Descargo de responsabilidad: Demashitaa! PowerPuff Girls Z no me pertenece, solo utilizo sus personajes sin fines de lucro.

Advertencia: AU. Malas palabras.

Pareja: Momoko/Brick.


●๋• ( Deтencιón ) ●๋•

Soy una buena mejor amiga.

Una tercera bola de papel llena de baba fue a parar junto a su oreja.

Soy una buena...

Un mechón de su cabello fue jalado, seguido de varios jalones más.

Soy una...

Su lazo rojo abandonó su cabeza y fue arrojado al suelo acompañado de una carcajada maliciosa.

Al demonio.

—Recógelo.

—Oblígame.

Era la tercera vez que le respondía de esa forma. La jodida tercera. Y ni la primera había tenido gracia. Y ninguna la tendría.

— ¡Recógelo!

—Oblígame.

Mientras le dedicaba miradas de muerte que deseaban enterrar mil metros bajo suelo al receptor de estas miradas, pensó que Brick Him podía ser caracterizado en una sola palabra: molesto. Y guapo, tal vez, pero eso ni antes de morirse lo diría, no.

Se arrepentía. Se arrepentía de haber sacado a la luz su idea de ir a Detención. Se arrepentía de casi matar a la Bruja de los Pasillos y al conserje. Se arrepentía de no haber obligado a Kaoru para que se sentara a su lado, y en vez de eso, la dejó ir feliz de la vida con Butch. Y también se arrepentía de haberse separado de Miyako. Vale, no. De eso no se arrepentía, porque simplemente nadie se podía arrepentir de oír la alegre risa de la rubia cuando hablaba con Boomer —que estaba al lado de la chica— en aquellos momentos, y mucho menos se podía arrepentir de ver la adorable pareja que formaban los dos allí sentados, chalando sobre quién sabrá qué, sonrojados de vez en cuando o riéndose de cualquier cosa, tal y cómo hacían los enamorados.

Pero por supuesto que a ella no le tocaba la misma suerte.

—Ten —Brick, a su lado, le lanzó su lazo rojo a la cara—. No te vayas a poner a lloriquear, ¿de acuerdo, cariño?

Cariño tu trasero.

—Eres un maleducado —le espetó mirándolo a la cara, deseando estrangularlo ahí mismo.

Se volvió a colocar su lazo rojo sobre su cabello y dio un largo suspiro que dudaba que siquiera fuera escuchado por Brick, ya que el salón de Detención era algo peor que la misma jungla; no había muchos alumnos allí, pero los pocos que había, sabían cómo meter ruido. Algunos se reían estrepitosamente, sacaban la cabeza por la ventana como si nada, hacían guerras de bolas de papel con baba entre sí, usando las mesas como escudos. Vio a una pareja besándose como si estuvieran solos (léase Kaoru y Butch), y a un grupo de chicos lanzando aviones de papel a la cabeza de la maestra encargada de vigilar al grupo de Detención de ese día, que ni parecía importarle nada. Y también estaba el tipejo a su lado. Pelirrojo, ojos rojos, un poco lindo, con una ridícula gorra roja en la cabeza, buen físico y vestido como si fuera un maleante rebelde.

¿Que qué hacía su compañero para contribuir en la jungla? Molestarla a ella, claro. ¿Que si tenía otra cosa que hacer? Al parecer no, ya que desde que se había sentado a su lado, no había hecho nada más que fastidiarla. ¿Que por qué ella no hacía nada? Porque ya no quería causar más problemas. ¿Que si era una idiota? Una de las más idiotas posibles en el planeta. No, esperen. En el universo.

—Cariño —canturreó a su lado, jugando esta vez distraída mente con un mechón pelirrojo de la chica. Momoko lo apartó de un manotazo y siguió con la lectura de su revista—, tengo una idea.

—Por favor, no me la digas.

—Luego de que esto termine, no tengo nada que hacer —vio la mueca que Momoko le dirigió y la ignoró olímpicamente para continuar exponiendo su idea—, así que, ¿qué te parece si me invitas a tomar un helado?

Momoko repasó esa frase en su cabeza, y la que más se le remarcó en ella fue la de "Si me invitas". A pesar de querer golpearse, no pudo reprimir una risita que escapó de sus labios, algo que sabía que alentaría de sobremanera al Him. Y es que ese tipo era un sinvergüenza de primera, tanto que le causaba risa.

—La idea de invitarte suena tentadora, y aunque me encanta el helado, debo decir que no —notó que el sarcasmo sí había llegado a oídos de Brick, por lo que sonrió con superioridad.

—Entonces, si no queda más remedio, te invito yo. Llámale una cita, si quieres.

No la habían invitado a tantas citas como quisiera ella, y decir que un maleante que estaba más que buenísimo la había invitado a una era más que motivo hasta para alardear con Shirogane. Pero tampoco era para tanto, Momoko Akatsutsumi no estaba taaan desesperada. O al menos, no tanto como le gustaría admitir que lo estaba.

—No —le dijo con voz firme y sin apartar la mirada de su revista, y ya que le vio en la cara que preguntaría "¿Por qué no?", añadió—: no tengo tiempo.

—Tiempo —repitió el pelirrojo, mientras que parecía meditar la palabra que había dicho la chica—. ¿Qué cosas tan importantes tienes que hacer como para que no te quede tiempo para que te invite un helado, eh? ¿Cepillarte el cabello o qué?

—No seas estúpido —chasqueó la lengua, hastiada—. Y no tengo por qué decirte.

—Si no me dices me quedaré con la idea de que lo único en lo que consumes tu tiempo es en cepillarte el cabello.

—Lo que yo haga a ti no te importa.

—Ah, entonces lo de que te cepillas el cabello es un hecho.

—Que no.

—Momoko Akatsutsumi se pasa el día preocupada de su cabello.

—Que no.

—Momoko Akatsutsumi prefiere su cabello antes de que tener vida social.

—Para.

—Momoko Akatsutsumi le gusta más cepillar su cabello antes de que salir con un chico.

Brick vio como Momoko Akatsutsumi —la chica del nombre que estaba repitiendo tan seguidamente que seguro que ya lo tenía grabado a fuego en su cabeza— se volteaba hacia él con el ceño fruncido y las mejillas tan hinchadas y coloradas que parecía un tomate, mientras que negaba rápidamente con la cabeza.

— ¡Porque no quiero! —le gritó casi en la cara, y él la miró extrañado—. ¡No quiero!

— ¿Qué? ¿No quieres cepillar tu cabello? ¿No quieres salir con un chico?

—Eso —sonrió altanera y nerviosamente, mientras que con la cabeza asentía—. Sí, eso.

—Oh, ya veo... —Brick puso cara de como si entendiera todo—. ¿Bateas para el otro lado, Momoko? —le preguntó con interés, sumido en sus propias fantasías antes de fijarse en la cara desencajada de la Akatsutsumi.

—... ¿Qué?

—De casualidad, ¿tienes una novia? ¿Han hecho algún vídeo sucio? Porque te lo juro, me encantaría verlo.

— ¡¿Qué?! ¡No tengo novia, Brick, me gustan los chicos!

—Pero si has dicho que no quieres salir con un chico —puntualizó, desconfiado—. ¿Qué quieres que piense si me dices eso, tonta?

—Me refería a que no quería salir contigo, estúpido idiota.

—Ah, entonces sí bateas para el otro lado.

— ¡Que no!

Momoko gruñó enfurecida. Brick era insufrible, realmente insufrible. De hecho, nunca había conocido una persona tan molesta y pesada como él, que parecía retorcer todo a su manera, diciendo cosas tan desvergonzadas e incluso siendo él mismo un gran desvergonzado. Lo miró de reojo y lo vio sonriendo mientras jugaba distraída mente con un bolígrafo. Se imaginaba lo que ese chico estaba pensando por solo ver la cara de sucio que ponía en aquellos momentos, y eso le molestaba aún más.

—Te digo que no soy lesbiana, Brick —le aclaró con voz queda—. Y si lo fuera y tuviera algún vídeo o lo que sea, serías la última persona en la tierra en enterarte de que siquiera existe.

—Oh, vamos —el pelirrojo hizo un puchero y dejó el bolígrafo sobre la mesa—, si fueras lesbiana e hicieras eso de no mostrarme el vídeo, serías una aguafiestas.

Momoko no respondió a la protesta del Him porque parecía ser un caso perdido tratar de hacerle entender algo, por lo que cerró la revista que ni siquiera había podido leer bien y se dedicó a hurgar en su bolsillo. A los segundos, sacó una barra de caramelo cubierta de chocolate. Con la boca hecha un total río de baba, se preparó para darle un primer y gran mordisco, pero al sentir un peso extra en su hombro derecho, cerró la boca y miró lentamente hacia su hombro, en donde vio a Brick muy cómodo con su barbilla en el hombro de ella, saboreando también la barra de caramelo de la Akatsutsumi.

—Dame un poco —le exigió con voz suplicante.

—No —Momoko lo miró con desdén y se preparó para darle ella una mordida a su dulce.

—Dame.

—No.

—Momoko, dame.

—Brick, no.

— ¿No? —el Him mayor sonrió con malicia y le arrebató el dulce a la chica sin pensárselo dos veces.

— ¡Oye, devuélvemelo!

—No —Brick negó con la cabeza y alzó la mano en la que tenía el caramelo para que la chica del lazo no lo alcanzara—. Me lo comeré yo.

— ¡No, dámelo! ¡Es mío!

— ¿Lo quieres? —ambos se habían levantado, pero ella seguía sin alcanzar su caramelo, ya que Brick era mucho más alta que ella—. Te lo daré si me das algo a cambio.

— ¡Maldición, ya te dije que no tengo ningún estúpido vídeo!

—No es eso, tonta —rodó los ojos, divertido—. ¿Recuerdas lo que te dije hace un rato? ¿Lo del helado?

—Ah... —lo recordaba, pero optó por hacerse la idiota—. No, no recuerdo.

—Sí lo recuerdas —afirmó por sí mismo—. Te doy la barra si aceptas ir conmigo a por un helado. Y si quieres, invito yo.

—Vaya, invitarás tú —ironizó, cruzándose de brazos, y miró una vez más a la barra de caramelo que estaba mucho más arriba de su propia cabeza, siendo imposible que ella la alcanzara haciendo lo que hiciera—. Está bien, iré contigo a tomar un helado, pero dame la barra ahora. Sin morderla ni nada.

—Perfecto —le lanzó la barra, y ella a duras penas la logró atrapar antes de que cayera al suelo—. La verdad es que hoy en la tarde no puedo, así que será mañana.

— ¿Mañana? —iba a decir algo más, pero se vio interrumpida por el sonido del timbre, indicando que se podían ir a casa.

Brick Him se alejó haciendo un gesto de despedida con la mano, y ella repasó todo lo ocurrido en su mente; tenía una cita con ese pesado fastidioso. Dios la ayude.


Era algo obvio que la cita no iba en serio, pensó con cierta amargura, después de todo, el pelirrojo ni siquiera le había dicho la hora o el lugar exacto, y ni siquiera se le había acercado en el día. Lo había visto un par de veces en los pasillos de la escuela o en la cafetería sentando a unas cuantas mesas más de ella, y solo la había mirado un par de veces, pero cada vez que ella le devolvía la mirada, él la apartaba con rapidez. Al recordar todo eso, suspiró. Además de que era obvio que la cita no iba en serio, también era obvio que él la evitaba. No se sentía triste, aunque tal vez sí se sentía un poco... Decepcionada. Se había hecho ya la idea de ir a tomar un helado con ese tipo, y que él llegara al otro día sin siquiera dignarse a hablarle no había entrado en sus planes.

— ¿Adónde vas, Momoko? —Miyako la tomó del brazo antes de que diera un paso para salir de la escuela—. Tenemos que ir a Detención, ¿recuerdas?

La pelirroja Akatsutsumi miró a la chica de coletas que, viéndose más radiante de lo normal, la arrastraba hacia el salón de Detención. No tenía ganas de ir a ese lugar, pero no le diría eso a Miyako, ya que no le había comentado ni a ella ni a Kaoru lo de la cita, y no sentía deseos de explicar lo sucedido, por lo que comenzó a caminar junto a la rubia. En cuanto entraron, se encontraron con el mismo ambiente del día anterior, o tal vez peor, ya que la maestra o maestro encargado de cuidar a los castigados aún no llegaba.

— ¡Miyako!

Momoko vio con una ceja alzada como Boomer llamaba a su amiga, mostrándole a la rubia con una mano lo que parecía ser un cuaderno de dibujos.

—Momoko, ¿no te importa que me siente con él?

La pelirroja miró con atención al rostro de la rubia, que casi le suplicaba. Asintió con la cabeza, de todos modos (y aunque no quería acabar sentada con Brick), ella no era quién como para impedirle tal cosa. Vio como la rubia iba directo hacia Boomer, emocionada al parecer por el cuaderno que el chico sostenía en sus manos, y obviamente también por él mismo. Se decidió en buscar ella un asiento vacío, y si pudiera lo más lejos posible del Him pelirrojo, cuando una mano se posó en su hombro.

— ¿Por qué has llegado tan tarde? —Se volteó y alzó una ceja al ver a Brick mirándole con el ceño fruncido—. Te estaba esperando.

— ¿Eh?

—No me digas "¿Eh?" —Le reprochó mientras le tomaba de la mano—. Vayámonos antes de que llegue algún maestro.

Reprimió el impulso de volver a decir "¿Eh?" cuando se vio arrastrada por segunda vez en el día, esta vez hacia la ventana.


Hola :)

Seguro que en el cap anterior han leído allá arriba "Two-Shot" y todo eso (si es que alguien lo leyó) y que ahora eso ya no está, ¿por qué? Porque no me cayó todo en un solo capítulo, así que lo corté hasta aquí, y luego veré si le hago uno o dos más, pero posiblemente tenga solo uno más, que sería el final. :B

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