Los personajes no me pertenecen. Punto.


I

Base


¿Era esto un sueño?

La mujer… era un calco de ella pero mayor y con una mirada muy, muy triste.

La extraña dijoLo siento.

Abrió la boca, dispuesta a preguntar "¿por qué?" pero nada salió.

La mujer cerró los ojos.

Un cuerpo no puede tener dos almas, explicó.

Entonces el mundo rompió y cayó, cayó en la más vívida oscuridad.


Respira… Uno, dos, tres… Respira…

Cerró los ojos, aspirando suavemente por la nariz.

Exhala… cuatro, cinco, seis… Respira…

Su atención se disparó, los párpados levantados.

Siete, ocho, nueve…

— ¿Qué… estás haciendo, frente de marquesina?

diez.

Desde debajo de sus pestañas, Sakura miró plácidamente— Flexiones.

Ino frunció el ceño a, al parecer molesta con la respuesta conseguida. Sakura no entendió por qué, ya que se trataba de verdad. Antes de ser tan groseramente interrumpida estaba calentando, que era la razón por la que estaba abierta de piernas –una delante y otra atrás- y con la mano sobre la punta de los dedos de sus pies.

— Eso no va a funcionar, chica-frente—la niña aseguró, alzando la barbilla y evaluando su vestimenta nueva—, a Sasuke-kun no le importará cuanto puedas estirarte ni esa ropa si ni siquiera tienes el cabello largo como le gusta—ella misma tocó sus hebras rubias atadas en su clásica coleta, pasando los ojos azules por las dos pequeñas coletas rosadas que llegaban apenas a los hombros de su "rival".

— Una pérdida para la humanidad—acordó con facilidad, girando sus piernas para otro ejercicio.

La Yamanaka parpadeó, sorprendida con la respuesta— ¿Es qué… no te importa? ¡Es Sasuke-kun!—por el tono usado parecía que le acababa de decir que había rechazado la gloria eterna, el elixir de la juventud y oro ilimitado por un paquete de maní.

Sakura no estaba impresionada— Mira, ¿alguna vez has visto que realmente le importe el cabello de alguien? ¿Has visto el suyo?

Ino amplió los ojos, sacudida— No lo puedo creer—murmuró con horror—, ¿qué demonios te pasó, Frente-Marquesina? Estás… insultaste a Sasuke-kun.

Por primera vez en la conversación se detuvo, clavando los ojos verdes más duros de lo que la Yamanaka podría haber creído, causando un paso hacia atrás inconsciente— Ino, en dos meses seremos genin, ¿realmente entiendes lo que eso significa? La "princesa ninja" ya no funcionará; allá afuera si no eres fuerte lo único que serás es una carga para tus compañeros, tu sensei y tú misma. ¿Tienes el cabello largo y bonito? Fantástico. Pero tienes que empezar a pensar lo fácil que sería para alguien agarrarse de él y cortarte el cuello si no eres lo suficiente rápida—la esquina de su boca se curvó—. Así que para responder tu pregunta… crecí. Abrí los ojos y descubrí que quiero seguir viva por mi propia mano, sin deberle nada a nadie.

Nunca más.

La chica no dijo nada, los ojos llenos de la sorpresa y el malestar que las palabras le causaron. Finalmente, con un hilo de voz murmuró— Esta no eres tú, Sakura.

Sakura escondió la sonrisa sardónica por el amor a la niña— Lo soy, Ino. Pero las niñas tienen que crecer antes que sea demasiado tarde.


Frente a mis ojos mis amigos murieron, mi hogar se volvió cenizas.

Pero esta vez no pasará, no lo dejaré pasar.

Tengo que ser fuerte, crecer en alguien más que quien estaba destinada a ser.

Tomar el mundo con estas manos, romperlo si hace falta.

Por mi pueblo precioso…

Lo voy a hacer.


Cargando algunos daikon en el carrito, Sakura ignoró al chico de cabello negro parado a pocos metros de ella en favor de su próxima parada. Los tomates parecían buenos y su precio no era alto por lo que añadió un par a su provista, repasando mentalmente el mapa del mercado para su destino siguiente.

— Sakura.

Un destello de sorpresa atravesó su pecho al oír el llamado pero mantuvo su expresión en la máxima cordialidad— Sasuke—habría sido imposible decirle como alguna vez lo había hecho, la memoria de fuego amargo royendo su lengua, así que pronunció su nombre con la cadencia de un extraño. Que era.

Ojos oscuros del niño se fijaron en ella, evaluándola. Si alguien le hubiese jurado sobre la tumba de sus ancestros que estaría compartiendo espacio con Haruno Sakura con una notable ausencia de chillidos y palabrerío le habría respondido con una bola de fuego por jurar tan en vano. Y sin embargo…

— La fruta está enferma—rompiendo el silencio, Sakura hizo un gesto de cabeza hacia los melocotones que el chico llevaba—, y la col verde.

Sasuke volvió su mirada hacia los artículos mencionados, el ceño fruncido en la contemplación. Oyó entonces el suspiro femenino antes que un melocotón fue extendido en su dirección— Aquí, mira. Sin manchas—señaló los elegidos por el muchacho— esos sí las tienen. Están infectados.

Tomó entonces una de sus propias coles y se la enseñó— Mira las hojas. ¿Ves que el diseño es diferente? Es por que la tuya está verde.

Asintiendo en la comprensión, Sasuke cogió el vegetal y lo dejó nuevamente en el lugar. Eligió una como la de la chica esta vez, su rostro mostrando la molestia por la situación. (Empezaba a entender por qué algunos de sus platos habían sabido mal.) Y luego se volvió hacia donde estaba su compañera de clase, o donde había estado.

Bueno, eso fue una sorpresa, Sakura pensó para sí misma, no comprender porque lo había ayudado. Supuso que se trataba de su debilidad por los niños. Él es, después de todo, no más que uno, sus dedos se apretaron alrededor de su carro, tal vez yo… debería de darle una oportunidad, curvó su boca hacia abajo. Era realmente fácil decirlo, ¿eh?

— Buenas tardes—el cajero le sonrió amistosamente, empujando sus pensamientos a distancia.

Ella correspondió con una sonrisa solo en lo más leve tensa, contando en su mente la cantidad que tendría que pagar mientras sacaba su monedero. Pero solo un segundo antes alguien se le adelantó, el dinero justo— Ah, gracias—el chico detrás del mostrador murmuró extrañamente desanimado.

— ¿Y eso?—Sakura alzó las cejas ante el comportamiento curioso del Uchiha, guardando los víveres en uno de sus pergaminos ante las miradas sorprendidas.

— Hm—pagando por lo suyo, Sasuke cogió sus bolsas y comenzó a caminar, no dando ninguna respuesta.

Niños, ella resopló, girando en dirección a su hogar. Sin duda era todo un puñado.


— ¿Eh? ¿Sakura-chan?—el ninja más escandaloso –o al menos eso pensaban algunos- parpadeó, deleite coloreando sus características rápidamente al ver a su enamoramiento en su restaurante favorito. Es una señal del destino, él pensó ensimismado, ¡ramen y Sakura-chan al mismo tiempo!

— Hola, Naruto—saludó, sorbiendo en sus fideos con tranquilidad— ¿Cómo estás?

— A-ah, ¡bien, sí! ¿Qué estás haciendo, Sakura-chan?—preguntó, no saber que decir en esa situación. Nunca se había imaginado compartir una conversación con la niña sin gritos o golpes, menos una tan… amable. Aunque ella no había actuado como una fan del teme en los últimos días tampoco es que se había acercado.

— Teniendo un bocadillo antes de ir a entrenar—respondió, sonriéndole—, ¿tienes algo que hacer más tarde?

Sacudió su cabeza, rascándose la mejilla— Solo iba a pedirle a Iruka-sensei que me ayudara con mi jutsu de clonación—admitió luego de un momento, cuando los ojos verdes permanecieron en los de él.

Ella asintió— Ya veo. ¿Te gustaría que te diese una mano con eso?—ofreció, sacando unas monedas de su bolsillo y dejándolas sobre el mostrador.

Naruto dio una sonrisa brillante en respuesta, rezando para que el sueño no se acabase pronto— ¡Por supuesto!

— Puedes comer primero, te esperaré—aseguró, apareciendo un libro como por arte de magia.

Ojos celestes del muchacho resplandecieron. ¡El mejor día nunca!


Respirando ruidosamente se dejó caer sobre la hierba que quedaba— Ow, hombre, me duele todo—Naruto se quejó, acostándose sobre el suelo de brazos y piernas abiertas.

Una risa femenina se escuchó a su lado— No fue tan terrible—Sakura tranquilizó, su sonrisa –y el campo destruido a su alrededor- desmintiendo las palabras.

— ¡Sí lo fue!—el "último" Uzumaki replicó, haciendo un puchero— me duelen cosas que ni sabía que tenía…—dejó pasar un momento antes de sonreír como el sol— pero fue divertido—admitió—. Ne, ne, Sakura-chan, ¿vas a enseñarme sobre esa magia extraña que hiciste para aparecer armas todo el tiempo?

Estirando las piernas, le dio una sonrisa indulgente— Se llama fuinjutsu, Naruto. Y podría, pero requiere mucha práctica—advirtió— y cuidado. Vas a tener que prestar mucha atención.

— ¡Claro que lo haré, de veras!

La expresión de la chica se suavizó— Muy bien. Podemos comenzar mañana—poniéndose de pie, extendió su mano en dirección al niño—. Ahora, ¿qué te parece cenar algo?

Naruto aceptó su ayuda, la energía volviendo a él lentamente— Ramen, ramen—cantó felizmente.

Solo por esa ocasión Sakura lo dejó tirar de ella en dirección –otra vez- al puesto preferido de su futuro compañero de equipo. Su corazón sangraba por la sonrisa del niño. Realmente no sabía cómo había sobrevivido tanto tiempo sin verla, no después de… alto, se dijo, no es momento de pensar en esas cosas.

Lo mejor sería vivir el presente.

Ya tendría toda la noche para revivir su pasado.


EDIT: 22/01/17.