Mai es como un animal. Para Naru, ella lo es.

Sin embargo no es por el hecho de que duerme casi todo el día, aunque eso es una clara señal.

O que tiene un instinto que lo demuestra. Otro indicio.

Tampoco es por sus ojos tan enormes como expresivos o su actitud tan protectora o lo salvaje que es en muchas ocasiones. No obstante dejando de lado eso, ya que Naru se pasaría todo el día enumerando como argumentando razones de porque Mai es como un animal.

Uno que es indefenso e idiota.

Lo importante es que para Naru, ella, es como un animal. Y lo es por el simple hecho de que eso explicaría sus ansias de protegerla. De todo.

De lo que le asusta, de lo que incomoda –excepto si es él la causa–, de su tristeza, de su soledad y de muchas otras cosas. Él solo quiere acariciarla, darle su cariño y estrecharla contra sus brazos, mientras la cuida y la protege de todo lo que le hagan o intenten hacer daño.

A pesar de que no lo demuestre. Eso es lo que quiere porque ella es su pequeño animal, su lindo animal que ama.

Mai.