpeada resonar en la solitaria habitación donde solo las máquinas y pesas lo acompañaban, su entrenamiento se prolongó hasta las siete de la mañana cuando el sol ya había salido completamente, Vegeta recordó a la chica en su habitación deteniendo sus movimientos, estaba en el piso haciendo flexiones con los brazos tras su cabeza manteniendo sus piernas encogidas, se quedó sentado recordando a la muchacha que ya debía haber despertado y seguramente lo buscaba, se puso de pie tomando la toalla que estaba en el piso junto a él secando su rostro sudado, agarró la botella destapándola para tomar un par de tragos marchando hacia la salida, tomó el elevador rápidamente hasta llegar al piso de su departamento, salió de éste y caminó por el pasillo a paso apresurado, sacó las llaves de su bolsillo abriendo la puerta dejándolas en la mesa de la sala yendo directamente a su dormitorio encontrándose a la chica completamente dormida.

- Mujer despierta.- habló aproximándose a ella para tocar su hombro. La peliazul se removió entre las sábanas adoptando posición fetal abrazando una de las grandes almohadas.- Se nos hará tarde.- volvió a decir pero la chica seguía renuente, caminó hasta la pared del lado derecho de la cama apagando la calefacción, suspiró hastiado y sonrió acercándose a Bulma tirando de un jalón la sábana que la cubría.- ¡Despierta!- elevó su voz haciendo que ella brincara asustada.

- ¿Qué demonios?- articuló restregando su ojo izquierdo con su dedo índice mirando al joven frente ella.- ¿Estás loco? ¿Por qué me despiertas así?- preguntó sentándose al borde de la cama buscando sus zapatos en el piso.

- Llegaremos tarde así que apresúrate.- respondió dejando su botella de agua que tomaba a tragos en el buró.

- Definitivamente no tienes modales.- reprochó la joven caminando hasta pararse frente a él, posó sus ojos turquesa en su piel bronceada de su cuello mirando que unas gotas descendía por este.- ¿Por qué sudas?- cuestionó aproximándose para poner su dedo medio e índice en su mejilla recogiendo el sudor que deslizaba por esta. Vegeta entreabrió la boca imperceptiblemente sin despegar su penetrante vista de las orbes celestes de la chica que lo escudriñaba muy de cerca notando un incómodo calor por su cercanía y el dulce aroma que golpeó sus fosas nasales descolocándolo.

- Fui a entrenar.- contestó con la boca seca al sentir los dedos de ella pasearse por sobre la chamarra en su tórax limpiando el sudor que había quitado de su piel. Tragó lentamente y cerró sus labios disimuladamente evitando mostrar lo tenso que ella lo estaba poniendo.

- ¿A entrenar? ¿Dónde?- inquirió curiosa dando un paso atrás para verlo de pies a cabeza, el hombre lucía un traje deportivo y se miraba agitado.

- Al gimnasio del edificio, ahora deja de hacer preguntas estúpidas y dúchate.- indicó señalando el cuarto de baño con su mirada volviendo enseguida sus ojos a la chica sintiéndose irritado.- En el closet hay toallas limpias.- agregó saliendo de la habitación, necesitaba apresurarse o llegarían tarde, no rompería su rutina por la loca en su recámara. Sonrió pensando en que la chiquilla había resultado más atrevida de lo que creyó, anoche no quería quedarse en su habitación y ahora como si nada invadía su espacio personal, sin olvidar que ella se había pegado más de la cuenta mientras dormían, llegó a la cocina sacando de la nevera y despensa los ingredientes necesarios para preparar un sándwich, colocó todo sobre la barra desayunadora y preparó dos emparedados.

Bulma arrugó sus cejas al verlo salir ¡Que poco cortés era ese sujeto! Caminó hasta el closet y sacó una toalla limpia tal como él le había indicado, se apresuró entrando al baño quedándose un momento en la entrada observando lo pulcro que lucía.- ¿Siempre tiene que ser tan ordenado?- susurró cerrando la puerta, se quitó la ropa colocándola sobre el lavabo y se metió a la ducha abriendo el grifo del agua caliente, ¡Maldito Vegeta! ¿Cómo puede ser tan brusco con una chica tan linda como yo? ¡No merece ni que le dirija la palabra! ¡Ni siquiera pudo ser lo suficientemente gentil en ofrecerme una barra de jabón o un cepillo de dientes para asear mi boca! Pensó mientras se lavaba el cuerpo con un poco de shampoo que había en un bote. Se aseó con prisa, necesitaba ir a su casa antes que a la empresa, Bulma Briefs no podía lucir la misma ropa que el día anterior en la oficina, además, le hacían falta sus cremas, maquillaje y secadora para retirar el agua de su cabello mojado. Salió del baño habiendo secado su cuerpo y volviéndose a vestir con las mismas prendas, fue hasta la sala y miró del otro lado la cocina donde estaba su compañero.

- ¡Oye! Necesito ir casa.- habló enojada llegando frente a la barra donde él terminaba de hacer su café.

- ¿Estás loca? La corporación capsula está muy lejos de donde nos encontramos ahora chiquilla, iremos a la empresa directamente.- aseveró colocando un plato con el sándwich frente a ella que bajó la vista para observar fijamente los alimentos unos segundos, arqueó una ceja y volvió sus ojos turquesa a él.

- No como estas cosas por la mañana.- afirmó arrugando su nariz con desagrado.- ¿Tienes fruta?- preguntó sin dejar de verlo, Vegeta marcó de más su entrecejo y la miró enojado.

- ¡Idiota! Con razón estás tan delgada.- aseveró retirando el plato para comenzar a comer sin prestarle más atención.

- ¿Qué? ¡Mi cuerpo es perfecto!- expresó la peliazul engreída colocando sus manos en su cintura, ella tenía una figura que cuidar y no se atragantaría de harinas siendo tan temprano. Vegeta la ignoró mientras devoraba ambos sándwich, la mujer era demasiado latosa y quejosa, tomó su café mirándola abrir su nevera sin pedir permiso sacando una manzana para comenzar a comerla a mordidas. Terminó su desayuno y se paró para lavar la vajilla sucia, cuando terminó fue hasta su cuarto dejando a la chiquilla sola, miró el reloj en el buró a un lado de su cama, ya eran las 7:30, solo le quedaba media hora para estar listo, se metió al baño y se dio una ducha rápida, cuando salió por suerte la mujer no estaba en su habitación, buscó un traje en su closet y se vistió apresurado saliendo a la sala.

- Vámonos, en autobus tardaremos más en llegar.- habló llamando la atención de la muchacha que estaba sentada en uno de los sofás, ella se puso de pie tomando su bolso que había sacado de su alcoba mientras él se duchaba. - ¡No iré en transporte público!- aseguró cruzándose de brazos.- Prefiero no ir a la empresa.- agregó volviéndose a sentar de golpe.

- No retrasaré un día de trabajo por tus caprichos.- rugió ya harto de sus niñerías, tomó las llaves que estaban en la mesa de centro en la sala y se aproximó a ella con todas las intenciones de obligarla a salir de ahí a como fuera.

- No me moveré de éste lugar para ir a la oficina Vegeta, mejor llamaré a mi padre para que me envíe el chofer e iré a casa.- expuso molesta amurrando sus labios en un puchero infantil y voluble, ella no pensaba pisar el autobus por ningún motivo y él no era quien para exigirle nada.

- Eres una mocosa berrinchuda.- gruñó el joven al momento de tomarla por la muñeca y ponerla de pie de un jalón violento.

- ¡Auch! ¿Qué crees que haces?- chilló tratando de zafarse del fuerte agarre en su mano alzando la vista para detallar sus facciones duras, la penetrante mirada obscura de sus ojos ónix que él le dedicaba la hizo dudar un poco haciéndola querer apartar su brazo de su aferre.

- ¡Iremos ahora quieras o no!- para cuando Bulma procesó las palabras ya se encontraba en los brazos de Vegeta que la cargaba a la salida como a un costal de papas.

- ¡Oye! ¡Bájame!- gritó pataleando sintiendo la mano de él en sus piernas y notando su trasero casi expuesto sintiendo como la falda se le había subido demás.- ¡Maldición bájame!

- ¡Cállate!- demandó cerrando la puerta de su apartamento sosteniendo fuerte a la chica. Bulma le dio un par de golpes en su espalda cuando él comenzó a caminar por el pasillo pero parecía que al tipo no le dolían sus golpes.

- ¡Suéltame!- gritó pero solo percibió apretarse el agarre en su muslo ¿¡Cómo se atrevían ese tarado a ponerle una mano encima!? Se removió nuevamente inquieta por quererse bajar pero él siguió avanzando como si nada, la bajó cuando llegaron al ascensor que se abrió a los segundos, le colocó una mano en la espalda empujándola dentro de éste sin ninguna clase de delicadeza.

- ¡Idiota! ¡Deja de tratarme así!- se quejó observando al hombre con una sonrisa de burla en sus labios.- ¿Qué es lo gracioso?- inquirió exaltada poniéndose frente a él para encararlo, Vegeta posó sus ojos ónix en ella y amplió la sonrisa mostrando sus dientes blancos.

- Eres muy fácil de manejar.- respondió volviendo su vista al frente.- La resistencia que intentas poner es nula.

- ¡Eres una animal!- gritó ella sacando de su bolsito el móvil, cuando lo encendió pudo notar que su batería estaba por terminarse.- ¡Diablos! No tengo carga y ni siquiera crédito ¡Maldita sea! Podría llamar a Yamcha ahora para que venga por mi.- se quejó volviendo a meter el teléfono en la cartera cerrando el zipper con arrebato.

- ¿Y qué le dirás? ¿Qué venga a recogerte a mi apartamento?- preguntó sonriendo girando su rostro para ver la expresión molesta de la peliazul que bufó hastiada.

- Eres un insoportable.

- ¿O le dirás que dormiste conmigo?- volvió a interrogar divertido.

- ¡Cierra la boca! Yo no he dormido contigo.- moduló sulfurada observándolo con fiereza.

- ¿Qué clase de lógica usas mujer? Te pasaste la noche en mi cama, abrazada a mí ¿Y niegas haber dormido conmigo?- dijo soltando una carcajada para salir del elevador cuando éste abrió sus puertas.

- Eres un verdadero imbécil.- logró decir alcanzándolo, caminó un poco tras de él hasta que salieron del edificio. Los siguientes minutos avanzaron por la acera sin decirse absolutamente nada, Bulma estaba tan furiosa porque el tipo prácticamente la había obligado a irse en el autobus, se detuvieron al llegar a una esquina donde había varias personas esperando a que llegara el transporte. La peliazul bajó su mirada para observar sus botines, llevó sus manos hasta su falda que tenía un par de arrugas y amurró sus labios molesta, no podía lucir peor ese día ¿Qué sería de ella si aparecía algún paparazi para fotografiarla en esas fachas? No quería ni imaginárselo, sus ojos ardieron de solo pensar en lo que podría pasar. Levantó la vista cuando escuchó el motor del vehículo frente a ella y miró a la gente que abordaba.

- Date prisa.- escuchó a Vegeta decirle, lo vio y subió antes que él encontrándose sin un lugar vació, habían personas tanto sentadas como paradas, ella apenas podía caber en un pequeño espacio, giró su rostro asustada cuando sintió a alguien posicionarse a sus espaldas y pegada a su cuerpo.- ¡Ay, eres tú!- dijo un poco aliviada al ver que era Vegeta tras ella, el autobus arrancó de golpe y la chica no tuvo tiempo de sostenerse de nada.

- Sujétate.- regañó su compañero de trabajo que la había tomado de la cintura evitando que cayera.

- No hay de donde.- le respondió mirando el interior del transporte completamente abarrotado, el muchacho la tomó del hombro girándola para colocar una mano en su espalda, los movimientos del camión al detenerse eran bastante bruscos por lo que a ella no le quedó de otra que abrazarse a la cintura de él logrando ponerse nerviosa después de un rato, podía apreciar sus músculos bajo ese traje entallado que usaba, elevó su vista y escudriñó su rostro detallando sus facciones varoniles serias, de verdad que el tipo era atractivo, no podía negar que si ella no tuviera novio se hubiera fijado en él como algo más que un simple compañero de trabajo, Vegeta bajó la mirada al sentirse observado encontrándose con los ojos turquesa de la mujer.

- ¿Tardaremos mucho?- preguntó escondiendo su rostro en su tórax con sus mejillas totalmente rojas, podía notar claramente el calor del cuerpo del sujeto pegado a ella haciéndola sentir realmente incómoda, quería tirarse por una ventana y alejarse de él lo más pronto posible.

- Si ¿Cuál es la prisa?- cuestionó y la femenina alzó la vista para mirarlo que iba con una mano sujeta a la barra del techo del vehículo.

- Me duelen los pies.- mintió, no iba a hacerle saber que su cercanía la ponía nerviosa.

- Eres fastidiosa.- dijo él paseando un poco su palma por su espalda hasta colocarla en su cintura, tenía que concentrarse, no podía dejarse llevar por el roce del vientre de la muchacha que percibía en su entrepierna, cada vez que el autobus se movía sus cuerpos se apretaban, estaba pensando seriamente en soltarla y dejarla caer, era demasiado tentador estar de esa manera tan íntima sin poder tocarla demás. Pasaron el resto del trayecto en silencio sintiendo a la mujer totalmente pegada a su cuerpo, 35 minutos después bajaron en la última parada que los dejaba a unas cuadras de la empresa.

- Estamos lejos de la empresa Vegeta.- dijo asustada cruzando la calle junto a él.

- Solo son un par de cuadras escandalosa.- manifestó apresurando el paso que ella seguía a duras penas, ya habían recorrido un buen trayecto cuando Vegeta escuchó un golpe a sus espaldas que lo hizo detenerse y voltear a ver.

- ¡Demonios! ¿Te encuentras bien?- preguntó acercándose a Bulma que estaba tirada boca abajo en el piso, ella se incorporó quedando sentada siendo ayudada por el joven, tocó su tobillo y alzó sus ojos húmedo hacia él.

- Mi pie, me duele.- se quejó sollozando dejando escapar las lágrimas que resbalaron por sus mejillas, miró que Vegeta se aproximó a ella tomando su pantorrilla para alzarla un poco y poder quitarle zapato observando su tobillo inflamado y rojo.

- Esto necesita verlo un médico.- indicó volviéndole a colocar la bota, cerró el cierre lentamente mirando que ella ponía una expresión de dolor mientras gimoteaba suavemente.

- Duele mucho.- habló con voz quebrada tocando por sobre su zapato su pie.

- Deja de llorar, pareces una niña.- aseveró poniendo una mano en su espalda y la otra bajo sus piernas alzándola sin esfuerzo, Bulma se aferró a su cuello al sentir que era levantada, recostó su cabeza en su hombro aspirando ligeramente el perfume masculino que se desprendía del cuerpo del hombre, pasó su lengua por sus labios dejándose cargar, podía percibir la mano caliente aferrada a su pierna y su fuerte brazo sostenerla por atrás. Él notó la suavidad de su piel en su palma e inhaló el aroma embriagador que desprendía de su cabello, la mujer parecía estar cómoda, pero la verdad era que no pesaba nada.

- Vegeta.- llamó mirándolo calmando sus sollozos, él bajó su vista un segundo para luego tornarla al frente.- La gente nos ve.- dijo pues las personas que pasaban cerca volvían sus ojos curiosos a ellos cuando iban llegando a la entrada del edificio.

- ¿Te preocupan esas cosas tan banales?- interrogó con su voz gruesa que resonó más ronca en el oído de Bulma que estaba cerca de su pecho, ella dejó de verlo.

- Tengo una reputación que cuidar.- aseguró relajándose en los brazos de él al verse dentro de la empresa.

- Que estupidez.- articuló el muchacho frunciendo el ceño al sentirse observado por los empleados que detuvieron sus labores cuando miraron entrar a la heredera que era llevada por el dueño de las compañía Ouji, Vegeta gruñó por lo bajo haciendo que algunos disimularan. Unas mujeres que estaban en la recepción comenzaron a murmurar chismes sobre la peliazul, se preguntaban si la chica estaría saliendo con el atractivo Vegeta Ouji, otras afirmaron casi seguras que ellos tenían una relación y las demás acusaron a la oji turquesa de estarle poniendo los cuernos a su novio, la pareja entró ignorando a las personas en el vestíbulo y subieron al ascensor, Bulma se sintió un poco incómoda, había notado todos los ojos de sus trabajadores sobre ambos, no estaba bien que la vieran llegar de esa forma a su oficina pero no podía hacer más, su tobillo ya se sentía apretado dentro de su bota intuyendo que se había inflamado demasiado.

- Necesito que un médico me revise.- comentó arrugando sus cejas delgadas cuando el joven comenzó a moverse al salir del elevador, avanzó por el largo pasillo y al entrar en el bufet de la peliazul pudieron notar a Yamcha que estaba sentado en el sofá esperando a su novia que al verla en brazos de Vegeta se puso de pie mirándolos con rabia.

- ¿Qué demonios significa esto Bulma?- preguntó inmediatamente aproximándose a la pareja, Vegeta bajó con suavidad a la muchacha de sus brazos y ella se apoyó en su piernas no lesionada dejando su brazo en el hombro del sujeto sosteniéndose de él.

- Di un mal paso y me lastimé el tobillo.- respondió haciendo una mueca de dolor, comenzó a caminar con la ayuda de su compañero que la sostuvo de la cintura ignorando al tipo que miraba la escena incrédulo. Yamcha abrió sus ojos sorprendido y apretó la mandíbula irritado.

- ¡No me refiero a eso!- vociferó al verla sentarse en la silla de su escritorio sin prestarle la mayor atención a su estado lastimado.

- ¿Puedes llamar al doctor por favor?- pidió Bulma a Vegeta que asintió tomando el teléfono que estaba en la mesa marcando el número en el teclado de un médico amigo suyo.- Deja de gritar Yamcha.- agregó volteando a ver al chico que golpeó el escritorio con fuerza haciendo que Ouji frunciera el entrecejo furioso posando su mirada penetrante en él.

- ¡Maldita sea! Cuando llamé a tu casa tu padre me dijo que no llegaste a dormir ¿Quieres explicarme eso?- interrogó con furia golpeando nuevamente la madera.

- Solo estaba trabajando.- respondió la femenina manteniendo la calma que no sentía sacando unos papeles de la gaveta del lado derecho sin siquiera mirarlo, el tono que su novio estaba usando la estaba haciendo enojar, él era el menos indicado para pedirle explicaciones pues ella sabía que le era infiel, siempre acabó perdonándolo ya sea porque lo amaba o porque estaba tan acostumbrada a estar en esa relación que no podía terminar con él aunque supiera que tenía encuentros con otras mujeres.

- ¡Mírame cuando te estoy hablando!- gritó fastidiado.

- ¡Cálmate Yamcha!- habló la chica mirando a su novio que mantenía el ceño fruncido observándola de manera acusadora.

- Necesito que vengas… sí, creo que es una luxación en el tobillo… a la empresa de la corporación capsula… bien.- escuchó la peliazul a Vegeta hablar para girar su rostro y verlo colgar el auricular.

- Vendrá en 15 minutos.- dijo él y ella le regaló una sonrisa mirándolo caminar hasta el sofá, sabía que necesitaba que primero revisaran a la chiquilla para comenzar con sus labores, aunque dependía de lo que el doctor dijera, esperaba que eso no retrasara el trabajo que tenían pendiente.

- ¡Mierda Bulma! No duermes en tu casa y te veo llegar con ese tipo.- exclamó señalando al sujeto desencadenante de sus celos que enseguida dirigió su obscura mirada al gusano que comenzaba a irritarlo con sus gritos.

- No tengo por qué darte explicaciones de lo que hago o dejo de hacer, desde hace mucho tiempo lo dejaste de hacer y supongo que así como tú yo también puedo tomarme mis libertades.- expuso perdiendo la poca paciencia que le quedaba, se inclinó para bajar el zipper de su bota sintiendo que su pie dolía aún más al tenerlo sin soporte. Arrugó sus labios y volvió a subir el cierre lentamente. Yamcha se colocó frente a la peliazul poniendo sus manos a los lados del posa brazos de la silla haciendo que ella echara su cuerpo hacia atrás al verlo tan cerca.

- Dime la verdad ¿¡Pasaste la noche con este estúpido!?- cuestionó volviendo a apuntar a Vegeta que solo se limito a observar la discusión. Ella lo miro un poco temerosa, jamás había visto al joven actuar tan agresivo.

- Eso no te incumbe.- respondió en susurro.

- ¡Maldita sea Bulma! ¡Te estás portando como vulgar ramera!- expresó con vos ronca tomándola con fuerza los hombros.

- ¡Me lastimas!- gimió ella cerrando sus ojos al sentir el fuerte agarre arder en su piel percibiendo como Yamcha comenzó a zarandearla enérgicamente, vio casi en cámara lenta a Vegeta aparecerse tras el muchacho y de pronto se sintió liberada de la presión al tiempo que miró el puño de su compañero impactarse en el rostro de su novio seguido de un fuerte sonido por el impacto, dio un pequeño brinquito en su silla por la sorpresa y abrió sus ojos un poco más al ver al hombre tirado en el piso con hilos de sangre saliendo de su boca y nariz.

- No vuelvas a ponerle una mano encima o vas a lamentarlo insecto.- amenazó Vegeta agachándose para tomar del cuello al inútil que lo miraba con rabia.

- ¡Tú no tienes porque meterte en esto!- gritó el tipo empujando a Ouji para ponerse de pie mientras que con su mano limpiaba el reguero de sangre en su boca.

- ¡Vegeta, Yamsha, ya basta! No permitiré que hagan una escena en mi bufet.- bramó ella saliendo del sobresalto al ver esa escena violenta.- Es mejor que tú te vayas.- manifestó escudriñando con sus ojos turquesa a su novio que desvió su atención a la femenina en cuanto escuchó su voz.- No quiero volver a verte en mi vida.

- No me iré hasta que me aclares todo.- expresó enfado detallando su mano llena del líquido vital rojo.

- O te vas… o te saco yo mismo.- se escuchó al empresario decir acercándose al tipo que retrocedió temeroso un paso.

- No te metas Vegeta.- lo detuvo la peliazul tomando su brazo.- Te vas o llamó a seguridad para que te saque.- aseguró dirigiéndose a Yamcha poniéndose de pie mientras se sostenía con una mano del escritorio.

- No eres más que basura Bulma.- expuso el chico dolido viéndola fijamente.

Bulma se acercó dando un par de brincos y lo bofeteó sin pensarlo en ambas mejillas con todas las fuerzas que tenía, no iba a permitir que ese imbécil la siguiera ofendiendo de esa manera ¿Cómo era posible que ella se hubiera fijado en ese tipo? Sintió un nudo en su garganta bajando la mirada hacia un punto inespecífico en el piso y las lágrimas que se formaron en sus ojos turquesa fueron inevitables, sollozó tratando de ahogar su llanto y alzó la vista para observarlo.- La única basura que veo eres tú, que ciega estuve todo este tiempo al soportarte sabiendo que me eras infiel.- soltó con amargura llevando sus manos a su rostro. Vegeta, pese a que la chiquilla le habían advertido que no se metiera no dudó al ver a la peliazul llorar a causa de la sabandija en tomar por el cuello a Yamcha arrastrándolo hasta la puerta.

- ¡Déjame!- gritó el sujeto tratando de zafarse de su agarre pero él lo llevó hasta la salida soltándolo de un empujón para cerrar la puerta con seguro volviendo hacia la muchacha que estaba sentándose con esfuerzo en la silla.

- Deja de llorar como estúpida por esa escoria.- comentó aproximándose a ella que elevó sus ojos cristalinos arrugando sus delgadas cejas.

- Tú no sabes nada.- contestó con la voz temblorosa entre sollozos.

- No necesito saber lo que es evidente, el gusano no es más que un bastardo.- manifestó y la peliazul lo tomó del brazo para jalarlo, el joven avanzó el par de pasos que los separaban descendiendo la mirada para verla al momento en que lo abrazó por la cintura recostando su cabeza en su abdomen, la heredera necesita sentirse reconfortada, necesitaba su consuelo.


RinPink Susaiyajin: ¡Hola mis amores! Me tardé mucho en actualizar éste fic pero es que le he puesto más empeño en avanzar la historia de "Esclava de tu amor" que si no estás leyendo te invito a que lo hagas, sé que te gustará :3

El capítulo se centra en la pareja principal, pero necesitaba detallar bien el cómo comienzan a relacionarse y el final da pie para lo que surgirá en el futuro con ellos dos, en el otro veremos interacción de los otros personajes así que no se preocupen jeje Por fin Bulma pudo desprender de esa tormentosa relación a la que estaba unida con Yamcha y quien mejor que Vegeta para apoyarla y darle su consuelo.

Bueno, espero que me dejen sus comentarios, me deprime que no lo hagan la verdad, hay muchas que leen anónimamente pero agradecería que me escriban sus dudas o aunque sea un "actualiza"

Disculpen las faltas ortográficas :1

Nos leemos a la próxima. Chain n.n