Declaración: ni la serie de televisión "VICTORiOUS" ni ninguno de sus personajes me pertenece.

Nota del autor: ¡Hola a todo el mundo! ¿Cómo están? ¿Bien? ¿Mal? ¿Me extrañaron? ¿Me dan un abrazo? Jaja XD En fin, hoy les vengo a traer la primera parte de mi último "proyecto literario" en el que he estado trabajando :-) Antes que nada, les voy a aclarar algo para que después no les vengan con el cuento: LA HISTORIA QUE ESTÁN A PUNTO DE LEER NO ES MÍA. Así es, damas y caballeros: lo que están a punto de leer no es ni más ni menos que la traducción y reescritura del one-shot CADE titulado "Miss Bubbles", perteneciente a una amiga, a quien yo quiero con todo mi ser: Sabrina Bayonet. Así que la originalidad de la historia, no corre por cuenta mía, sino de ella ¿vale? Aunque... Ella escribí esa historia por pedido mío, así que el %50 de la originalidad si corre por cuenta mía. Jeje :-P Pasando a otro punto importante, les aviso que transformé el one-shot en un three-shot, para poder así publicar y actualizar el fanfiction a medida que voy terminando cada una de las partes ¿me entienden? Y les aviso que la actualización de ésta historia será el próximo primero de Julio, si no es antes ¿vale? ¡Lo siento, pero la escuela no me deja mucho tiempo para ponerme "a full" con esto¡ ¿OK? Todos los comentarios (reviews) que me dejen (¡por favor, déjenme muchos!) serán muy bien recibidos, ya sean estos negativos o positivos. Otra vez, por favor, no teman a ser críticos porque todo escritor (y las escritoras también, no pienses que me he olvidado de ustedes, chicas) debe aprender a aceptar las opiniones de sus lectores. Sin más que agregar, los dejo con la historia. ¡Nos estamos leyendo! ;-)

SEÑORITA BURBUJAS – PARTE 1 / INICIO

La verdad, esto no está tan mal. Lo que quiero decir es que podría ser peor ¿no? Por ejemplo, yo podría estar comiendo mi almuerzo, apartada de todos los demás, cómo si fuera una solitaria outcast... ¡Oh, aguarden un segundo: eso es exactamente lo que está pasando! Síp, éste es otro típico "primer día" en una nueva escuela para mí.

Ésta es la segunda vez en tres años que cambio de escuela. Mi psicóloga me dijo, en una de nuestras tediosas sesiones semanales, algo acerca de que tengo unos "problemas para manejar la ira"... O una cosa por el estilo. Aunque no estoy muy segura de que haya dicho eso. Puedo estar equivocándome, porque la verdad es que ese día, no la estaba escuchando. Es más: jamás lo hago.

Aun no entiendo porque mi padre sigue pagando mes a mes esas estúpidas sesiones semanales, si en estos cinco años que he ido todos los Miércoles a ver a la Doctora Mayer, no he demostrado ningún progreso en cuanto a mi "actitud". Así es que cómo mi progenitor llama a mi "problema"... Pero bueno, es su dinero. Y si quiere gastarlo en arreglar la "causa perdida" de la familia, allá él ¿no?

Por lo menos, aquí en Hollywood Arts, la comida no es tan mala. He escuchado que algunas escuelas tienen una realmente mala cafetería. Así que supongo que no puedo quejarme con respecto a la que tenemos aquí. Aunque de lo que si me puedo quejar es de la ubicación del Asphalt Café. ¡¿A qué idiota se le ocurre construir la cafetería de la escuela en frente del estacionamiento de la misma?! Me tuve que sentar en la parte de atrás, bajo unas escaleras secundarias que conducen a un escenario exterior, para tener un techo que me cubra. No es que éste lloviendo ni nada por el estilo, pero hoy el Sol está demasiado brillante para mi gusto. Bueno: siempre lo está.

¿Qué? ¿Los profesores? Ya odio a todos los que he conocido en éste día y a todos los que todavía me faltan por conocer. Excepto uno: mi profesor de actuación. Aunque está bastante loco. Si no me falla la memoria, su nombre es Erwin Sikowitz. Síp, así cómo lo oyeron: su apellido es "Sikowitz". Cómo dije antes, bastante loco ¿no?

A la distancia, allí donde las plásticas mesas circulares se encuentran bajo los rayos del ardiente y brillante Sol, avisto a mis compañeros. Ahí están, charlando, comiendo y riéndose sin mí... Cómo los odio... Veo que unapelirroja se aproxima a ese grupo en particular y saluda, individualmente, a todos sus integrantes, pero no se sienta con ellos. Qué raro... Es más, ahora mismo, ella está caminando hacia el sector en donde yo estoy ubicada. No irá a querer pasar su tiempo de almuerzo conmigo ¿o sí? Bueno, supongo que si lo quiere hacer, porque me está mirando directo a los ojos y saludando con una muy entusiasta agitación de su mano izquierda.

¡Holis! – Me dice con ésta gran sonrisa plasmada en su rostro, que marca un par de profundos hoyuelos en sus mejillas, y se sienta a mi lado, colocando la charola amarilla, que tiene en las manos, enfrente suyo. ¡¿Qué carajo sucede aquí?! ¡¿Qué parte de mi clara actitud de "estoy sentada sola y a la sombra porque no tengo ganas de hacer sociales" ella no entiende?! La miro fijamente cómo si ella fuera una loca, para ver si eso la ahuyenta y así puedo volver a mi solitaria paz. Pero al parecer, mi estrategia no tiene el efecto que yo esperaba, porque ella sigue aquí, a mi lado... OK, ahora que la veo con más detenimiento, me acabo de dar cuenta de algo: ésta chica también está en la clase de Sikowitz. ¿Cómo me pude olvidar de ese brillante cabellorojo suyo, que parece ir perfectamente a juego con su tan colorida ropa, si ella estuvo sentada tres filas por delante de mí en la clase de actuación? Además, los bucles que tiene, hacen que su cabeza parezca un volcán escupiendo chorros de lava. Aunque no creo que ese sea su color de pelo natural. Es decir, el tono de rojo que tiene es muy... – Tú eres la chica nueva ¿no? – Me pregunta, cortando así el hilo de mis pensamientos.

Si nunca me habías visto antes por aquí, creo que es bastante obvio que si lo soy. – Sé que mi respuesta fue fría, sarcástica y seca, pero no estoy de humor para entablar una conversación y ella no parece captarlo. ¡De en serio se los digo! Es más, ahora mismo, mientras ingiere bocado tras bocado de su ensalada verde, me está hablando y hablando y hablando y hablando y hablando...

Señorita Burbujas – VICTORiOUS – CADE

Por Dios... ¡¿Cuándo va a callarse de una buena vez?! Ya lleva unos quince minutos así, hablando sin parar. Y lo peor de todo es que pasa de un tema al otro cada tres segundos. ¡Pero esperen, que aun hay más: parece ser que escoge los tópicos de la"conversación", si es que se le puede llamar a si a su soliloquio unipersonal, completamente al azar! ¡No: no les estoy mintiendo!

Ya que no me creen, les voy a dar un ejemplo: hace un minuto me platicó sobre cuanto ama a los cachorritos y les puedo jurar que casi vomité cuando escuché eso. Pero ahora, me está describiendo ésta extraña experiencia que tuvo con su hermano mayor, cuando ella y sus padres lo llevaron por primera vez al zoológico. Mejor ni me pregunten que le sucedió ese día... En todo el tiempo que ella ha estado hablando sin parar, yo no he dicho mucho. Prácticamente nada. Nada de nada. Nada en absoluto. Solamente me he limitado a comer mi burrito de carne y mis papas, además de tomar mi Wahoo Punch.

¡Oh, por Dios! – Nop: no fui yo, sino ella otra vez. Sonó bastante alarmada. Así que dejaré de mirar fijamente el pedazo de burrito que me falta terminar y veré que le pasa. – ¡Ahora me doy cuenta de que ni siquiera sé tu nombre! – ¡¿De en serio?! Por su tono de voz al decir "¡oh, por Dios!", pensé que se trataba de algo más... No sé... ¿Importante? Es decir, yo tampoco sé su nombre, pero no ando haciendo un escándalo por eso. ¡Es más: ni siquiera me interesa saber su nombre! Pero cómo el tema parece tener tanta importancia para ella...

Ummm... – ¡¿Qué?! ¡Tuve que tragar! Puedo parecer maleducada muchas veces, pero nunca hablo con la boca llena. – Es Jade. – Le respondo mirándola a los ojos. Por su parte, ella me vuelve a sonreír, marcándosele otra vez esos profundos hoyuelos que tiene.

El mío es Cat... ¡Cómo el animal! – Y ahora, mi nueva compañera de almuerzo se está riendo por lo bajo de su propio chiste. Eso sí que es raro... – Lo que es algo irónico, porque soy alérgica a los gatos. – Enseguida me tapo la boca con la mano izquierda, para que no se dé cuenta de que me estoy riendo por lo bajo, justo cómo ella lo había hecho antes, hace solo unos segundos. ¡¿Qué?! Su comentario fue algo gracioso...

Señorita Burbujas VICTORiOUS CADE

El tiempo que tenemos para almorzar está a punto de acabar y, por alguna extraña razón que desconozco completamente, no le pedí a la pelirroja que se retirara de mi mesa... OK: en realidad si conozco a esa "extraña razón" por la cual no se lo pedí. Y no es que me haya olvidado de hacerlo o que me cautivaron sus bizarras historias familiares y su peculiar forma de pasar de un tema al otro en cuestión de segundos. Sino que, simplemente, con ella a mi lado, ya no me siento cómo si fuera una solitaria outcast en ésta nueva escuela.

Y esa es la campana del instituto educativo... OK: supongo que ahora si se acabo el tiempo que teníamos para almorzar ¿no? Ambas nos levantamos de la mesa, tomamos nuestras respectivas charolas, la mía roja y la de ella, cómo les dije antes, amarilla, y tiramos todas las sobras que había en ellas, en uno de los botes de basura cercanos. Bueno, supongo que ahora Cat tomará un camino diferente al mío, para ir a su siguiente clase, y yo volveré a ser la solitaria outcast escolar de siempre. Pero, mirándole el lado positivo a las cosas... Tal vez mañana ella quiera volver a compartir mesa de la cafetería conmigo ¿no? ¡Oh, vaya! Miren esto: me volví a equivocar. Al parecer, la pelirroja quiere llegar al mismo destino que yo intento alcanzar, ya que está caminando a mi lado, siguiendo el rumbo que marco con cada uno de mis pasos.

Parece que tenemos otra clase juntas. – Me dice para luego dedicarme otra de sus grandes sonrisas, mostrándome así, por tercera vez en lo que va del día, sus lindos hoyuelos. ¡¿Qué?! ¡Si son lindos! Cómo sea... Saco el cronograma semanal, que me llegó por correo hace cosa de un mes, del bolsillo delantero de mi bandolera de Gears Of War, lo reviso y veo que Cat tiene razón: tenemos otra clase juntas. En los últimos tres periodos restantes de éste día, tenemos que seguir aprendiendo sobre actuación con ese loco profesor a quien todos llaman por su apellido: Sikowitz. La miro directo a los ojos y asiento una sola vez, indicándole de ese modo que tiene razón. – ¡YAY! – OK... Al parecer, la noticia de que vamos a pasar más tiempo juntas la puso muy alegre. Yo, por mi parte, no estoy tan alegre cómo ella... Aunque espero que mi compañera sea capaz de mantener la boca cerrada lo que dure la clase de actuación. Doblo por la mitad la hoja que tiene impreso el cronograma semanal, la guardo en el mismo bolsillo delantero del cual la saqué y...

Un momento... ¿Qué es esto que siento alrededor de mi mano derecha? Ah, es sólo la mano de Cat... OK: esto si ya se está poniendo muy raro para mí. Les explicaré el porqué: la última vez que alguien me tomó de la mano para caminar, yo tendría unos cinco o seis años de edad. Y ese "alguien" era mi madre, no una pequeña pelirroja con bucles que conozco hace menos de una hora... Aunque... Las chicas hacen esto todo el tiempo, cómo si fuera algo normal ¿no? Y les aclaro, que me estoy refiriendo a caminar tomadas de la mano, no a tranzar, cómo lo están haciendo esa pelirroja natural y esa chica de color, allí, en esa esquina. Será mejor de deje de mirarlas...

Con cada nuevo paso de que damos, me voy acostumbrado más y más a la unión de nuestras manos. Pero aun así, sigo siendo plenamente consciente de la cercanía de nuestros cuerpos y del roce de nuestros brazos. Dirijo la vista hacia ellos por un segundo y observo el contraste de nuestros tonos de piel: el mío que es "blanco nieve" contra el suyo, ligeramente moreno, cómo si su primera capa de dermis hubiera recibido únicamente un casto beso del Sol. En cuanto levanto mis ojos verdes, ellos se encuentran con los suyos, marrones. Una vez más me muestra sus profundos hoyuelos, con ayuda de una de sus grandes sonrisas, y siento que mis mejillas arder ligeramente: me atrapó admirando su sedosa y suave piel morena... Dirijo mi vista hacia adelante y siento cómo ella se pega un poco más a mí, apoyando su cabeza en mi hombro y riéndose por lo bajo nuevamente, al igual que lo había hecho durante el almuerzo. Si antes mis mejillas ardieron ligeramente, ahora experimento un incendio forestal bajo mis grande y níveos pómulos.

Señorita Burbujas VICTORiOUS CADE

Y otra vez suena la campana del instituto educativo... Bueno, lo único que aprendí, en estos últimos tres periodos de clases de actuación con Sikowitz es que... Él tiene una extraña obsesión por los cocos y la leche que se extrae de ellos: otras dos cosas más para agregar a la muy larga lista de sus excentricidades.

Cat estuvo sentada a mi izquierda durante toda la clase de actuación. Y al parecer, algún genio cumplió mi deseo mental, porque ella fue capaz de mantener su boca cerrada durante los tres periodos completos que duró la clase con el loco amante de los cocos. Si me hubiera estado hablando, hablando, hablando, hablando y hablando, cómo lo hizo durante el almuerzo, seguramente ahora ella estaría en la enfermería de la escuela o de camino al hospital más cercano, dependiendo de la gravedad de sus posibles heridas, mientras que yo recibiría el peor de castigo ejemplar que existe en el mundo, por parte del Director Eikner... Una cosa es que me molesten mientras estoy comiendo mi almuerzo. Y otra muy diferente es que lo hagan en la única clase que no es un "mal dolor" para mí.

Guardo el cuaderno de apuntes y la lapicera, que había sacado para anotar algunas cosas durante la clase, dentro de mi bandolera y salgo del salón. ¿A qué no adivinan quién me estaba esperando del otro lado de la puerta, con la espalda apoyada contra la pared y enrollando, en uno de sus dedos, uno de sus largos y rojizos bucles? ¡Así es: mi, aparentemente, nueva amiga, Cat!

¿Nos vamos? – Me pregunta con una de sus típicas sonrisas "muestra hoyuelos" en el rostro. En cuanto asiento, su mano derecha toma mi izquierda, rodeando durante el proceso mi blanca palma con sus delgados y morenos dedos. ¿Acaso éste asunto de caminar tomadas de la mano por los pasillos de Hollywood Arts se volverá una rutina? Porque si es así, comenzaré a usar camisetas de mangas largas para venir a la escuela: el continuo rose de nuestros brazos me está empezando a causar un extraño cosquilleo por todo el cuerpo. Y las cosquillas, para mí, no son placenteras. Ni siquiera cuando éstas son causadas por la suave y tersa piel de Cat.

Luego de deambular un par de minutos por lo corredores del instituto educativo, dado que no estoy completamente familiarizada con los planos del lugar y, además, mi pequeña compañera pelirroja es pésima indicando direcciones, llegamos a la zona donde está mi casillero. En cuanto nos detenemos frente a el, Cat tiene la elegante cortesía de soltar mi mano izquierda. Bueno, por lo menos ahora no tendré que manipular mis cosas cómo si estuviera manca.

Bajo la atenta mirada de mi nueva amiga, coloco algunas de las carpetas, los cuadernos de apuntes y los libros, que llevaba conmigo, dentro del casillero, dejando únicamente los que iba a necesitar para hacer los deberes, en el interior de mi bandolera. Cierro la pequeña puerta rectangular del casillero y enseguida siento cómo Cat toma mi mano izquierda... Otra vez... Exhalo un sonoroso suspiro de resignación porque esto, efectivamente, confirma mi sospecha anterior: caminar tomadas de la mano por los pasillos de la escuela será una cosa de todos los días... Será mejor que cuando llegue a casa, empiece a buscar todas mis camisetas de mangas largas, porque las voy a necesitar.

¿Hacia adonde estamos yendo tan rápido? – Me pregunta mi compañera mientras intenta seguirme el paso cómo puede y me aprieta con mucha más fuerza la mano, cómo si tuviera miedo de que la fuera a soltar. Doblamos hacia la derecha en la intersección de corredores que teníamos enfrente de nosotras, hace dos segundos, y me detengo para responderle.

A la salida más próxima. – Le contesto, señalando con la mano que tengo libre las grandes puertas dobles, al final del pasillo, que dan hacia el exterior.

¡Pero todavía no he pasado por mi casillero! – Me dice en un tono de voz, que parece mezclar, de alguna manera, asombro, plegaria y reproche en partes iguales.

¡Y yo quiero irme a casa, Cat! – Le informo en un tono que también es mezcla de varias sensaciones: cansancio, enojo y exasperación.

Bueno... – Lentamente, cómo quien no quiere la cosa, deja que mi mano izquierda se escurra de sus morenos dedos diestros. – Entonces... – Ya no me mira más a los ojos y agacha la cabeza, cómo si de repente le llamaran poderosamente la atención sus zapatillas turquesas, adornadas con lunares de diferentes colores. – Adiós. – Ésta vez, el sonoroso suspiro que exhalo no es de resignación, sino de... ¿Victoria? No: no creo que haya sido de victoria. Fue más bien de... ¿Satisfacción? No lo sé ni me interesa: simplemente suspiré.

Bueno, por lo menos, ahora podre... Esperen un segundo... ¿Qué es esto que siento alrededor de mi torso? Ah, sólo son los brazos de Cat... OK: ella me está abrazando... ¿Saben qué? Ésta vez, voy a resignarme a reflexionar sobre sus extrañas muestras de afecto para con los prácticamente casi-desconocidos, y simplemente, me dedico a devolverle el abrazo cómo puedo. Aunque me resulta bastante incomodo hacerlo por la falta de práctica: mi padre ni siquiera me da un apretón de manos y mamá sabe que los abrazos no me gustan.

Sí... Adios... – Le digo, después de haberle dado unas cuantas suaves palmadas en la espalda, cómo para indicarle que nuestro abrazo tenía que terminar. En cuanto me suelta, me acomodo la correa de la bandolera sobre el hombro derecho y comienzo a caminar hacia la salida.

Luego de dar unos cuantos pasos, me doy media vuelta, para ver hacia adonde se había ido Cat luego de que nuestra abrazo concluyera. Pero... ¿Saben usa cosa? Ella sigue ahí, en el mismo lugar en donde nos separamos, mirándome con una de esas grandes sonrisas suyas, que exponen para todos los presentes esos lindos hoyuelos que tiene. Al igual que en la hora del almuerzo, agita su mano izquierda de manera muy entusiasta, pero no cómo forma de saludo, sino cómo forma de despedida. Me vuelvo a dar media vuelta y sigo caminando hacia la salida, mientras sacudo la cabeza de un lado al otro, sin poder creer de quien me vengo a hacer amiga en mi primer día de clases en ésta nueva escuela: de una falsa pelirroja llamada Cat, quien, paradójicamente, es alérgica a los gatos y, extrañamente, muy cariñosa con los desconocidos... ¡Mierda! Suspiro largamente porque me acabo de dar cuenta que soy amiga de "la loca" de Hollywood Arts...

SEÑORITA BURBUJAS – PARTE 1 / FIN

Dedicatoria: es más que obvio que éste trabajo está dedicado a la magnífica escritora detrás del texto original, Sabrina Bayonet. O cómo yo le suelo decir, "La Reina Indiscutida Del CADE" ;-) Así es, colega de letras: ésta traducción y reescritura está dedicada única y exclusivamente a ti. Muchas gracias, en primer lugar, por haberle dado forma a una idea mía hace casi un año; en segundo lugar, por haberme dejado trabajar tu texto; pero por sobre esas dos razones, muchísimas gracias por ser mi amiga:_) Acuérdate de contestarme mi último e-mail ¿vale? ¡Y avísale a Virginia que me escriba, porque hace casi un mes que no lo hace! Por favor, cuídate mucho, cómo siempre te pido ¿vale? ¡Te quiero un montón, Sabri!