Y bien. Continuamos con la 2ª parte de esta historia corta.

Les agradezco sus comentarios chicas: Miyuki Kuran Taisho Kirryu: espero no te desmayes con el siguiente n_n solo lo suficiente;MisatoNara; jejeje me alegro que te haya gustado ahora veremos su conclusión y la respuesta a tu interrogante; xXKrisstal06Xx: ohhh ¿Eres estudiante de medicina? ¿Cómo le haces con el tiempo? Por cierto, gracias una vez más por el fanart amiga! Está divino, no me cansaré de decírtelo y si tienes compártelo lo subiré a la página de Romance Erótico para que lo podamos disfrutar, Faby Sama: ¡Oh sí! No creas que se me hizo tan fácil, pero fue pedido especial, así que Bankotsu fue, además que andaba con ese saborcito después de haber escrito algo de él en el Oscuro secreto; chovitap: jajaja si eres una pervertida no sé que seré yo... jajaja, bueno, no se me dan muchos los crossover, pero si me sale no dudaré en avisarte y Tsushime: jajaja "de toda adolescente" jajaja me encantó eso!

Gracias una vez más chicas por tomarse su tiempo de decirme algunas palabras. Así que rápidamente venimos con la conclusión. Espero les guste cómo ha quedado y espero no herir susceptibilidades.

Disclaimer en la primera página.


Una noche más.
2ª parte.

Admiró de un lado a otro la amplia habitación privada del peli plata, una cama inmensa con una base de madera y barrotes en cada esquina, un balcón exquisito y a un lado un jacuzzi. La acostó delicadamente y sin preguntarle le quitó la parte baja de su bikini para sin demoras lamer su clítoris.

—¡Ah! —gritó al sentir el contacto de la lengua.

—Abre bien las piernas, preciosa —ordenó el peli plata con autoridad. Ella ni siquiera lo pensó. Abrió sus temblorosas piernas invitándolo a comer del banquete, su cara ardía, era la primera vez que hacía eso ¿Entregarse a dos hombres y sin remordimientos? ¡Dios! Eso era demasiado morbo para una tan sola noche.

Observó cómo Bankotsu se acomodaba acostándose en la puerta observando cómo su amigo empezó a disfrutar de la pelinegra. Por muy extraño que eso pareciera Kagome empezó a calentarse más al saber cómo él la veía desde un segundo plano.

Disfrutaba con el deseo que veía reflejado en el rostro de Sesshoumaru y Bankotsu, pero sobre todo por el poder que tenía sobre ellos. Abrió más sus piernas permitiéndole todo acceso al peli plata. El pelinegro se acercó rodeando la cama llegando hasta su cabeza para estirar sus brazos, lamió sus manos succionando cada uno de sus dedos. Kagome gimió.

—¿Estás a punto de correrte con la boca de Sesshoumaru, no es así? —preguntó mientras el mencionado no daba tregua a su hinchado y sobreexcitado clítoris. Bankotsu la conocía demasiado bien.

—Sí... Sí... —con sus ojos cerrados deleitándose con el sentimiento de lujuria y pasión que le brindaba el peli plata solo sintió el momento en que él se separó. Determinada a protestar levantó su rostro buscando la nueva locación de su amante pero el rostro de Bankotsu se apareció en su visión. Con sus manos estiradas pudo tocar el duro miembro de su amigo y lo disfrutó.

—Tranquila... Ya volverá ¿Estás segura que esto es lo que quieres Kagome?

—Por favor Bankotsu —suplicó retorciéndose sobre las sábanas azules de la cama, lo necesitaba, quería (a pesar de lo bizarro y extraño que eso pareciera) ser de cada uno.

—Eso quiere decir que estás lista para todo lo que te propongamos ¿Cierto? —por primera vez veía en primer plano y sin voltearse la poderosa erección de Sesshoumaru, era grande y largo, quizás más que Bankotsu, aunque el pelinegro por supuesto que también tenía lo suyo.

Asintió tragando con dificultad, para luego observar una corbata que Sesshoumaru llevaba en la mano. Entrecerró los ojos intentando preguntar qué haría con ella, él la pudo interpretar a la perfección.

—Quiero que la primera vez te vengas cuando te estoy follando con mi boca Kagome —aquellas duras palabras la hicieron mojarse más—, para eso quiero que te desinhibas —Sesshoumaru tiró en la cama un control remoto y a los instantes los tres escuchaban S&M de Rihanna—. Con eso podrás estar más tranquila, nadie podrá escuchar tus gritos.

Su corazón se aceleró, aquello estaba a punto de pasar, pero justo en el instante en que Sesshoumaru se acercó para tapar sus ojos un pensamiento cruzó por su mente el cual fue difícil de retener.

—¿Eso es lo que te pone? ¿El sado? —él se acercó poniéndose a horcajadas sobre ella mientras Bankotsu se corría a su antigua posición estirando sus brazos y acurrucándose al otro lado de la cama. Sintió como el miembro palpitante de Sesshoumaru rozó su monte de venus recién depilado, se movió de manera instintiva rogando porque estuviera en otro lugar.

—Lo que me pone es el sexo en sí, nena.

Y con aquellas palabras todo se oscurecía ante la potente voz de la cantante de color (creo que esto esta de más y se podría malinterpretar). Sintió como Bankotsu soltó sus muñecas para luego susurrar en su oído.

—Deja tus brazos a donde están princesa, de lo contrario tendremos que atarte —un dedo irrumpió en su intimidad y ella gritó como posesa ¡Sí! estaba deseando que ambos la poseyeran.

—Los... Los quiero a los dos... ¡Ah! —volvió a gemir al sentir como la lengua de uno de los dos arremetió contra su botón de excitación mientras las manos del otro amasaban con fuerza sus pechos.

—En esta ocasión no nena —aseguró fuertemente el peli plata con voz gutural y avasalladora, ella se arqueó intentando buscar el sonido—. Eres analmente virgen, en otra ocasión tomaré ese culito solo para mí.

¿En otra ocasión? Pensó queriendo externarlo pero la intrusión de un segundo dedo y un mordisco en su pezón derecho la hizo desvariar. Era una locura, jamás en su entera vida se había planteado esa situación pero allí estaba ella de piernas abiertas obedeciendo a dos hombres para su propio deleite.

Un tercer dedo la hizo retorcerse, pero no fue eso lo que la hizo gritar, sino que otro dedo que hacía círculos en su ano, habían dicho que no estaba preparada, pero ni siquiera pudo preguntar ya que la lengua —que estaba segura era de Sesshoumaru— se introdujo en su vagina follándola desesperadamente mientras con sus dedos apretaba su clítoris.

—Córrete Kagome, córrete para nosotros —escuchó la incitación de Bankotsu y con un grito junto a la mención de su dios favorito, se dejó ir en la boca del peli plata que le hacía el amor como nunca antes nadie le había hecho.

Sintió como la tenue luz de la habitación nuevamente se coló en sus ojos. Agitada y aun excitada los observó a los dos con sus erecciones aún más grande de lo que recordaba.

—¿Aun quieres continuar preciosa? —preguntó con una diabólica sonrisa el pelinegro. Mordiéndose los labios y completamente sonrojada asintió.

—Ponte en cuatro nena —obedeció al peli plata sin pensarlo.

Gateó sobre la cama a la expectativa de lo que estaba por pasar. Se colocó en la posición que Sesshoumaru le indicó, podía ver cómo sus propios senos se movían al compás de su agitada respiración.

Sintió como Sesshoumaru le dio un azote en el culo para luego abrirlo y deleitarse con él. Pasó su lengua por la terminación de su espalda para luego lamer sin compasión su ano y su sexo. Kagome se erizó al sentir como lo succionó y lo lamió, si para ella hubiese sido posible verlo se deleitaría con la mirada de satisfacción que el peli plata tenía, tenerla tan expuesta solo para él era como un sueño hecho realidad. Kagome era increíblemente bella y sobretodo inteligente, dos cualidades que a él lo volvían loco.

—No quiero que te contengas nena —le dijo en voz alta sintiendo como Rihanna volvía a cantar por 3a vez y asintió, a pesar que sabía a la perfección que no se contendría.

Escuchó como algo se rompió, era obvio para todos que utilizarían protección. Dio un pequeño grito al momento de sentir como algo helado recorrió su sexo.

—No es que lo necesites —explicó el peli plata—, pero el lubricante nos ayudará a ambos.

Al terminar su frase él la penetró de una fuerte estocada. Tenía razón, era más largo que Bankotsu, Sesshoumaru podía llegar a un punto que la hacía querer correrse sólo con ello, jamás se había sentido igual.

—¿Será que podría unirme? —preguntó discretamente el peli negro que hasta ese momento sólo se había dedicado a observar.

Ambos hombres compartieron una mirada de complicidad mientras Kagome gozaba con cada estocada que su amante le otorgaba. Bankotsu se colocó frente a Kagome poniendo su erección en su cara.

Sin pensarlo demasiado y a pesar de la poca movilidad que Kagome tenía, agarró con su boca aquella virilidad que clamaba por su atención.

Bankotsu gimió al sentir los labios de la pelinegra. Lamió con cuidado la cabeza para luego introducirla poco a poco en su boca, lo agarró de la base apretándolo logrando un quedo gemido y un gesto de satisfacción en el rostro de Bankotsu. A merced de dos hombres y embriagada con la lujuria del momento se entregó con jadeos, gemidos y gritos que a ambos les llenó de satisfacción.

De una sola embestida Sesshoumaru se introdujo hasta en lo más profundo de su ser tocando aquel punto en su útero que no le resulta doloroso pero sí muy placentero.

—¡Oh Dios mío! ¡Sesshoumaru! —gritó al punto de volverse loca sacando de su boca el pene completamente hinchado de Bankotsu.

El pelinegro a punto de explotar se masturbaba frente a ella, mientras el peli plata cambió de posición agarrando fuertemente por la cintura a Kagome para luego sentarla sobre él sin sacar su miembro y sin dejarse de mover. Bankotsu gateó arrodillándose frente a los dos casi en posición de adoración, la escena era completamente morbosa, Kagome abierta de par en par enseñándole su precioso sexo mientras la admiraba siendo penetrada por otro.

—¿Te gusta que te miren? —preguntó jadeante el peli plata sin dejarse de mover, apresando entre sus dedos su abultado clítoris estimulando inclusive más. Ella mordió sus labios intentando disfrutar de las duras estocadas que le proporcionaba. Sesshoumaru apresó entre sus dedos fuertemente su clítoris obligándola a responder.

—S-si...

Para su sorpresa, le giró la cabeza besándola en los labios y a pesar de su reacción ella le correspondió. Sesshoumaru la abrazó dejando en paz su botón al mismo tiempo que ella lo recibía con gusto.

Sus pechos en su rápido bamboleo gracias a las estocadas de Sesshoumaru eran apresados por la boca del pelinegro quien aprovechó para mordisquear sus pezones y saborearlo. Gustosa del placer que ambos le proporcionaban gimió sin pudor.

Bankotsu se levanta sin decir nada mientras el insistente bombeo entre Kagome y Sesshoumaru continuó. Sus cuerpos chocando y la humedad de ambos esparciéndose por todo su cuerpo se escuchaba estimulante en toda la habitación. De pronto observó cómo Bankotsu nuevamente se integraba a la danza lujuriosa llevando un vaso con whisky en él.

Sin decirle nada derramó un poco sobre el cuello de Kagome, inclusive en su cuerpo se sentía caliente como si éste estuviese pasando por su garganta quemando cada una de sus pupilas, pero en este caso cada poro de su piel. Bankotsu atrapó un gota que se detuvo en su pezón izquierdo, lo mordisqueó, lo besó y lo succionó, ambos escucharon al instante en que Sesshoumaru gemía ante la presión que Kagome ejercía en su miembro, lo apretaba con tanta fuerza que para ella resultaba placentero.

Una vez más el pelinegro tomó el vaso derramando la sustancia sobre sus senos, el cual cae de manera alocada llegando hasta el colchón. Cada vestigio lo lamía mientras Kagome gemía.

—Delicioso.

Sesshoumaru salió de su interior dejándola de piernas abiertas invitando al pelinegro a proseguir. Sin pensarlo demasiado él se acostó lamiendo el monte de la perdición de Kagome, metió un dedo y luego dos, succionó y chupó pletórico y excitado el botón que ahora sabía a ella, a Sesshoumaru y al mismo alcohol. Ella jadeó sin control moviéndose sofocada por el calor.

Bankotsu mientras Sesshoumaru se acercaba por atrás abrazándola y rodeándola con sus brazos. Llevó sus manos hasta su sexo abriendo sus labios para enseñarle aquel cálido y húmedo interior a su amigo. Tomó una de las manos de Kagome llevándola hasta su propio sexo instándola al momento en que le susurraba:

—Mastúrbate mientras Bankotsu se prepara para follarte princesa.

Nunca antes había hecho algo así frente a alguien más, ciertamente en algunos momentos de escasez sexual tenía que recurrir a satisfacerse ella sola, pero ¿Qué alguien la estuviera viendo? Pero el pudor y la vergüenza se habían quedado guardados en algún lugar, porque ni siquiera lo pensó demasiado, simplemente llevó sus dedos hasta su clítoris masturbándolo mientras veía como Bankotsu se colocaba un preservativo.

—Eres increíblemente sensual Kagome ¿Lo sabías? —ella negó—. Ponte a horcajadas sobre mí y cabálgame como solo tú sabes hacerlo nena.

Él se sentó y ella obedeció. Sintió como cada extensión del excitado miembro de Bankotsu se fue adentrando en su acalorada intimidad. Sobreexcitada comenzó a mover sus caderas, primero en círculos al sentir cómo se lo comía completo, luego a bajando y subiendo lentamente escuchando como él ronroneaba mordiendo su cuello.

Sesshoumaru se acercó parado en la cama hasta llegar a la altura de su cabeza, ella lo pudo entender a la perfección. Agarró su glande masturbándolo para luego con dificultad llegar hasta la cabeza rodeándolo con su boca y trazando círculos en él. Los gemidos incesantes de ambos era algo que la volvía completamente loca, los tenía completamente a su merced.

—Ahhh... —gimió el pelinegro agarrándole las caderas incrementando su velocidad.

Aquella presión hizo que Kagome se retorciera e inclusive succionara más el miembro del peli plata que sin pudor soltó miles de improperios sintiéndose casi llegar al cielo.

—¡Mierda! —gritó Bankotsu apretando el cuerpo de la pelinegra dejándose ir. Kagome sin dejarse de mover pero alejada del peli plata sintió como su amigo se retorcía deshaciéndose bajo un intenso espasmo al momento de tener su orgasmo.

Sesshoumaru se acercó a ella besándola instándola a salir del pelinegro. Con cuidado, desesperación y control la acostó boca arriba llevándole las piernas hasta la nuca para penetrarla de una sola estocada.

—¡Ah! ¡Dios! —con las piernas temblorosas y el cuerpo a punto de explotar resistió dispuesta a que Sesshoumaru la penetrara con fuerza una y otra vez.

—Eres... Un vicio... Kagome —aseguró jadeante mientras Kagome veía como sus doradas pupilas se envolvían en un fuego infernal—. En otra ocasión, tu culito será solo mío Kagome, solo mío —asintió tomando con posesión el rostro del peli plata besándolo con furia y deseo.

—Lo que quieras... —sonrió al sentir como un intenso espasmo la iba recorriendo. Gritó jadeante anunciando la llegada mientras que con su vagina apretaba intensamente el duro miembro de Sesshoumaru.

—¿Deseas correrte nena? —ella asintió jadeante al punto de ahogarse—. Hazlo conmigo entonces Kagome.

El sexo de Kagome se contrajo succionando por completo el miembro de peli plata quien al instante de sentir su orgasmo se arrodilló en la cama tomando de las caderas Kagome y colocándosela a horcajadas sobre él bombeando en su interior hasta conseguir su entera satisfacción.

Cansados, jadeantes y exhaustos, pero sobre todo con la excitación del momento Sesshoumaru salió del cálido interior de la pelinegra. La tomó entre sus brazos para llevarla a la regadera del baño exclusivo de su recámara, Bankotsu sonrió tomando su ropa para luego salir dejándolos solos.

En aquella intimidad y mientras Sesshoumaru limpiaba exhaustivamente el cuerpo de Kagome, le hizo el amor una vez más bajo la cálida ducha mientras ella con sus gritos y olvidándose de cualquier pudor se entregó sin poner pretexto.

•••••

La mañana para la mayoría llegó como si fuese un poderoso cuchillo partiendo en dos la cabeza de todos. Al bajar las gradas y llegar al comedor lo que se encontró le hubiese dado muchísima risa, pero trató de omitirla ya que de lo contrario su cabeza reventaría. Todos parecían muertos vivientes y su amiga Ayame era la peor.

—Te lo juro Kago, agradezco que solo tenemos una graduación... —dijo con dificultad la pelirroja intentando que su vida no saliera por su boca.

Sesshoumaru las interrumpió sin decir palabra alguna colocándoles una jarra con una sustancia verde en ella.

—¡¿Qué demonios es esa... esa... esa cosa?! —preguntó asqueada la pelirroja sin darse cuenta que Kagome se ponía del color de un tomate al instante en que veía a Sesshoumaru.

—Tu salvación —respondió secamente. Ella hizo el intento de vomitar pero detuvo sus movimientos colocando la mano en su boca.

—¿Qué es? —preguntó discretamente Kagome.

—Mi levanta muertos —Sesshoumaru la rodeó de manera intimidante para colocarse detrás de ella—. Te hidratará, es lo único que tienes que saber —sin que nadie se diera cuenta él le dio un beso en el cuello para luego desaparecer. Ella simplemente suspiró.

Ambas decidieron hacerle caso, 5 minutos después agradecían internamente por no preguntarle nada más y simplemente obedecer. Su alma había regresado al cuerpo.

5 días después y con sentimientos encontrados todos se despedían, su último año en la Universidad y las prácticas en el Hospital donde ejercían habían terminado, a partir de ese momento cada uno tomaría caminos diferentes en las especialidades que escogían, a algunos se les haría fácil volverse a ver ya que se quedaban en el mismo Hospital o cerca de él, sin embargo Kagome, Sesshoumaru y Bankotsu habían sido aceptados en hospitales del extranjero bajo una beca bastante exclusiva, la cual ninguno de ellos desaprovecharía.

Bankotsu se acercó a su amiga abrazándola fuertemente.

—Estoy seguro que serás una gran cardióloga Kagome.

—Y yo estoy segura que serás un buen gineco-obstreta Ban, lo único que lamento es que no podré volver a verte.

—Suecia no queda tan lejos de España —alegó el pelinegro.

—Pero no iré a España.

—Pero es posible que yo sí a Suecia —ambos se miraron fijamente y luego se pusieron a reír dándose un fuerte abrazo.

Aquella noche en la playa jamás la olvidaría Kagome, por primera había tenido relaciones con Sesshoumaru, con el chico de quien se enamoraba al momento de entrar a la universidad pero con quien nunca había tenido más que una amistad.

Tomó el avión directo a Suecia dejando todo atrás, el hospital además de otorgarle la beca le había conseguido un buen apartamento en una buena zona, en aquella ciudad y lejos de su país natal, de sus amigos y familia empezaría una nueva vida, pero ¿Qué buenas cosas le traería? Solo el destino lo sabía, porque le tenía algo muy bueno preparado.

Fin.


Sí, me imagino que quieren más ¿Verdad? Jajaja Bueno, en realidad como lo dije en un principio es un fic corto, solo dos capítulos, pero en esta ocasión les traeré un epílogo también, así que igual espérenlo pronto!

Gracias a mi beta-reader Haru quien me ayudó a revisar y modificar aquellos errores que siempre se me van!

Las quiero y nos vemos en la próxima entrega.

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